[Devocional_Diario] No menosprecies este consejo

No menosprecies este consejo

Verso Bíblico: «El que atiende a la Palabra, prospera. ¡Dichoso el que confía en el Señor!. Al sabio de corazón se le llama inteligente; los labios convincentes promueven el saber. Fuente de vida es la prudencia para quien la posee; el castigo de los necios es su propia necedad. El sabio de corazón controla su boca; con sus labios promueve el saber. Panal de miel son las palabras amables, endulzan la vida y dan salud al cuerpo. Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte» Proverbios 16:20-25.

He querido interpretar 5 versos poque todos forman un conjunto con el mismo tema, he aquí el análisis: Estar atento al mensaje de la Biblia significa no sólo poner todos tus sentidos dispuestos para entender el mensaje de Dios sino también decidir confiar en que las promesas eternas son para tí. Si crees, si tienes fe, que te pertenecen, te irá bien. La otra opción sería no medir las palabras ocosas, renegar del momento de prueba (como la esposa de Job) decidir no confiar y hasta maldecir con ira, ¿Cuáles crees que serán las consecuenciasí.
Cuando el prudente calla confiado en que el Señor le dará la salida, está revelando una paz interior que fluirá en palabras suaves y conciliadoras )Santiago 3:13) Su hablar es fuente de vida, muchos disfrutarán de sus beneficios.

En cambio la necedad no escarmienta, a pesar de oír las Palabras de corrección y aviso del castigo, sigue regando sus aguas amargas e inmundas. Las palabras amables son dulces para el que las escucha, como si las comiera, penetra hasta los huesos y cura el abatimiento y la enfermedad, pero las aguas amargas enferman, desaniman, queman el vientre, quiebra los huesos, quitan la paz y provocan la muerte espiritual, son como un veneno mortal que no quiere ser purificado, se complace en dañar. ¿Podemos caer en ésta práctica? Cuida tu corazón, renueva tu confianza en tu Padre Celestial, él te esta esperando, pónte a cuentas con él, sé inteligente, confía en Dios.

Con amor

Martha Bardales