MÁS QUE UN ANILLO DE COMPROMISO (DEVOCIONAL)

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MÁS QUE UN ANILLO DE COMPROMISO (DEVOCIONAL)

DEVOCIONAL: MÁS QUE UN ANILLO DE COMPROMISO

«La mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas» (Proverbios 31:10).

En la historia del joven que compró un anillo de compromiso para su madre, vemos un gesto de amor y gratitud que va más allá de lo material. Es un acto que refleja el valor de la vida y la importancia de honrar a quienes nos dieron la oportunidad de tenerla.

Este joven reconoce el sacrificio y el amor incondicional de su madre al elegir la vida, a pesar de las dificultades y las presiones de la sociedad. Y al comprarle el anillo de compromiso, le muestra su compromiso de devolverle todo lo que ella le dio y de cuidarla en su vejez.

Pero hay algo más profundo en esta historia que nos enseña sobre el amor y la entrega. Cuando Jesús habla del amor a los padres, no lo limita a un gesto de gratitud, sino que lo eleva a un mandato divino:

«Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.» (Éxodo 20:12)

Honrar a los padres no solo significa mostrarles respeto y agradecimiento, sino también cuidar de ellos, velar por sus necesidades y protegerlos en su vejez. Es un compromiso que va más allá de un anillo de compromiso, que implica dedicación y sacrificio, como el que Jesús mismo mostró en la cruz.

La cruz de Cristo es el ejemplo máximo de amor y entrega por la humanidad. Aunque parezca una locura y un escándalo para algunos, es la manifestación más grande del amor de Dios por nosotros. Él nos amó tanto que envió a su hijo unigénito para que muriera por nuestros pecados y nos diera la oportunidad de vida eterna.

«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Juan 3:16).

En la cruz vemos el sacrificio de Jesús, su compromiso de amor y su entrega incondicional. Y así como el joven del relato compró el anillo de compromiso como promesa de cuidar de su madre, nosotros como hijos de Dios tenemos la responsabilidad de honrar a nuestro Padre celestial y comprometernos a seguir sus mandatos.

Que hoy podamos recordar el amor y el sacrificio de nuestros padres, y al mismo tiempo, reconocer el amor y la entrega de nuestro Salvador en la cruz. Que podamos comprometernos a seguir sus enseñanzas y a llevar muchos hijos a la gloria, para la honra y la gloria de Dios.

ORACIÓN:

Padre celestial, te damos gracias por el amor y el sacrificio de nuestros padres, por su entrega incondicional y por todo lo que nos han dado. Te pedimos que nos ayudes a honrarlos, a cuidarlos y a protegerlos en su vejez. También te pedimos que nos ayudes a seguir tu ejemplo de amor y entrega en la cruz, y a comprometernos a llevar muchos hijos a la gloria.

Como cristianos, también podemos pensar en esto en términos espirituales. Al igual que el anillo de compromiso representa una promesa de amor y fidelidad, nuestra fe en Cristo también es una promesa. Pero, ¿cuál es la promesa que hacemos cuando aceptamos a Cristo como nuestro Salvador?

En primer lugar, prometemos seguir a Cristo y obedecer sus mandamientos. Como dice Juan 14:15, «Si me amáis, guardad mis mandamientos». Y en Juan 14:23, Jesús dice: «El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos morada con él».

En segundo lugar, prometemos llevar nuestra cruz diariamente y seguir a Cristo. Lucas 9:23 dice: «Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame». Esto significa que debemos estar dispuestos a sacrificar nuestras propias necesidades y deseos para seguir a Cristo.

Por último, prometemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. En Juan 13:34-35, Jesús dijo: «Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros».

Al igual que el anillo de compromiso representa una promesa de amor y fidelidad, nuestra fe en Cristo representa una promesa de seguirle, tomar nuestra cruz diariamente y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

En conclusión, recordemos que el amor y la fidelidad que representa el anillo de compromiso son importantes, pero nuestra fe en Cristo es aún más importante. Al aceptar a Cristo como nuestro Salvador, hacemos una promesa de seguirle, tomar nuestra cruz diariamente y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Que seamos fieles en cumplir esta promesa y que siempre recordemos el gran amor que Dios tiene por nosotros al entregarnos a su Hijo en la cruz.

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