2 Pedro 3:1 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de 2 Pedro 3:1 | Comentario Bíblico Online

Esta porción puede subdividirse en tres partes: 1) Un recordatorio (vv. 2Pe 3:1, 2Pe 3:2); 2) Un hecho lamentable (vv. 2Pe 3:3, 2Pe 3:4); 3) Un reproche (vv. 2Pe 3:5-7).

1. Dicen así los versículos 2Pe 3:1 y 2Pe 3:2 en la NVI: «Queridos hermanos, ésta es ya la segunda carta que os escribo. Las dos os las he escrito como recordatorios para estimularos a pensar con sano criterio. Quiero que recordéis las palabras dichas en el pasado por los santos profetas, y el mandamiento dado por nuestro Señor y Salvador por medio de vuestros apóstoles».

(A) Después del afectuoso «agapetoí», amados, el autor sagrado les hace a la memoria a sus lectores que «ésta es la segunda carta que les escribe». ¿Por qué consigna este detalle, al parecer, fútil? Seguramente para dar a entender que ya había tratado en su primera epístola del asunto que ahora les va a recordar de una manera especial: La Segunda Venida del Señor. De ello había hablado ya en 1 Pedro (1Pe 1:7-11; 1Pe 4:5.; 1Pe 4:11, 1Pe 4:13; 1Pe 5:4-10). De esto mismo ha tratado en 2Pe 1:16., después del continuo recordatorio de 2Pe 1:12-15; lo ha tenido presente en 2Pe 2:3-9; y, en este capítulo 2Pe 3:1-18, lo va a tratar con más detalle.

(B) Precisamente por eso, insiste en lo de «hacerles a la memoria» estas cosas, repite en el versículo 2Pe 3:1 el vocablo hupomnései de 2Pe 1:13, y añade en el versículo 2Pe 3:2 (al comienzo) otro verbo de recuerdo (mnesthénai) que no había salido antes en esta epístola, pero que sale también en Jud 1:17, entre las numerosas veces en que tal verbo ocurre en el Nuevo Testamento. Dice que lo hace para estimularles a pensar con sano criterio (NVI). El verbo diegueíro significa literalmente despertar (aquí, a otros) y lo que quiere despertar en ellos especialmente con este recuerdo (más exacto que «admonición» o «exhortación») es la sana inteligencia (lit. discernimiento puro), limpia, incontaminada por las perversas doctrinas de los impuros maestros (v. 2Pe 2:10).

(C) Dos son las cosas que Pedro desea que sus lectores recuerden de modo especial: (a) «Las palabras dichas en el pasado por los santos profetas» (v. 2Pe 1:21); (b) «El mandamiento dado por nuestro Señor y Salvador por medio de los apóstoles» (el «santo mandamiento» de 2Pe 2:21). Jesucristo ha sido el asunto principal de las profecías y del Evangelio mismo (v. 1Co 15:1-3) que proclamaron los apóstoles. Dice R. Franco: «La base en la que descansa la fe cristiana es: Cristo, profetas, apóstoles (Efe 2:20). Jud 1:17 sólo habla de apóstoles; 2 Pedro añade los profetas para dar aún mayor base a la predicción, sobre todo porque presenta a los falsos doctores como futuros (v. 2Pe 3:3), mientras que Judas los considera ya como presentes (Jud 1:19)».

2. A pesar de esta clara enseñanza de los profetas y de los apóstoles, los falsos maestros se cuentan aquí entre los «burladores sarcásticos» (v. 2Pe 3:3) que niegan la Segunda Venida del Señor. Dicen los versículos 2Pe 3:3 y 2Pe 3:4 en la NVI: «Ante todo, debéis percataros de que en los últimos días surgirán impostores burlándose y siguiendo en pos de sus propios deseos malvados. Dirán: ¿Dónde está esa venida que prometió Él? Desde que se murieron nuestros primeros antepasados, todo sigue lo mismo que desde el principio de la creación ».

(A) Para expresar intensamente hasta dónde llega la burla de estos farsantes, Pedro usa, a mi juicio, un semitismo: «sarcásticos con sarcasmo» (lit.). El primer vocablo (gr. empaíktai) sólo sale aquí y en Jud 1:18; el segundo (gr. empaigmoné, que aparece en el texto delante de empaíktai) es la única vez que ocurre en todo el Nuevo Testamento. A pesar de la traducción que hace la NVI, es lo más probable que la frase «desde que los padres durmieron» (lit.) del versículo 2Pe 3:4 se refiera, no a los antepasados, sino a los padres de quienes así se mofaban. Lo cual indica, como dice R. Franco, que «este problema se debió de presentar agudamente al final de la primera generación cristiana». Efectivamente, al desaparecer de la escena de la vida de los primeros discípulos, se explica la conmoción de la primitiva Iglesia al ver que el Señor no había regresado, a pesar de las indicaciones de textos como Mar 13:19; 1Ts 4:14-18; 1Ts 5:1-6, y aun Rom 13:11, que parecían favorecer un pronto retorno. A esto se añadiría quizás la mala inteligencia de lugares como Mat 16:28; Jua 21:22, que ya correrían en labios de los creyentes aun antes de ser redactados los Evangelios.

