Puñetazos al Cielo: Orando y Ayunando Incorrectamente

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Los Puñetazos al Cielo Según La biblia

Porque día tras día me buscan, y desean conocer mis caminos, como si fueran una nación que practicara la justicia, como si no hubieran abandonado mis mandamientos.

Me piden decisiones justas, y desean acercarse a mí, y hasta me reclaman: ¿Para qué ayunamos, si no lo tomas en cuenta? ¿Para qué nos afligimos, si tú no lo notas?

Ustedes sólo ayunan para pelear y reñir, y darse puñetazos a mansalva.

Si quieren que el cielo atienda sus ruegos, ayunen; ¡pero no como ahora lo hacen!

¿Acaso el ayuno que he escogido es sólo un día para que el hombre se mortifique?

Isaías 58

El profeta Isaías tuvo la difícil tarea dada por Dios de denunciar la falsa religiosidad de su pueblo escogido.

Estos fieles practicaban diligentemente sus ceremonias religiosas, supuestamente daban evidencia de piedad para alcanzar el favor divino.

Sin embargo, sus oraciones y ayunos eran como puñetazos al cielo.

Aunque gritaban con todas sus fuerzas, aunque las oraciones y ruegos eran un ejercicio diario, no lograban nada, Dios era indiferente a estos sacrificios porque se habían vuelto solo un ejercicio injusto, una disciplina que encubría deseos egoístas e insensibles.

El profeta convocó al pueblo para llamarlo a analizar sus rezos y arrepentirse de sus prácticas injustas y opresoras, para hacerle notar su egoísmo que lo llevaba a ser sordo de las necesidades de su prójimo.

Cuando el pueblo de Dios decida buscar, practicar y promover la justicia social, entonces experimentará las bendiciones de Dios, recibirá la respuesta a una súplica justa que está de acuerdo a la voluntad de Dios.

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Devocional Diario: Puñetazos Al Cielo

¿Oran los hipócritas, ayunan los religiosos?

El mismo profeta nos responde:

“Este pueblo me alaba con la boca y me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Su adoración no es más que un mandato enseñado por hombres”. 29:13

¿Debe el Señor atender las oraciones de un corazón hipócrita? La actividad religiosa hipócrita impide el efecto de la oración.

“Cuando levantan sus manos, yo aparto de ustedes mis ojos; aunque multipliquen sus oraciones, no las escucharé, pues tienen las manos llenas de sangre. ¡Lávense, límpiense! ¡Aparten de mi vista sus obras malvadas! ¡Dejen de hacer el mal! ¡Aprendan a hacer el bien!

“El ayuno que he escogido no es más bien romper las cadenas de injusticia, y desatar las correas del yugo” Isaías 1:15.

Imaginate este cuadro, un piadoso levantando puñetazos al cielo, no ha desayunado, ni almorzado, ya tiene tres días de calvario, sus fuerzas se han debilitado, grita, exclama letanías y súplicas, sigue tratando de ver visiones, cree que el cielo esta a punto de abrirse, pero oh, indolente religioso, más abajo a tu lado, bajo tus pies está un encadenado y hambriento, alguien olvidado en el camino, un desvalido sediento de perdón y amor.

¡Oigan piadosos, oradores de renombre! Antes de continuar con tus oraciones interminables, con tus ayunos de guerra, primero escucha lo que te pide el Santo:

Si te dedicas a dar de comer a estos necesitados, si buscas saciar la necesidad del perdido, sólo entonces brillará la luz en las tinieblas y como el mediodía será tu noche.

Al meditar en estos versos y preguntarle al Señor, quiénes son estos encadenados, vienen a mi memoria a los que he ofendido, pequeños que he lastimado en mi andar religioso, ya no son pocos mis años de creyente, por ende tampoco son pocos los encadenados que he dejado en mi caminar.

Toda vez que pequé de religiosa y egocéntrica, he incomodado a niños espirituales.

Cada día al despertarme busco el rostro de mi Padre bueno, y hoy, meditando en la Palabra, otra vez, se ha levantado la voz del profeta, como gritó a Israel hoy me ha demandado ¿Qué haces orando dando puñetazos al cielo?

Anda, primero ve y busca a esos encadenados, a aquellos que no tienen qué comer ni beber, dales alimento y sólo entonces tus oraciones serán atendidas. Ellos, están sedientos de perdón, necesitan protección.

La voz potente de Isaías me ha increpado: ¡Deja de dar puñetazos al cielo!

¿Tus oraciones son pretexto para pelear y reñir? Mejor reconstruye las ruinas antiguas, ponte a cuentas con tu prójimo y vuelve al Señor con corazón arrepentido.

El entonces levantará los cimientos de antaño y serás llamado reparador de muros destruidos y restaurador de vidas dañadas. Entonces hallarás tu gozo en el Señor.

Amado mío. El profeta no proclamó estas cosas sólo para que sean admiradas, No te he escrito mi sentir para que me juzgues, pon en práctica el mensaje divino, deja de ayunar un momento, ni siquiera ores, antes busca al desvalido y ponte a cuentas con el resentido, entonces tus oraciones serán de bendición.

Este es un mensaje que debe ponerse en práctica hoy, Dios te bendiga en la tarea que emprenderás, que todo sea hecho con amor.

Martha Vílchez de Bardales.

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