la atadura de la avaricia…

La atadura de la avaricia

Leí hace poco que Sócrates creía que si uno es verdaderamente sabio, no se obsesiona con las posesiones, y hasta se negaba a usar zapatos. Sin embargo, a Sócrates le encantaba visitar el mercado y contemplar con la gran abundancia de artículos en exhibición. Cuando un amigo le preguntó por qué se sentía atraído a ese lugar contestó: «Me encanta ir y descubrir lo feliz que soy sin esa gran cantidad de cosas».

En México hay un sorteo muy famoso llamado «Sorteo Tec», quizás en donde vives pueda haber algo similar: Se trata de una universidad, de las mejores de Latinoamérica, que rifa regularmente una grande y lujosa casa con autos último modelo como primer premio, además de muchos otros premios de alto precio.
Para mucha gente es una tradición el ir a visitar la «Casa del Tec», lo cual no deja de ser triste pues para muchos, es una oportunidad de crear ataduras en su espíritu que se transformarán en codicia.
«No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.» (Exodo 20.17)
La Avaricia (Afán de adquirir y atesorar riquezas) puede convertirse en Codicia (apetito desordenado de riquezas) Definiciones del Diccionario General de la Lengua Española Vox.

El décimo mandamiento dice que no debemos de codiciar nada ni a nadie, pero por alguna extraña razón, a muchos nos gusta meternos en situaciones en las que nos dejamos tentar ?gratisí, sin que nadie nos obligue, y terminamos deseando algo que hasta ese momento no necesitábamos para ser felices pero que ahora estamos convencidos que de tenerlo, lo seríamos, al menos un poco más felices.
Solo podremos estar felices cuando dejemos de desear cosas y nos contentemos con lo que Dios ha permitido que tengamos, y más aun, cuando compartamos lo que tenemos.

Sócrates, sin ser cristiano, sabía que no era sabio el desear lo que no se tiene, pero creo que muchos cristianos hoy en día pueden batallar con esto y tienen deseos en sus corazones por adquirir cosas que indudablemente, se quedarán aquí cuando mueran.
Cuando alguien muy rico muere, es usual que se escuche por ahí la pregunta: ?Cuánto habrá dejado fulanito??, y la respuesta siempre deberá ser: ?TODO?.
Nadie se llevará nada material de este mundo, así que dejamos todo, pero aun así es común que siempre deseemos algo, y que al conseguirlo pasé el enamoramiento y empecemos a desear algo más que es lo que ahora sí nos hará ?felicesí. «Porque nada trajimos a este mundo, y nada podemos llevarnos.» (I Timoteo 6.7)

«Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción. Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores.» (I Timoteo 6.9-10 NVI).

El décimo mandamiento se refiere a la actitud que debemos de tener sobre lo que podríamos «poseer» en este mundo. Dios nos pide que nuestro corazón esté libre de cualquier atadura a lo material, pues sólo así podemos amarlo a Él con la plenitud debida. Las cosas existen para que nos ayuden a servir a Dios, no para que nos la impidan.

Dios nos permita vivir sin avaricia sino en la plenitud y contentamiento que vimos en Jesús.
En el amor de Cristo,

DOC

Y nosotros hemos conocido y creido el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. I Juan 4:16

Dios te bendiga…
Hmna. Marlenys Meza

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí