[devocional-lunes] 29 de agosto de 2005 – Expl?came Simplemente…

Fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir…
no con cosas corruptibles, como oro o plata,
sino con la sangre preciosa de Cristo.

1 Pedro 1:18-19.

Explícame Simplemente

       En una habitación de un hospital militar, un joven gravemente herido agonizaba. Con precaución, su padre se acercó a él.

       -¡Oh, qué feliz estoy de volver a verte! ?dijo el enfermo-. Temía que llegaras demasiado tarde. Casi no puedo hablar, el padre dio a su hijo noticias de los suyos. Luego, al ver al médico, corrió hacia él y le preguntó: -Doctor, dígame si el estado de mi hijo es grave como parece. El médico respondió: -Le quedan sólo tres o cuatro días de vida.

       El padre volvió al lado de su hijo.

       -Papá ?preguntó el joven-, ¿qué te dijo el médico? No temas decírmelo; quiero saber.

       -Me dijo… que no te restablecerás ?fue la respuesta. -¿Es cierto? ?preguntó el joven angustiado-. Voy a morir… No puedo morir… No estoy preparado. Explícame simplemente, en pocas palabras, cómo puedo ser salvo.

       No era el momento para llorar. Sacando fuerzas, el padre le dijo: -Hijo mío, nunca dudaste de mi palabra. Cuando, después de haber cometido alguna falta, venías a mí para pedir perdón, yo te perdonaba y tú te echabas en mis brazos. La falta era olvidada y te sentías feliz. Pues bien, así es como debes ir a Dios. La sangre de Jesucristo limpia de todo pecado; todo aquel que cree en Él tiene vida eterna.

       El joven dio vuelta la cabeza sobre la almohada, luego dijo: -Él me perdonó.

       Finalmente, Dios sanó al joven, cuya más grande alegría fue la de anunciar a otros el camino de la salvación.

  • El devocional diario, es editado por: "La Buena Semilla" 1166 Perroy (Suiza) © Copyright: Todos los derechos reservados.
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