Estudio Bíblico | Explicación de 1 Crónicas 7:1 | Comentario Bíblico Online
Breve informe:
I. De la tribu de Isacar, que Jacob había comparado a un asno fuerte que se recuesta entre los apriscos (Gén 49:19); tribu laboriosa, que se esmeraba en llevar bien sus negocios y se alegraba en sus tiendas (Deu 33:18). Tan fructífero era su territorio que podía proveer para una población extraordinaria. De este aumento de población da la razón el historiador sagrado al decir (v. 1Cr 7:4) que tuvieron muchas mujeres e hijos. El número cinco del v. 1Cr 7:3 se debe, sin duda, a que se incluye a Israhías con sus cuatro hijos.
II. De la tribu de Benjamín. Para más detalles, véase el capítulo 1Cr 8:1-40. Es notable el detalle, repetido tres veces (vv. 1Cr 7:7, 1Cr 7:9, 1Cr 7:11), de que todos los jefes de familias eran hombres muy valerosos y esforzados. A esta tribu cupo el honor de que el primer rey de Israel surgiese de ella; el segundo Saúl, el Apóstol Pablo, añadió un honor todavía mayor a la tribu. También es digno de alabanza el hecho de que, cuando las tribus del norte se sublevaron contra la casa de David, la de Benjamín continuó adherida a Judá.
III. De la tribu de Neftalí (v. 1Cr 7:13). Sólo se mencionan los primeros padres de esta tribu, los mismos que figuran en Gén 46:24, excepto que el Silem de allí es llamado aquí Salum. Se les llama hijos, esto es, nietos de Bilhá, concubina de Jacob. Ninguno de sus descendientes se menciona, quizá porque se habían perdido los registros genealógicos.
IV. De la media tribu de Manasés, la que residía de este lado del Jordán, pues de la otra mitad ya se nos habló en 1Cr 5:23. Asriel era, en realidad, bisnieto de Manasés (v. Núm 26:29-33). Los vv. 1Cr 7:14-19 ofrecen un texto resumido y aun complicado, que ha de interpretarse a la luz de otros lugares, especialmente Núm 26:1-65.
