Mensajes religiosos falsos acerca de ser mujer

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La vez anterior escribí acerca de los mensajes culturales acerca de ser mujer, aquellas ideas implantadas en nuestra mente, desde el mundo -nuestro entorno y la industria del entretenimiento, que compramos o adquirimos porque queremos validar nuestro pecado sexual como mujeres.

Ahora quiero comentar acerca de los mensajes erróneos que como congregaciones transmitimos hacia las mujeres, y que probablemente sean tropiezos para que también caigan en pecado, como consecuencia de la confusión que creamos. Lee conmigo algunos de estos mensajes falsos:

Las mujeres son inferiores a los hombres. Esta idea es una interpretación defectuosa de un pasaje bíblico que indica que la mujer debe someterse al hombre. Un mensaje así transmitido desde el púlpito y de boca en boca, hace que una mujer crea que su estado emocional depende del trato e instrucciones de un hombre, y que su identidad se dañe pensando que su cuerpo sirve solo para complacerlo, que un hombre tiene autoridad sexual sobre ella, y que si se resiste a ceder a una práctica sexual que no le guste, o a ignorar sus propios límites de santidad, puede estar en desobediencia a un mandato bíblico.

El sexo es malo. Al hablar del tema de sexualidad en la iglesia, se mencionan siempre los pecados sexuales y como conducen al infierno; o mostramos fotos de contagio de enfermedades de transmisión sexual como estrategia de prevención. Esto ocasiona que las mujeres aprendan a relacionar sexualidad con miedo y enfermedad. También conduce a las prácticas que hacen a una chica “técnicamente virgen” como el sexo oral, para evitar recurrir a la penetración. Esta idea falsa, que mezcla miedo y enfermedad también daña la mente de una mujer, haciendo que cuando esté casada le tenga temor al placer sexual.

Los matrimonios cristianos no tienen conflictos sexuales. De igual forma, la iglesia no habla de salud sexual creyendo que un matrimonio cristiano es “bendecido en el área sexual” sólo por que sí.  Generalmente olvidamos como cuerpo de Cristo, sanar y tratar heridas de abuso sexual, heridas emocionales en la identidad femenina, y que también es parte integral de nuestra humanidad y cristiandad el hablar de prácticas y salud sexual, pues no son temas que estén programados en la mente de un cristiano solo por defecto. Por causa de ideas así, cuando surgen conflictos sexuales en una pareja, primero se llena de culpa, tal vez pensando que “el Espíritu Santo no mora en ellos”, por que no tienen idea de como vivir su sexualidad. Por la vergüenza que genera contar a un hermano o hermana estos problemas, una mujer (y un hombre también) pueden recurrir a la pornografía o a amistades no cristianas para aprender acerca de su sexualidad, un ‘aprendizaje’ que sólo traerá más dolor.

Ante estas ideas confusas que vienen de la cultura y la religión, mujeres experimentan un sentimiento de vergüenza o miedo por su sexualidad.  Mientras la cultura ofrece un extremo de libertad sexual, la iglesia ofrece el otro extremo de abstinencia y castigo, y al no encontrar un balance, es cuando una mujer se expone a caer en pecado sexual.

Amiga, si estás luchando contra algún pecado sexual, y estás confundida acerca de la libertad con la que puedes vivir en Cristo, usa este enlace confidencial para enviar tus datos, y una de nuestras mentoras te contactará.


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