La visión del Tabernáculo parte 1

¿Por qué Dios ordenó a Moisés que construyera un tabernáculo?
La respuesta la encontramos en Exodo 25:8 en donde Dios mismo dice: “Y harán un santuario, para mí, y HABITARÉ en medio de ellos”.
Con esto vemos que el Señor está revelando Su corazón para con los hombres. El Señor está diciendo: “Yo los amo tanto que… ¡me voy a vivir entre ustedes!”
El tabernáculo es un tema constante en la Biblia y por lo mismo un asunto de importancia capital en el plan de Dios y en la vida práctica del cristiano. En el principio Dios ordenó la edificación de un tabernáculo conforme al patrón celestial y en el fin lo vemos terminado: “Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.” Ap21:3
El deseo divino de tener amistad, compañerismo y comunión íntima con el hombre lo vemos en el proceder del Señor desde el principio hasta el fin; por ejemplo:
Cuando el hombre fue creado, Dios lo hizo a Su imagen y semejanza.
Cuando el hombre cayó, no fue éste sino Dios quien lo buscó y al encontrarlo proveyó el medio de restauración a la comunión con él a través del sacrificio de Su santo Hijo Unigénito..
Cuando restaura la vida de cualquiera que se encuentra muerto en pecados, limpiándolo y… ¡haciéndolo hijo Suyo!
Tanto en relación con Israel, como con cada creyente individual, el Señor dice: “No me escogisteis vosotros a mí, sino yo os escogí a vosotros”.
Dios quiere hacer Su morada permanente con y en el creyente. De ahí que Su nombre es Emanuel (Dios con nosotros); y “Cristo en nosotros es la esperanza de gloria”. Ahora bien, la morada de Dios, el tabernáculo, debe ser edificada conforme a lo que el Señor designó y no conforme a nuestras ideas. Quiera el Señor despertar un interés en nuestro corazón, por buscarle para conocer cómo edificar Su morada en nuestra vida, familia y congregación.
La presente audición es el inicio del estudio sobre el Tabernáculo, el cual revela verdades indispensables para edificar la morada permanente del Señor.

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Pueden seguir el estudio en sus partes desde aquí.


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