(B) «¿Dónde está esa Venida tan prometida?» (v. 2Pe 3:4), decían esos burladores. Y añadían: «¿A qué viene eso de exhortarnos a estar firmes, a continuar y a seguir adelante, cuando todas las señales y todas las apariencias están completamente en contra de lo que nos predicáis?» (Lloyd-Jones). Y, si esa pregunta la hacían los burladores del primer siglo de nuestra era, ¿por qué nos vamos a sorprender de que los burladores del siglo xx pongan en duda, o nieguen abiertamente, esta promesa de la Segunda Venida, y aun todas las demás enseñanzas de la religión cristiana? «Todo sigue lo mismo que desde el principio de la creación» (v. 2Pe 3:4). No querían decir que nada hubiese cambiado en el mundo, sino que «Dios no ha intervenido para nada en el mundo, y las cosas siguen su curso puramente natural» (R. Franco).

3. ¿Cómo responde el apóstol Pedro a estas burlas? Viene a decir, como resume su pensamiento el Dr. Lloyd Jones, que «todo este asunto es fundamental y definitivamente un asunto de fe y un asunto de aceptación de la enseñanza de la Escritura» (el énfasis es suyo). En efecto, la razón humana no puede presentar ninguna prueba de lo que ha de acontecer, al fin y al cabo, en un futuro que no está condicionado por las leyes físicas o históricas, sino por el soberano designio del Creador. A esta necesaria sumisión de la fe va a referirse el autor sagrado al mencionar los hechos que describe a continuación.

Dicen así los versículos 2Pe 3:5-7 en la NVI: «Pero se olvidan deliberadamente de que antiguamente existían los cielos y hubo tierra que salió del agua y se sostuvo en medio del agua por la palabra de Dios. También por agua fue inundado y destruido el mundo de aquel tiempo. Por la misma palabra, los actuales cielos y tierra están guardados para el fuego, reservados para el día del juicio y de la destrucción de los impíos».

(A) Lo primero que advertimos en estos versículos es eso de que «se olvidan deliberadamente» (NVI). ¿En qué consiste este olvido voluntario, buscado? En que no quieren apercibirse de los hechos de la historia, ya que, con la Biblia en mano, podían saber que su pretensión de que todo sigue lo mismo que desde el principio de la creación (v. 2Pe 3:4) es falsa, pues ese mismo mundo que, por la poderosa palabra de Dios fue creado (v. 2Pe 3:5), estaba en un principio inmerso totalmente en el agua. Dios separó la tierra de las aguas y la asentó en medio de ellas (comp. con Gén 1:1-10). Ignorar voluntariamente esto es negar el omnímodo poder de Dios.

(B) Pero no quedó ahí la cosa. A causa de la general corrupción de la humanidad perversa, Dios anegó el mundo con un diluvio (v. 2Pe 3:6). El texto dice literalmente que «el mundo de entonces pereció inundado (gr. kataklustheís, de donde procede el vocablo cataclismo ) con agua». En el vocablo «pereció» (gr. apóleto, el mismo verbo de Jua 3:16, entre otros lugares) se incluye la idea de que la tierra retornó así al estado caótico que tenía en un principio. «De ese segundo caos emerge de nuevo la tierra por la acción del viento (pneuma) (Gén 8:1 comp. con Gén 1:2. Este último inciso es mío ), y en este sentido se puede hablar de una nueva creación» (R. Franco).

(C) Ese mismo poder de Dios que, después de crear el mundo con su palabra, lo hizo perecer con el Diluvio y lo hizo surgir otra vez como una nueva creación, lo volverá a destruir de nuevo por el fuego el dia del juicio (v. 2Pe 3:7). Dios lo tiene dispuesto así de tal manera que, si el mundo de hoy todavía subsiste (comp. con Heb 1:3 «… sostiene el mundo entero con su poderosa palabra». NVI), es porque lo tiene reservado, bien guardado (gr. teroúmenoi, en participio de presente continuo) hasta el día en que a Él le plazca acabar con él por medio de una espantosa conflagración (v. 2Pe 3:10).

(D) Antes de terminar el comentario a estos versículos 2Pe 3:5-7, no quiero pasar por alto la versión que de la primera frase del versículo 2Pe 3:5 sugiere R. Franco, muy de acuerdo con la letra del original, que dice así textualmente: «Porque les está oculto a los que esto desean», con lo que la frase no puede menos de resultar extraña. Siguiendo a Bauer, hace ver dicho autor que el verbo thélo que Pedro usa aquí (y que las versiones interpretan en el sentido de «tener voluntad de ignorar»), también tiene el sentido de «afirmar», con lo que tendríamos: «Porque les está oculto a los que esto afirman», frase completamente clara. Me permito añadir que este sentido de «afirmar», posible entre los matices semánticos del verbo gr. thélo, puede verse en varias expresiones salidas de la pluma de Lucas, y es la más notable la de Luc 12:49: «¿Y qué estoy diciendo, si ya se le prendió fuego?» (lit.). Si se traduce por «quiero» (en presente continuo), como suelen hacer las versiones, la condicional real que le sigue tiene que ser retorcida para que exprese un deseo en optativo de posibilidad. Otros ejemplos pueden verse en Hch 2:12; Hch 17:20, en el sentido de: «¿Qué SIGNIFICA esto?»

2 Pedro 3:1 explicación
2 Pedro 3:1 reflexión para meditar
2 Pedro 3:1 resumen corto para entender
2 Pedro 3:1 explicación teológica para estudiar
2 Pedro 3:1 resumen para niños
2 Pedro 3:1 interpretación bíblica del texto

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí