EL AMOR DE DIOS
«En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.» 1° Juan 4:10
La casa de Lázaro. Marta y María, en la aldea de Betania se encontraba atestada de gente. Lázaro, el dueño de la casa está enfermo. Uno a uno se han ido agotando todos los recursos de la ciencia, hasta que todos se dieron cuenta que era inútil tratar de combatir la enfermedad de Lázaro. No existe remedio para el caso de él. De pronto, alguien piensa en el médico por excelencia, Jesús de Nazaret, e inmediatamente, resolvieron mandar a avisarle. Estaban seguros de que su intervención salvaría al amigo de la garras de la muerte. Pero hay un problema. Nunca faltan los problemas cuando toca una emergencia. Jesús se encuentra muy lejos de Betania. De todos modos, ¿Qué importa? En las horas de crisis las distancias se acortan y muchos están dispuestos a ayudar.
Hay amigos presentes que ofrecen subir a Galilea en busca del Señor.
El mensaje que se les encarga es sencillo: «Lázaro de Betania esta enfermo».
Nada más, el Señor no necesitará más antecedentes. «Lázaro de Betania está enfermo» Después de viajar largos kilómetros, se acercan al Señor, informándole «Señor, he aquí el que amas está enfermo». Las ocho palabras encierran varias lecciones de supremo valor, siendo esta la más importante:
Hay un Dios que ama. Para nuestra consolación, podríamos ampliar lo dicho y pensar que hay un Dios que NOS ama.
El tema del amor de Dios se prueba con los dichos de la Biblia y con la experiencia humana. Se prueba fehacientemente con el hecho de la muerte de Jesús en la cruz. Hay muchos que en las horas difíciles, dudan del amor de Dios. Tal idea dejaría de existir si por un minuto se pensara en lo que sería de la humanidad si Dios la odiara, o si simplemente no la amara.
¿Podría el hombre hacer frente al poderío de un Dios herido por el odio?
¡Imposible! Dios es amor y el odio sería una negación de esa realidad. Lo opuesto al amor es el egoísmo, pero de Dios sabemos «De tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito … » Juan 3:16. Cada uno es un objeto de este amor, el cual es experimentado cuando creemos el mensaje del evangelio y creemos en Cristo. –DAJ
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