Lecciones que aprendí al fallar mi primer noviazgo -luego de la homosexualidad

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Luego de abandonar la homosexualidad, y estar decidido a continuar una vida que agrada a Dios, me encontré con deseos, como es de esperarse, de estar con una mujer para un noviazgo y posterior matrimonio, y de esa forma cumplir con uno de los propósitos de Dios para el ser humano, tener una familia y procrear. También empecé de nuevo a sentir una curiosidad sana sobre las mujeres y una expectación sobre la pareja que Dios me va a dar. Sin embargo como cualquier hombre, debo aprender a elegir a una mujer, pues tendré las mismas luchas para escogerla y relacionarme con ella, como cualquiera que no tiene un pasado tan peculiar como el mío. Si bien es cierto el conseguir una pareja no es la meta fundamental para que aquellos que hemos dejado la homosexualidad como estilo de vida, sino cumplir con el llamado y propósito de Dios para nuestra vida.

Cuando me encontré en este punto, buscando pareja y estableciendo una relación con una chica, constantemente me vi sumergido en cuestionamientos que son comprensibles: ¿Será que funcionará? ¿Cómo sabré si estoy llevando mi noviazgo bien? ¿Hasta dónde es normal que sienta esto o aquello? ¿Esto es lujuria por una mujer? ¿Cómo guardo mi pureza? ¿Es común que sienta éstos deseos ahora?

Pero además de estas preguntas normales, cuando ya empecé mi primer noviazgo, éste no se desarrolló del todo bien, y no fue lo que esperaba. Al finalizar la relación con ella y estando en una actitud depresiva y desanimada en mi mente, empecé a abrazar la idea de vivir una soltería perpetua, con tal de evitarme la desilusión de que las cosas no vuelvan a salir bien con alguien más. Por otro lado empecé a encontrar cierta atracción por un estilo de vida bisexual (cosa que había aceptado como estilo de vida antes de permanecer en libertad), pues me quería convencer de que lo que quería era una relación sentimental no importaba el género. Sin embargo sabía que eso no estaba del todo bien por lo que considere mejor llevar una vida heterosexual promiscua y búsqueda continua de parejas que provean una seguridad aparente para no sentirme fracasado por la relación anterior.

Las tres alternativas con las que iba a enfrentar mi relación fallida son evidentemente pésimas. Cuando medité de nuevo en las tres opciones me di cuenta que todas giraban alrededor de mi persona, de mi orgullo y de mi ego, como consecuencia de las malas decisiones que tomé o la mala elección de pareja que hice, no quería aceptar responsablemente las consecuencias de las mismas.

Sin embargo analicé qué fue lo que realmente sucedió en la relación y el porqué no funcionó, y por eso fue que un párrafo anterior escribí que para todo hombre es necesario saber escoger pareja.

Por experiencia propia luego de mucho pensar y aceptar genuinamente mi responsabilidad en la fallida relación, encontré algunos aspectos que debí considerar antes de empezar un noviazgo:

1. Debemos buscar una compañera de vida, una ayuda idónea, no solamente una compañía o “novia”. La mujer fue creada con un propósito y es la de ser ayuda idónea, nuestro pensamiento debe estar enfocado en eso. ¿Es mi compañera la ayuda que necesito para seguir el propósito de Dios? ¿Encajan nuestros propósitos de vida? ¿O solamente es mi novia porque me aterra la idea de estar sólo, o porque necesito la relación emocional para estar bien? En todo caso mi expectativa será “La veo como la mujer con la cual pasaré el resto de mi vida, luchando al lado mío en buenas y malas, la respeto y me respeta”. Si yo veo que no es así ¿Por qué continuar una relación que se basa en el “no querer estar solo”?

Génesis 2:18 Dijo además Jehovah Dios: ” No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea.”

Génesis 2:23 Entonces dijo el hombre: ” Ahora, ésta es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Ésta será llamada Mujer, porque fue tomada del hombre. “

2. Debemos estar en sintonía.

Amos 3:3 Si dos caminan juntos, es porque están de acuerdo.

Al decir en sintonía me estoy refiriendo al pasaje anterior, y si todos sabemos que debemos ser cristianos los dos para empezar un noviazgo; pero voy más allá (aunque estoy de acuerdo que no podemos ser iguales, si debemos ser muy afines) por ejemplo la preparación académica, las ideas que tenemos sobre distintos asuntos, los anhelos, los deseos, los propósitos en el Señor, los hobbies. Si no existe esa afinidad y coexistir entre las dos personas no puede existir esa sintonía, y empezarán a surgir los problemas. Algunos piensan que esto realmente no importa, sin embargo he visto que la mayor cantidad de problemas surgen porque uno no “tolera” el pasatiempo, la meta o el deseo de la otra persona.

3. Aún no somos un matrimonio. Algunas personas por vivir un cristianismo férreo, consideran que todo noviazgo conduce directamente al matrimonio; aunque me gusta la idea, no creo que en todos los casos ocurra igual. Este tipo de pensamiento lleva a algunas parejas a tener exigencias matrimoniales dentro del noviazgo, tanto como tiempo, dinero, provisión y son cosas que aunque suenan bien y son nobles hay que recordar que tenemos como hijos esas responsabilidades para con nuestra familia hasta que nos unamos con nuestra futura esposa.

Génesis 2:24 Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos llegan a ser como una sola persona.

Éxodo 20:12 Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios.

4. No podemos tomar roles que no nos corresponden. Tal vez seré criticado por este punto, pero estoy convencido de lo que hablo. El noviazgo es para conocerse, para llegar Dios mediante al matrimonio, pero en el noviazgo no puedo tomar roles que no son míos. Específicamente no puedo ser Dios, y no puedo proveer la validación, la relación y la identidad que solo Él puede proveer. Algunas veces tanto el hombre como la mujer se ponen en lugar de Dios y eso está mal, pues estaríamos ocupando el lugar que le pertenece exclusivamente a Él. Por otro lado algunas veces también esperamos llenar necesidades que le corresponden primero a Dios llenar. Él es el único que puede satisfacer a cada uno completamente.

Filipenses 4:19 Por lo tanto, mi Dios les dará a ustedes todo lo que les falte, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.

5. El noviazgo no te sanará más rápido. Es un error pensar que si te pones de novio con alguien o incluso buscas casarte esto te va a sanar de cualquier atracción homosexual. Solamente Dios y la comunión diaria e íntima con Él es la que te puede realmente sanar y cambiar. La transformación es posible pero no existen más catalizadores que el mismo Espíritu Santo actuando en tu vida, no vas a poder acelerar el proceso de ninguna forma.

Mateo 6:27 En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora?

1 Corintios 6:11 Y esto eran antes algunos de ustedes; pero ahora ya recibieron el baño de la purificación, fueron santificados y hechos justos en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.


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