1 Samuel 8:4 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de 1 Samuel 8:4 | Comentario Bíblico Online

Comienzo de un asunto totalmente nuevo y sorprendente cual fue el establecimiento de la monarquía en Israel.

I. La petición de los ancianos a Samuel (vv. 1Sa 8:4, 1Sa 8:5). Acudieron a su casa en Ramá con un comunicado que contenía:

1. Un cargo de agravios; bien breve: Tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos. (A) Era cierto que Samuel había envejecido, pero esto le daba prudencia y experiencia y por tanto, competencia para seguir gobernando. (B) Era cierto que sus hijos no andaban en los caminos de su padre, lo cual no dejaría de apenarle, pero no se nos dice que estuviese enterado de la conducta de sus hijos como lo estaba Elí de la conducta de los suyos. Si hubo alguna negligencia previa por su parte, no hubo indulgencia como en el caso de Elí.

2. Una petición para resarcir los sobredichos agravios mediante la constitución de un rey sobre ellos: Constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones. Es cierto que no se sublevaron en rebelión contra Samuel ni intentaron nombrar ellos mismos al rey. Pero, por lo que sigue, se muestra que fue una malvada propuesta, y arrogantemente presentada, que no agradó a Dios. Quieren tener un rey que los juzgue con pompa exterior y poder ostentoso, como todas las naciones. Un modesto profeta con su manto, aun cuando era favorecido con la comunión y las visiones del Omnipotente, resultaba despreciable a los ojos de los que juzgaban por las apariencias externas; pero un rey vestido de púrpura, con su guardia y sus ministros de Estado, les parecía algo muy grande; y eso es lo que apetecían y pedían.

II. El resentimiento de Samuel ante esta petición (v. 1Sa 8:6). 1. Fue algo que le llegó a lo profundo del corazón. Probablemente fue una sorpresa para él. No agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue, porque, al menos indirectamente, era una queja contra el gobierno y el honor de Dios. 2. Le incitó a orar. No les dio respuesta de momento, sino que se tomó tiempo para considerar la propuesta y orar al Señor para que le instruyese sobre lo que debía hacer.

III. Las instrucciones que Dios le dio con respecto a este asunto. Le dijo:

1. Algo que podía servirle de alivio a su resentimiento. Samuel estaba muy disgustado con la propuesta, pero Dios le dice que no debe considerarla dura ni extraña. (A) No ha de pensar que sea cosa dura el que le hayan menospreciado de esta manera, pues a quien en realidad han menospreciado es a Dios mismo. Si Dios mismo se preocupa de las indignidades que se cometen contra nosotros, bueno será que nos dispongamos a soportarlas con paciencia. Samuel no debe quejarse de que estén cansados de su gobierno, porque realmente estaban cansados del gobierno de Dios. El régimen de Israel había sido hasta entonces una teocracia, esto es, un gobierno divino; los jueces recibían directamente de Dios su llamamiento y su comisión, y los asuntos de la nación estaban bajo la dirección especial de Dios. (B) Tampoco ha de parecerle extraña la propuesta, pues se comportan ahora como siempre se han comportado. Siempre habían sido rudos con sus gobernadores, cosa que experimentaron Moisés y Aarón en su propia carne.

2. Le dice también cómo ha de responder a las demandas de ellos. Samuel no habría sabido qué decirles si Dios no le hubiese dado instrucciones, pero ahora puede comunicarles con toda seguridad la respuesta que Dios les daba.

(A) Debe decirles que tendrán rey: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan (v. 1Sa 8:7; y, de nuevo, en el v. 1Sa 8:9). Dios mandó a Samuel que les diera gusto en esto: (a) A fin de que fuesen golpeados con su propio bastón y sintiesen, a costa suya la diferencia entre el gobierno de Dios y el de un rey. (b) A fin de prevenir algo peor. Si no se les daba gusto en esto, podían sublevarse en rebelión contra Samuel, o desertar en masa de su religión y adherirse a los dioses de las naciones para poder tener reyes como ellas.

