«Cuando se alzaba la nube del tabernáculo, los hijos de Israel partían; y en el lugar donde la nube paraba, allí acampaban los hijos de Israel» Números 9:17
El pueblo de Israel era dirigido por Dios, la nube era una señal de su presencia, cuando la nube se movía ellos se movían y cuando la nube se quedaba en su lugar ellos se quedaban junto a ella; esto me hace preguntarme ¿qué o quién está guiando mi vida, mis decisiones, mis acciones?
Todo lo que hagamos en nuestro presente afectará nuestro futuro, y aun cuando no tenemos una nube visible que nos guíe, si podemos ser guiados por Dios: tenemos su palabra (la biblia) y más importante aún, tenemos al espíritu santo.
Dios no tenía al pueblo judío avanzando siempre, a veces se detenían «si dos días, o un mes, o un año, mientras la nube se dentenía sobre el tabernáculo permaneciendo sobre él, los hijos de Israel seguían acampados, y no se movían» Números 9:22
Muchas veces sentiremos que no avanzamos, que estamos «estancados» en un mismo lugar, quizás por dos días, por un mes, o por un año; ¿qué debemos hacer en esos momentos? ¿nos atreverémos a avanzar sin su presencia?
Una vez más recibo una enseñanza que ha impactado mi vida: lo importante no es avanzar hacia la tierra prometida, lo importante es obedecer, lo importante es estar «bajo la nube»
¡Lo importante es vivir en su presencia!
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