UNA COMISION ESPECIFICA EN LA ORACION (parte 2 de 3)

UNA COMISION ESPECIFICA EN LA ORACION (parte 2 de 3)
DOS
Esto no implica que constantemente tengamos que examinar nuestro interior para descubrir si tenemos un sentir. Entre los hijos de Dios, no hay nada más dañino que encerrarse en sí mismo. Es muy peligroso desviar nuestra mirada hacia nuestro interior. Esto puede ser más grave que el pecado. El pecado se puede reconocer rápidamente, pero no sucede lo mismo cuando uno se mete en sí mismo. Una enfermedad que no se siente es siempre mucho más grave y dañina que un mal obvio. Si le preguntaran si es correcto ser orgulloso o tener envidia, inmediatamente respondería que no. Estos defectos son evidentes. Pero usted puede estar encerrado en sí mismo veinte veces en un sólo día sin tener la sensación de haber hecho nada malo. Si pelea, inmediatamente se percata de que ha hecho algo malo y puede identificar su problema. Pero puede meterse en sí mismo sin tener la menor idea de lo maligno que es eso. Mirar nuestro interior perjudica mucho la vida cristiana. Muchos cristianos se mantienen encerrados en sí mismos y llevan una vida de falsa espiritualidad. Antes de actuar se detienen y preguntan: “¿Es esto un peso que se me haya dado? ¿Es de Dios este sentir que tengo? ¿He recibido este encargo? ¿Cuál es la comisión por la que tengo que orar?” Si un hombre se hace continuamente estas preguntas, no sabe lo que es la comisión específica en la oración.
Supongamos que alguien le pide que lo ayude a llevar una mesa de un cuarto otro. Mientras lo hace, ¿acaso se pregunta si eso es una carga? ¿Diría acaso que no es una carga porque la mesa es muy liviana, pero que lo sería si fuese más pesada? No. Siempre que uno sienta el peso de algo, ésa es una carga. Recuerde que una carga es algo que usted conoce, no algo que tenga que descubrir. Si tiene el deseo de orar por algo específico, lo sabe. Es erróneo mirar hacia el interior de uno para ver si tiene el sentir o no. La comisión específica de orar es algo de lo que uno es consciente, no algo que se busca. Es de suma importancia reconocer este hecho. No se obtiene ningún beneficio de la reflexión. El mayor daño que un cristiano puede sufrir viene de meterse en sí mismo, pues esto lo engaña. No es necesario buscar constantemente este sentir. Si siente que debe predicarle el evangelio a alguien y se detiene para preguntarse si ha recibido esta comisión, la oportunidad desaparecerá. Hermanos y hermanas, no nos ayuda rebuscar en nosotros mismos. Es fácil percibir si uno tiene la comisión de orar. No necesita escudriñar tratando de hallar este sentir. Si tiene que mirar dentro de sí para encontrar un sentir, es que no tiene ninguno. No es necesario pedir nada. Si tiene ese sentir dentro de usted, inmediatamente lo sabrá. Si algo pesa sobre usted, eso es una comisión para orar.
Si uno siente un peso interior, aquello es una comisión específica por la cual orar, y si responde a ella, se sentirá aliviado. Entonces quedará libre para que Dios le dé otra, y será edificado en el proceso. La obra de Dios se lleva acabo de esta forma. El ministerio de oración se lleva a cabo de la misma manera. La oración y la obra son inseparables. Sin oración no puede haber ninguna labor. Por lo tanto, uno debe aprender a aceptar esta comisión y cumplirla por medio de la oración. Puede ser que el Señor ponga en usted cierto asunto y le haga sentir el deseo de orar. Si usted ora, la carga será aliviada y usted se sentirá reconfortado. Pero si no lo hace, sentirá que el peso de esa carga lo agobia. Si no ora hoy, ni mañana ni el día siguiente, se sentirá perturbado cada vez que piense en ello, y este sentir se volverá cada vez más pesado por no haber hecho lo que debía. Después de ponerla una o dos veces de lado, terminará por no sentirla más. Si en repetidas ocasiones usted actúa en contra de su sentir, llegará al punto en que no lo sentirá. Perderá el contacto con Dios y no podrá tener comunión con El. Se levantará una barrera entre usted y Dios por no haber sido fiel a la comisión dada y no haber actuado según la dirección de Dios. Toda obra debe ser conducida por una comisión específica de oración, sea que la obra se dirija a Dios o a los hombres. Cuando uno tenga una comisión de orar, debe actuar conforme a ella. De no hacerlo, se sentirá muerto por haber hecho caso omiso de la voluntad de Dios. Este sentir en la oración es un requisito necesario en la obra de Dios. Una vez que usted tenga una comisión específica en la oración, tendrá que actuar conforme a ella.
