Un Mundo en Crisis

Por Jack Fleming

2Ti 3:12-13 «todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados».

Crisis, es la palabra que más hemos escuchado en los últimos tiempos. Crisis ecológica provocada por la ambición desmedida del hombre que sin conciencia por el mundo que Dios nos encomendó cuidar, lo está destruyendo con la contaminación y explotación sin precedentes en la historia de la humanidad.

Los científicos informan a diario de los daños irreversibles que la acción humana está provocando sobre el planeta. El calentamiento y los cambios climatológicos es algo que a nadie deja indiferente, excepto a los políticos y poderosos de este mundo, quienes en su avaricia y egoísmo sin límites, están precipitando el desastre ecológico en esta tierra que Dios creó para que viviéramos en ella.

Con el desarrollo de la informática donde se publican las proyecciones de las posibilidades de una catástrofe en un futuro cercano, ninguna persona puede permanecer indiferente, porque es algo que afectará irremisiblemente a nuestra generación.

Los gobernantes y mandatarios de diversas naciones prometen terminar con la crisis mundial, con los desastres financieros, con la inflación, el desempleo, el problema habitacional y el hambre en el mundo, pero no son más que falsas expectativas que ellos saben que no podrán cumplir.

La crisis en las bolsas de valores de todos los países del mundo es algo que a muchos tiene atónitos y preocupados. Pero eso no debería sorprendernos, porque era un hecho previsto y anunciado por varios economistas serios.

La codicia de los especuladores estaba inflando artificialmente los valores de las acciones como una gran burbuja que un día tenía que reventar, y eso es lo que estamos contemplando y sintiendo los efectos de esa explosión de trillones de dólares que ha provocado la crisis económica mundial, que pronto se trasladará a la economía real afectando las fuentes laborales del hombre común.

¿Podrán los ricos y poderosos de este mundo solucionar estos problemas? ¿Qué dice la Biblia que sucederá?

Stgo. 5:1 «¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán.
5:2 Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla.
5:3 Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días postreros.
5:4 He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos.
5:5 Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza».

Amos 8:4 «Oíd esto, los que explotáis a los menesterosos, y arruináis a los pobres de la tierra,
8:5 diciendo: ¿Cuándo pasará el mes, y venderemos el trigo; y la semana, y abriremos los graneros del pan, y achicaremos la medida, y subiremos el precio, y falsearemos con engaño la balanza,
8:6 para comprar los pobres por dinero, y los necesitados por un par de zapatos, y venderemos los desechos del trigo?
8:7 Jehová juró por la gloria de Jacob: No me olvidaré jamás de todas sus obras».

Mal 3:5 «Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos».

La crisis moral es algo que ha corrompido a la humanidad en todos sus aspectos, políticos, religiosos, comerciales y culturales. Todo lo cual ha acelerado el cumplimiento de las señales que Dios entregó para el fin de los tiempos:

Dan 12:4 «Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará«. El Señor anunció que los viajes aumentarían («correrán de aquí para allá), hoy son cientos de miles los que se trasladan en un día desde un punto a otro del planeta, lo cual es posible gracias al avance de la ciencia y la tecnología actual que ha aumentado vertiginosamente.

Pero ha sido también lo que ha hecho posible que aumente de una forma descontrolada las enfermedades, que son contagiadas por estos viajeros que se mueven masivamente por todo el mundo. La ciencia se jacta de sus logros, pero la verdad es que aún no consigue fabricar un medicamento eficaz para terminar con un simple resfriado. Y esto es porque tiene que cumplirse lo que el Señor anunció:

Mat 24:7 «Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares».

Se levantan líderes de poderosas naciones que prometen poner atajo a este desenfreno que conduce al caos y autodestrucción, pero no son más que promesas que sirven de plataforma electoral, porque Dios que conoce el futuro y la naturaleza humana caída dice:

2Ti 3:13 «los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados».

«Irán de mal en peor», no es algo que el hombre podrá cambiar y reparar, porque el mal está en el corazón del hombre, es inherente a su naturaleza e irá aumentando en forma progresiva.

La historia nos enseña que el gran imperio romano no fue destruido por los bárbaros, sino que sucumbió bajo su propia corrupción moral. Y esto es lo que estamos siendo testigos en las grandes naciones que se están desintegrando bajo su propia protervia.

El año 1989 cayó el muro de Berlín y allí comenzó la desintegración del comunismo. El año 2008 cayó el «muro» de Wall Street y comenzó el principio del fin del capitalismo que está desmoronando a Occidente y a los ricos de la tierra.

Nuestra generación estaba acostumbrada a ver dos grandes bloques mundiales, cayó primeramente el comunismo y ahora le toca el turno al capitalismo ¿Qué vendrá luego?

Bien sabemos que la crisis y el caos son un caldo de cultivo para que emerjan los dictadores, fue lo que sucedió en Alemania cuando se levantó Hitler y eso se ha repetido en todos los lugares donde ha llegado la anarquía y la pobreza extrema.

Si a todo esto le añadimos la crisis moral que está envenenando a la humanidad, donde se ha destruido la familia que era la última trinchera donde nos podíamos refugiar contra ese poder destructivo arrollador, no queda lugar donde hacer frente a esta verdadera epidemia que contamina la sociedad.

El consumo de drogas y el exceso de alcohol es lo que está haciendo descender al hombre por las cloacas más oscura y pestilentes que conducen a la promiscuidad, homosexualidad, inmoralidades y desequilibrios mentales que finalmente lo han arrastrado en muchos casos a cometer asesinatos colectivos y finalmente el suicidio.

La ciencia que supuestamente estaría para ayudar al hombre, cada día se interna más por las avenidas que solamente le pertenecen al Creador, porque todo ese conocimiento agresivo y brutal, está siendo empleado por los grandes consorcios de laboratorios mundiales y clínicas que solamente buscan hacer más dinero y jugar a ser dios.

