Etiqueta: El que me ha visto a mí ha visto al Padre
La sangre de Cristo: necesaria, suficiente
En la cruz del Calvario, los hombres dieron muerte al hombre perfecto, a Jesús, el Hijo de Dios.
Si la sangre de Abel clamaba venganza, ¿qué terrible juicio reclamará la sangre de Jesús? Pues bien, desengáñese, porque Jesús oró: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).
La Sangre – ESTUDIOS BIBLICOS
La parábola del auto de Sandy Gregory: Si ofrezco en venta un auto, que creo que vale 7 mil, y me hacen ofertas que van desde 2 mil hasta 9 mil, ¿Cuánto vale el auto? ¿Los 7 mil que creo que vale? ¿La oferta más baja, de 2 mil ? No. El automóvil vale lo que el postor con la mayor oferta esté dispuesto a pagar en el libre mercado. Las personas son "negociadas" en un mercado espiritual y eterno. No valemos lo que creemos valer, ni tampoco lo que exprese la oferta más baja. Valemos lo que está dispuesto a pagar el postor con la mayor oferta. El mejor postor es Dios, y el precio que figura en la etiqueta es la cruz. Dios nos vio a través de las edades y dijo: " ¡Esa persona será mía, aunque el precio es alto!". Nuestro valor es fijado de una vez por siempre, y nunca podemos cambiarlo ni disminuirlo. Dios ha hecho la oferta final y pagó el precio más alto.