¿Somos Simplemente Números?

IdentificaciónEl que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre… y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.Juan 10:2-4.

Así dice el Señor, Creador tuyo… Formador tuyo…: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.Isaías 43:1.

» Escuchelo aquí… en su dispositivo Móvil [iPod, iPhone, iPad, Androide ó Celular]

Nuestra civilización, gobernada por la informática, tiende a hacer de nosotros individuos anónimos. En las cartas que recibimos, su nombre, al igual que el mío, a menudo va acompañado por una larga lista de cifras (o un chip) que cuentan todo lo que se quiere saber de nosotros como clientes de un seguro, titulares de una cuenta bancaria, contribuyentes…

¿Vamos hacia la época en la que un número de identidad, atribuido desde el nacimiento, sustituirá nuestro nombre para toda la vida? ¡De este modo la administración acabaría con los homónimos y los errores de ortografía en los nombres! Pero hay un ámbito en el que esta simplificación no se introducirá; es el de la familia. Porque, ¿quién podrá impedir a los padres pronunciar tiernamente el nombre que escogieron con amor para su bebé?

Sí, para los que nos aman siempre tendremos un nombre. ¿Y quién nos ama más que Dios? Para él no somos simplemente números, criaturas anónimas o intercambiables; cada uno de nosotros es alguien concreto, muy conocido, seres en quienes pensó desde mucho antes de nuestro nacimiento y en quienes no deja de interesarse.

¿Cómo voy a responder a este interés personal? ¿Qué representa para mí el nombre de Jesucristo? [Continuará…]


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.