Primero fue la desintegración del átomo con su poder destructivo, luego siguió la manipulación genética usando el código del ADN, continuó con las clonaciones, la biología sintética, la nano robótica y demás descubrimientos e inventos que apasiona a todos aquellos que desean hacer grandes fortunas con esos avances de la mal llamada ciencia, donde la ética y la moral no juegan un papel primordial.

Las iglesias con su corrupción que es visible a todo el mundo, han dejado de ser la sal del mundo que pudiera detener la descomposición y desintegración social, porque se han dedicado a hacer lucro con aquello que el Señor nos mandó entregar de gracia (gratuitamente) Mat 10:8 «de gracia recibisteis, dad de gracia».

¿Qué podemos esperar en un futuro cercano? El establecimiento del nuevo orden mundial que llevará a la pérdida absoluta de todas las libertades como las conocemos en el día de hoy.

Pero lo más importante de todo es la venida del Señor por Su iglesia, porque así anunció Dios que serían los tiempos que precederían a ese gran acontecimiento que cambiará el curso de la humanidad.

Mat 24:37 «Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre».

¿Y cómo fueron los días de Noé que antecedieron al juicio universal del diluvio?

Gen 6:5 y 11 «Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia».

¿No es exactamente esto lo que estamos siendo testigos en nuestros días? Toda la tierra está llena de violencia y maldad. Vivimos constantemente bajo el temor de ataques terroristas y de la delincuencia urbana.

La justicia y santidad de Dios son inmutables, si un día dijeron basta a esa sociedad corrupta llena de violencia y maldad, de igual manera no podrá continuar tolerando indiferente la misma situación en el día presente.

Semejante fue lo que sucedió en los días de Lot cuando tuvo que mandar un juicio sobre todos los sodomitas. Pero en ambos casos existe un punto de coincidencia, antes de enviar los juicios sacó a todos los suyos del escenario que sería arrasado.

A Noé y su familia los puso a resguardo en el arca antes de enviar el diluvio, y a Lot lo sacó junto a sus hijas por medio de los ángeles que Dios envió antes de mandar el juicio sobre Sodoma.

En medio de todo este oscuro panorama que nos rodea en el día presente, existe una gran luz de esperanza, la promesa inquebrantable del Dios veraz:

Ap. 22:12 «He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra».

¿Está Ud. Preparado? ¿Velando como nos pidió el Señor? Mat 24:42 «Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor». No conocemos el día ni la hora, pero sí sabemos que será en nuestros días, porque así lo anunció el Señor:

Mat 24:32 «De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
Mat 24:33 Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.
Mat 24:34 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca«.

No pasará esta generación hasta que todo esto acontezca, la venida del Señor que es el gran tema de este capítulo 24 del evangelio de Mateo.

Nosotros somos la última generación, la que nos ha correspondido vivir y contemplar estos acontecimientos que Dios compara en Su Palabra a los dolores de parto de la mujer que va a dar a luz, los cuales van en aumento en intensidad y frecuencia hasta que se produce el parto.

Rom 8:22 «Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora»
1Ts 5:3 «cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán».

En la Biblia la higuera representa el pueblo terrenal de Dios, Israel, que fue nuevamente replantado el año 1948 en las tierras que el Señor les entregó. La higuera no solamente está plantada y han brotado sus hojas, sino que está florecida anunciando que el verano está cerca.

En esa gran revelación que Dios entregó al profeta Ezequiel en el capítulo 37, presenta a Israel para el final de los tiempos como un valle de huesos secos, que se comenzarán a juntar para luego adquirir tendones, carne y piel que constituirá su cuerpo unificado como nación nuevamente al final de los días.

Eze 37:6 «Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.
Eze 37:11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel.
Eze 37:12 Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel».

Después del holocausto de la segunda guerra mundial, vimos estupefactos cuando se abrieron los campos de concentración de los judíos sobrevivientes; eran literalmente huesos secos que después de grandes sacrificios y esfuerzos, regresaban a las tierras que el Señor les había entregado.

Para luego ir formando esa nación que ante la oposición de sus vecinos y la incredulidad de muchos, fue adquiriendo tendones, músculos y piel. Hoy pese al odio, rechazo y promesas de destrucción y exterminio total, han logrado sobrevivir a muchas guerras contra varios países que lo superaban grandemente en población y poderío militar.

El mundo entero contempló atónito el desarrollo de la guerra del año 1967 conocida como la guerra de los seis días, donde Israel aplastó en sólo seis días a todos los países árabes.

Hoy Israel tiene huesos, músculos, piel y constituye un cuerpo fuerte que le ha permitido sobrevivir a las amenazas extranjeras, pero aún no tiene espíritu, lo cual ocurrirá solamente cuando venga el Señor y se lleve a Su iglesia a las moradas celestiales que le fue a preparar.

Rom 11:25 «Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;
Rom 11:26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito»

Eze 37:8 «Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu.

Eze 37:14 Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová».

Es posible que Ud. no crea estos anuncios proféticos que hace Dios, pero las cosas no suceden conforme a lo que cada uno cree, sino que conforme a los designios establecidos divinamente.

La mayor parte de la humanidad antiguamente no creía en la redondez de la tierra, aunque la Biblia así lo confirmaba, porque aseguraban y juraban que la tierra era plana; pero eso no hizo cambiar en nada la realidad que hoy todos sabemos, que efectivamente es redonda.

De igual manera su incredulidad ante estos anuncios divinos no harán cambiar ni un ápice su efectividad, pero le dejo esta pregunta: ¿Qué sucederá si Ud. está equivocado y lo descubre demasiado tarde?


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