Estudio Bíblico | Explicación de 2 Crónicas 5:11 | Comentario Bíblico Online
Salomón y los ancianos y jefes de Israel habían hecho lo que pudieron para solemnizar la traída e introducción del Arca; pero Dios le prestó el mayor honor posible al manifestar que aceptaba lo que habían hecho. La nube de gloria que llenó la casa de Dios (v. 2Cr 5:14) la embelleció más que todo el oro con que estaba cubierta; pero, aun así, esta gloria no tuvo comparación con la gloria de la dispensación del Evangelio (2Co 3:8-10).
I. Cómo tomó Dios posesión del templo: «Lo llenó de una nube» (v. 2Cr 5:13). 1. Con esto mostraba que aceptaba este templo del mismo modo que había aceptado el tabernáculo de Moisés (Éxo 40:34). 2. Con esto tenía en consideración la debilidad de aquellos a quienes se manifestaba pues no habrían podido soportar el brillo de la luz divina (1Ti 6:16). Así también Jesucristo fue revelando a sus discípulos las cosas de Dios de forma que pudiesen entenderlas, y en parábolas, como si envolviese las cosas de Dios en una nube.
II. Cuándo tomó posesión de él. 1. Cuando los sacerdotes salieron del santuario (v. 2Cr 5:11). Ésta es la forma de dar posesión. Todos tienen que salir, para que el legítimo dueño pueda entrar. ¿Queremos que habite Dios en nuestro corazón? Hemos de dejarle sitio; todo lo demás ha de quedarle sometido, si es bueno, o expulsado, si no puede convivir con Dios. 2. Cuando los músicos y cantores alababan a Dios, entonces llenó la nube la casa. Esto es muy de notar; no fue al ofrecer sacrificios a Dios sino al cantarle alabanzas cuando la nube llenó la casa, porque el sacrificio de alabanza (Heb 13:15) agrada a Dios más que el de un buey o un becerro (Sal 69:31). Donde hay avenencia con Dios, hay bendición de Dios. La bondad de Dios es su gloria, y por eso se agrada Dios cuando le damos la gloria que se merece su bondad.
III. Cuál fue el resultado. «No podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube» (v. 2Cr 5:14). El Verbo se hizo carne (Jua 1:14); y cuando venga a su templo como fuego purificador, ¿quién podrá soportar el día de su venida?, o ¿quién podrá estar en pie cuando Él se manifieste? (Mal 3:1, Mal 3:2).
