SANTIAGO 2:14-17
14 Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe, si sus hechos no lo demuestran? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe?[g] 15 Supongamos que a un hermano o a una hermana les falta la ropa y la comida necesarias para el día; 16 si uno de ustedes les dice: «Que les vaya bien; abríguense y coman todo lo que quieran», pero no les da lo que su cuerpo necesita, ¿de qué les sirve? 17 Así pasa con la fe: por sí sola, es decir, si no se demuestra con hechos, es una cosa muerta.
Es conocido que el famoso reformador alemán Martín Lutero dudada de la inclusión en el canon de las Escrituras de la carta de Santiago debido al énfasis desmedido que, en su opinión, hacía en la necesidad de las obras para la salvación.
Santiago, a quien ya conocemos por ser pragmático, práctico y no andarse con rodeos dice con rotundidad que una fe que no produce obras es una fe muerta desde su raíz y no tiene la capacidad para salvar a la persona que proclama o afirma tener semejante fe.
Santiago viene a decir lo siguiente, Debido al carácter íntimo y personal de la fe de cada persona la única manera objetiva en que se puede validar y afirmar que esa fe es genuina es por medio de las obras que produce. Vamos, se puede afirmar más alto pero no más claro. Nuestra fe no vale para nada si no va acompañada de un estilo de vida que la autentifique, valide y certifique, es una fe muerta, una fe que no puede salvar.
Un principio
La fe que no produce un estilo de vida no puede salvar.
Una pregunta
¿Qué tipo de fe tienes?
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