Quitándoles Derechos al Enemigo


A veces las cosas opuestas que suceden, no es necesariamente porque Dios no nos cuide o por que se olvidó de nosotros. Algunas veces es cosecha de nuestra mala siembra. Algunas veces son resultados de nuestra propia tormenta. Sembramos vientos, cosechamos tempestades. No quiero justificar al enemigo, pero no siempre toda la culpa la tiene el diablo. No habría un buen diablo sino hubiera una buena carne. Tenemos que entender que somos responsables delante de Dios, de mantenernos resguardados detrás, donde está la señal en el dintel de la puerta, la sangre. Se puede hacer pacto con gabaonitas. Los pactos o alianzas con gabaonitas, representan que consentimos o condescendemos en las obras infructuosas de las tinieblas.

En un país X, la madre sabía que el padre (su esposo) abusaba de una de sus hijas, pero como tenía su sustento, su techo, la madre fingía demencia. Eso es hacer pacto, alianza, condescender con las obras infructuosas de las tinieblas. De ahí vienen las consecuencias. Alguien pregunta, ¿Señor, qué pasó, por qué esto a mí? Realmente Dios no tiene la culpa. Hai derrotó a Israel, no porque Dios no le haya dado poder y autoridad, sino porque alguien tomó del anatema y lo guardó en el campamento. Y cuando se enfrentaron a una ciudad menor, perdieron. El problema no estaba en el cielo, estaba en la tierra. Eso le cede derechos al enemigo. Pero más que reprender, echar fuera demonios, tratemos de impedir que el enemigo siga minando una tierra, una vida, una persona o una economía. Si la persona no honra a Dios con lo que es de Dios, difícilmente Dios va a intervenir para increpar (reprender) al devorador. El devorador de los frutos de la tierra, de nuestro trabajo, es increpado cuando honramos a Dios. Es más, no podemos echarlo fuera nosotros, es Dios quien lo reprende. Cuando honramos a Dios con lo que es de Dios, entre tantas bendiciones, dice Dios: – “Reprenderé o increparé por vosotros al devorador, la tierra ya no será estéril”. (Malaquías 3:10-11) Preguntémonos por qué a veces nuestra tierra, entiéndase nuestro lugar de labranza, nuestro lugar de trabajo, no es productivo, no es fructífero. Y dice, “Ni la vid en el campo será estéril”. Preguntémonos, si aún teniendo producto de la tierra, no tiene movimiento, no está comercializándose, no está avanzando, está estéril. ¿No será que no han podido increpar al devorador

¿Qué pasa cuando alguien se mete en territorio enemigo?, por ejemplo Sansón, condescendió con las filisteas, con prostitutas, con Dalila. Abrió su corazón a ella, lo denunció con los filisteos y ellos hicieron presa de Sansón, le quitaron los ojos, perdió el cabello donde residía el secreto de su poder, la autoridad que venía de Dios. Porque se metió a territorio enemigo. La Biblia dice que el que aportilla (el que abre puerta) en su vallado, la serpiente lo muerde. (Ecl. 18:8) No es cuestión de decir, se me metió la serpiente. No, dejaste la puerta abierta, que es otra cosa. Somos responsables de poder cuidar nuestro campo, nuestra vida, nuestro testimonio, nuestro trayecto, haciendo lo que Dios enseña que hagamos. Si nosotros voluntaria y deliberadamente abrimos puertas, cedemos derechos al enemigo, el enemigo va a hacer de las suyas y a menos que le quitemos los pagarés que le hemos firmado y los rompamos, no vamos a tener victoria.

Una de las cosas más tremendas que a mí me han impactado es que hay cosas que Dios ha dicho que usted tiene que hacer y que El no las hará por usted. Y verá los resultados, una vez que haga lo que tiene que hacer. En otras palabras, hay cosas que están bajo su responsabilidad, para que Dios libere bendiciones, para que proteja, para que supla. Hay otras cosas que no nos competen, pero hay unas que sí, están condicionadas: Ejemplos. Job 22:21 Tendremos paz y nos ira bien, solo si nos volvemos en amistad con Dios. Sal 23:1 nada nos faltara solo si estamos seguros que El es nuestro pastor”. Si practica lo malo va a cosechar lo mismo. Esa es una de las cosas que me impactan, que hay responsabilidad de parte nuestra.

Examine su corazón. Dios quiere bendecirle, pero es necesario que cerremos puertas, que renunciemos a las obras infructuosas de las tinieblas.

Pastor Fernel Monroy
http://www.scribd.com/doc/2153689/Quitandole-derechos-al-enemigo


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