[devocional-lunes] 25 de julio de 2005 – Un cuerpo.

Nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo. 
1 Corintios 10:17.

Un cuerpo

       En el tiempo de Jesús la población del mundo se dividía en dos grupos: por un lado los judíos, circuncisos; por otro el resto de las naciones, paganos e incircuncisos, a menudo designados por el apóstol Pablo con el nombre de gentiles o griegos.

       Con base en la obra de Jesús en la cruz nació un tercer grupo compuesto por aquellos a quienes Dios separa de los dos precedentes para hacer de ellos un pueblo para sí; son los que creen en Jesucristo, el único nombre por medio del cual todo aquel que cree es salvo. Mediante la cruz los cristianos son reconciliados con Dios y agrupados ?en un solo cuerpo? (Efesios 2:16; 1 Corintios 12:13). Pablo enumera esos tres grupos cuando escribe: ?No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios? (1 Corintios 10:32).

       En ese mismo capítulo el apóstol enseña a los corintios a no participar de los cultos paganos que practicaban antes de su conversión. Asimismo el autor de la epístola a los hebreos exhorta a los cristianos de origen judío a romper con el judaísmo, aunque éste haya sido el depositario de las declaraciones de Dios en tiempos antiguos, hasta la venida de Cristo.

       Al participar del solo ?pan? de la cena, los cristianos evocan la muerte de Cristo, que es la base de ese nuevo grupo, de ese ?un cuerpo?. Esta palabra se entiende en el sentido que el diccionario designa como «agregado de personas que forman un pueblo, república, comunidad o asociación». Ese ?cuerpo? es compuesto únicamente por los rescatados de Cristo.

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