TRES
Aunque es posible que el sentir que tengamos sea de Dios y que nuestro deseo de orar sea la voluntad de Dios, también puede ser que nuestro conocimiento gobierne este sentir, principalmente en su etapa inicial, aunque hay excepciones. Por ejemplo, Dios puede recordarnos ciertas cosas y pedirnos que oremos por ellas. Es posible que a la media noche nos despierte para que nos levantemos a orar por un hermano que vive en un sitio lejano. Estas cosas no son muy comunes, pues Dios no hace esto muy frecuentemente. A veces El tiene que buscar a otra persona de muy lejos, al no poder encontrar a alguien cerca; no obstante, éstas son excepciones. En condiciones normales, Dios dirige a los hombres según lo que sepan. Es por esto que decimos que el conocimiento gobierna la comisión específica en la oración en su etapa inicial. Después de que uno tiene el conocimiento, no necesariamente tiene este sentir. Quizás conozcamos la condición de todo lo relacionado con ciertos hermanos y hermanas, y aún así, no tengamos ningún sentir con relación a ellos ni nos sintamos conmovidos en nuestro interior. Aunque tenemos el conocimiento, no deseamos orar por ello. Por lo tanto, la comisión específica en la oración no viene primordialmente del conocimiento; sin embargo, éste gobierna nuestro sentir al comienzo. Por ejemplo, Dios puede darle a uno el conocimiento de ciertos asuntos y el deseo de orar y de ayudar en la situación. Es así como recibe uno la comisión. Se puede formar este sentir al principio a través del conocimiento. Inclusive la mayor parte de dicha comisión parte del conocimiento. No es común que Dios inicie este sentir sin que se tenga algún tipo de conocimiento al respecto. No obstante, puede haber excepciones. A veces Dios puede darle a uno el deseo de orar por cierto hermano que posiblemente esté enfermo o en dificultades de lo cual uno no esté informado. Sin embargo, Dios le pone un sentir definido en su interior de orar por él. Quizás después de unas semanas o unos meses, reciba una carta de él, en la que se entere de que él se hallaba enfermo y en dificultades. Hay casos como éstos, pero no son comunes. Esto puede suceder, pero es esporádico. Por lo general, este sentir de orar se inicia a partir del conocimiento. Sin embargo, esto no significa que el conocimiento por sí solo equivalga a un sentir.
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Aguas refrescantes 19 de agosto
He aquí, tu Rey viene a ti, manso, y sentado sobre una asna. Mateo 21:5.
El Señor Jesús nos exhorta a ser mansos. ¡Cuán manso era El! Para demostrar que su reino está fundado sobre la humildad y no sobre la arrogancia eligió entrar en la ciudad sentado sobre una asna. Durante su vida terrenal las personas podían acercarse a El, y hablar con El con facilidad. Así debiera ser con nosotros. El creyente no debe ser una persona reservada y aislada sino accesible en sus relaciones personales.
Tener una discusión nunca equivale a tener control de si mismo, y así no perderemos el buen genio. La bondad es la mas delicada de las emociones humanas, mientras que la rudeza y el mal genio, son las peores demostraciones del carácter. El Hijo de Dios nunca fue tosco en sus modales. No demostró arrogancia, ni busco los lugares de privilegio y reconocimiento en las altas esferas.
Vivió humildemente sobre la tierra, y la voluntad de Dios es que nosotros hagamos lo mismo, siguiendo a nuestro humilde Señor en su senda de mansedumbre.
Watchman Nee
Jesús es el Señor! – Jesus is Lord – Jesus ist der Herr – Yeshua adonai – Gesù è il Signore – Jésus est Seigneur – Ιησους ειναι ο Λορδος – Иисус – Господь – يسوع هو الرب – 耶稣是主 – 主イエスは – Jesus é o Senhor – Jesus är lorden
Literatura disponible en:
corpocri@yahoo.com
laiglesiaenarmenia@yahoo.com

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