(B) Pero ha de decirles también que, cuando hayan tenido un rey, pronto se cansarán de él y se arrepentirán, cuando sea demasiado tarde, de la decisión que han tomado.

IV. Samuel les transmitió fielmente lo que Dios pensaba sobre el asunto (v. 1Sa 8:10): Y refirió Samuel todas las palabras de Jehová al pueblo; cómo se había resentido de la propuesta, tomándola como si le rechazasen a Él mismo, lo que equivalía a servir a dioses ajenos (v. 1Sa 8:8). Y les expone con todo detalle cuáles habían de ser, no los derechos de un rey en general, sino la forma en que había de reinar el rey que iban a tener, conforme al modelo de los reyes de las otras naciones (v. 1Sa 8:11).

1. Si desean tener un rey como lo tienen las naciones, que tengan en cuenta: (A) Que un rey ha de tener una guardia numerosa y una multitud de ayudantes. ¿Y de dónde los va a sacar? Por supuesto, «tomará vuestros hijos» (v. 1Sa 8:11) y los pondrá a que aren sus campos y sieguen sus mieses (v. 1Sa 8:12), y tenerlo además como un privilegio (v. 1Sa 8:16). (B) Ha de disfrutar de buena mesa. (C) Necesitará un gran ejército para guardias y guarniciones. (D) «Habéis de esperar también que tenga un gran número de favoritas y cortesanas, a las que, después de haberlas ennoblecido con títulos, las enriquecerá a costa de vuestras heredades (vv. 1Sa 8:13, 1Sa 8:14). ¿Os gustará eso?» (E) «Necesitará también copiosos ingresos para mantener su pompa y su poder. Tomará el diezmo de los frutos de vuestras tierras (v. 1Sa 8:15) y de vuestro ganado (v. 1Sa 8:17)».

2. No tardarán en percatarse de lo gravoso de las cargas que ellos mismos se han echado encima. Pero, cuando se quejen a Dios a causa de ello, Dios no les hará caso (v. 1Sa 8:18).

V. El pueblo se obstinó en su demanda (vv. 1Sa 8:19, 1Sa 8:20): «Tendremos un rey sobre nosotros, digan lo que digan en contra tanto Dios como Samuel; lo tendremos a toda costa y por muchos que sean los inconvenientes que nos sobrevengan a nosotros y a nuestra posteridad por ello». Se hicieron el sordo a las razones, y el ciego a sus propios intereses. No pudieron atenerse al tiempo fijado por Dios, pues Dios había dado a entender en la Ley (Deu 17:14, Deu 17:15) que Israel habría de tener rey a su debido tiempo. Si hubiesen aguardado unos diez o doce años más, habrían tenido por rey a David, un «rey según el corazón de Dios», es decir, elegido por Dios y se habrían visto libres de todas las calamidades que sufrieron con el nombramiento de Saúl.

VI. Samuel los despidió con una insinuación de que pronto tendrían lo que deseaban. l. Samuel refirió todas las palabras del pueblo en oídos de Jehová (v. 1Sa 8:21). Esto nos habla de una santa familiaridad, a la que Dios admite benévolamente a su pueblo: los creyentes hablan en los oídos de Dios, como cuando alguien susurra algo al oído de un amigo. 2. Dios dio orden de que tuvieran rey, ya que tan empeñados estaban en tenerlo (v. 1Sa 8:22): «Pon rey sobre ellos, y que saquen de él las mayores ventajas que puedan». Así los entregó Dios a las concupiscencias de sus corazones (Rom 1:24). De momento, Samuel los envió a sus casas: «cada uno a vuestra ciudad», porque el modo de designar a la persona se había de dejar en manos de Dios; ellos no tenían nada que hacer por ahora.

1 Samuel 8:4 explicación
1 Samuel 8:4 reflexión para meditar
1 Samuel 8:4 resumen corto para entender
1 Samuel 8:4 explicación teológica para estudiar
1 Samuel 8:4 resumen para niños
1 Samuel 8:4 interpretación bíblica del texto

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí