A pesar que nunca había escuchado sobre Amy Winehouse (mucho menos cantar), siento como si se hubiera muerto alguien que conocía y quería. Mi corazón está muy triste luego de ver un video en el que bajo los efectos de las drogas y el alcohol su manager se vio obligado a cancelar su gira de conciertos. Y hoy, fue encontrada muerta en su apartamento en Inglaterra. Todavía no se determina la causa de su muerte y los forenses comenzarán su trabajo.
Sin embargo, en Wikipedia se lee: “Winehouse recibió atención de los medios por causas ajenas a su voz. Su estilo distintivo, ha sido motivo de inspiración para algunos diseñadores de modas como Karl Lagerfeld. Sus constantes problemas legales, su adicción a las drogas y al alcohol y sus complicaciones médicas derivadas de su comportamiento autodestructivo, fueron fuente de titulares desde 2007 y finalmente provocarían su muerte, a los 27 años de edad.”
¿Por qué estoy tan triste?
Porque me pregunto cuánto dolor tenía esta jovencita en su corazón que ni siquiera sus logros tan admirables pudieron llenar. No cualquier mujer, una jovencita que en una sola noche ganó 5 Grammys, que tuvo conciertos a reventar, mucha fama (sólo en Facebook con más de dos millones cuatrocientos mil fans) y la alegría de que su música fuera escuchada por millones. Sólo Dios sabe qué situaciones la llevaron a buscar refugiarse y ahogar lo que sentía con el alcohol y las drogas.
Todavía hay esperanza para muchos
La vida de Amy llegó a su fin y la ventana de oportunidad para el cambio, la oportunidad de vivir una vida con libertad y morir ya entrada en años, se le cerró. Pero la ventana de oportunidad para el cambio para miles de personas que sufren con la adicción a las drogas y al alcohol, todavía permanece. Muchos que ya su adicción es de conocimiento público, pero otros, ocultos en la vergüenza lloran en silencio su desgracia y día a día se acercan al momento en que la muerte y el final de sus vidas llegará. Hay que luchar, luchar por salir a adelante y valorar el regalo de la vida que Dios nuestro creador nos da.
¿Qué podemos hacer?
1. Jamás pruebe ni el alcohol, ni las drogas
Sí, tal vez sueno extremista. Pero el que no quiere caer en un barranco que ni se acerque a la orilla. He visto a papás llorar en mi oficina porque son alcohólicos y no pueden dejar de beber. Aquellos que antes decían: “yo controlo la bebida” ahora la bestia del alcohol los tiene del cuello y no los deja vivir. Su fin a menos que busquen ayuda a sus adicciones, será morir y agregarle más dolor a la familia, que el que su adicción ya produce. Ser adicto y no buscar ayuda, es una muerte segura por abonos y no al contado. Es una muerte dolorosa, en donde el ánimo muere primero y el cuerpo poco a poco sigue su paso.
2. Si el alcohol o las drogas lo tienen del cuello, busque ayuda
¿Qué hubiera pasado con Amy si hubiera encontrado la ayuda adecuada? No me refiero sólo contra la adicción (lo externo del problema pues sí lo hizo) sino llegar a la raíz del problema (lo interno, mis pensamientos, mis sentimientos, el mundo espiritual).
Busque ayuda sobre su adicción. Existen los Narcóticos Anónimos y los Alcohólicos Anónimos (no debatamos sobre por qué sí o por qué no asistir, los pros o los contras, unámonos en que hay miles de testimonios de personas que han cambiado gracias a estos grupos. Por lo menos ya no tienen su adicción aunque muchos continúan con otro montón de problemas de otro tipo). Busque un grupo en su ciudad, búsquelo en Internet.
3. Jesús es el único que puede hacernos verdaderamente libres y darnos vida y en abundancia
Ha escuchado “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. Hasta en la película Mentiroso, Mentiroso con Jim Carrey la usan como clímax al ganar el juicio cuando por el deseo de su hijo no podía mentir. ¡Wow! Que poderoso este pensamiento: “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. ¿Quién dijo esto por primera vez? Fue Jesús el hijo de Dios y lo encontramos registrado en la Biblia. Vea que no es conocer cualquier verdad, es conocer su verdad, la verdad de Jesús, la que el vino a revelar.
“31 Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les dijo: —Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; 32 y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” Juan 8:31 y 31 NVI
Jesús vino a la tierra a enseñarnos la verdad de Dios para que fuéramos libres del pecado (todo aquello que es contrario a Su voluntad, pues él sabe más. Dios es nuestro Creador y conoce lo que rige y permite vivir con éxito esta tierra, él nos diseñó. En otras palabras, Dios es para la humanidad lo que Steve Jobs es para el iPhone).
Jesús tomó la forma de hombre para identificarse con nosotros, fue tentado en todo más sin pecado para morir en la cruz y llevar sobre su cuerpo la culpa de nuestros pecados y pagar con su muerte la deuda con Dios por nuestros pecados y reconciliarnos con él (Jesús no fue un mártir, sino Dios hecho hombre que murió en la cruz voluntariamente pues tenía el poder para pedir ángeles en su auxilio y no lo hizo. Es decir, no fue un mártir, un mortal muriendo por otros mortales, sino que 100% humano – su madre era la virgen María – y 100% divino – su padre era Dios quien lo puso en el vientre de María, por eso descrito en la Biblia como el segundo Adán –. Conozca la verdad de Jesús, conviértase en su discípulo y sea verdaderamente libre.
Aun puede dejar las drogas, el alcohol o jamás haber probado ninguna de estas sustancias. Pero jamás experimentará la verdadera plenitud de la vida, hasta que viva la vida como Dios la planeó. Mañana mismo, asista a una iglesia cuyo fundamento y enseñanza se base en la Biblia, la palabra de Dios y guarde sus mandamientos. Mandamientos que no existen para evitarnos vivir, sino para evitarnos sufrir. Porque algún día como con Amy Winehouse, podrá ser muy tarde.
Para reflexionar… Le dejo el video que conmovió mi corazón y me llevó a escribir esta publicación. Mientras lo ve ¿Qué se le viene a la mente sobre los efectos destructivos del alcohol y las drogas? ¿Qué podemos hacer para ayudar a otros?
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