Nuestro Andar Diario 19 de septiembre de 2005

Nuestro Andar Diario

19 de septiembre de 2005

Mateo 22:34-39
34 Pero al oír los fariseos que Jesís hab?a dejado callados a los saduceos, se agruparon; 35 y uno de ellos, int?rprete de la ley, para ponerle a prueba le pregunt?: 36 Maestro, ?cuÉl es el gran manda-miento de la ley? 37 Y Él le dijo: Amar?s al SE?OR tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el grande y el primer mandamiento. 39 Y el segundo es semejante a éste: Amar?s a tu prójimo como a ti mismo.

C?mo amar a Dios
La radio y la TV están llenas de presentadores de programas de entrevistas que deben llenar su tiempo en el aire con un constante flujo de palabras. Una noche estuve escuchando a uno de ellos mientras estaba pintando. Mientras escuchaba, las palabras sal?an de su boca más r?pido que la pintura de mi rodillo. Entre las cosas que dijo (obviamente para estimular a las personas a que llamaran y discutieran con Él) estaba ?sta: «Odio la palabra amor. No la uso, y no quiero que nadie la use conmigo. No significa nada.»

Sent? l?stima por ese tipo. ?C?mo podía realmente siquiera pretender que hablaba en serio en cuanto a lo que estaba diciendo? Espero que sÉlo fuera una exageraci?n radial, porque el amor es esencial para tener una existencia significativa y valiosa.

El amor es complicado, y requiere de no poco trabajo para que se d?. Pero definitivamente vale la pena intentar lograrlo, especial-mente en nuestra relación con Dios. Y si queremos amar a Dios de verdad, es ?til entender lo que nuestro amor hacia Él debe incluir.

Jesís estaba en Jerusal?n cuando las multitudes «se admiraban de su enseñanza» (Mateo 22:33). Sin embargo, a dos grupos no les gustaba lo que Él estaba diciendo. Los fariseos y los saduceos parec?an turnarse para tratar de enga?ar a Jesís y hacer que dijera algo por lo que pudiera ser arrestado. Finalmente, los fariseos hicieron a Jesís lo que creyeron que era una pregunta muy difícil: «Maestro, ?cuÉl es el gran mandamiento de la ley?» (v.36).

Su respuesta: «Amar?s al SE?OR tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente» (v.37). Amar a Dios requiere todo nuestro ser. Requiere nuestro corazón, nuestras emociones. Requiere nuestra alma, nuestro ser más rec?ndito. Y requiere nuestra mente, nuestra capacidad mental total.

Amar a Dios no es algo así como un amor adolescente. Es un compromiso total y sin reservas con Él. Significa que no nos contenemos en nuestro apego emocional a Él. Significa que permitimos que la presencia de Dios se hunda en lo más rec?ndito de nuestro ser y more allí. Significa que lo honramos con cada pensamiento y con cada consideraci?n de nuestra mente. 

?C?mo amamos a Diosí Con todo nuestro ser. No hay  mandamiento mayor.  –JDB

destino
?Qu? es lo que amo? ?Hay algo que ame de manera más completa de lo que amo a Diosí ¿En cuÉl de estos elementos mi amor por Dios se encuentra en el nivel más d?bil: en el corazón, en el alma o en la mente?

en resumidas cuentas: el amor proviene de Dios y ha de devolverse en especie.

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