Confiando en laprovisión de Dios

Confiando en la provisión de Dios

Cuando Dios nos da una promesa, siempre la cumple. Sin embargo, cada promesa de Dios requiere que nosotros seamos obedientes a sus mandatos.

Por el Dr. Andrés G. Panasiuk

Dios nos promete, por ejemplo, que El será nuestro Proveedor. Cuando estábamos en el mundo creíamos que nosotros éramos los proveedores de nuestras vidas; que todos los bienes que teníamos los habíamos conseguido por nuestro propio trabajo. El problema viene cuando nacemos de nuevo.

Jesús, entonces, nos dice: ??buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidasí (Lucas 12:31). Lamentablemente, muchas veces cuando leemos esta porción de la Escritura el énfasis rápidamente lo ponemos en ?todas estas cosasí? en vez de en buscar primeramente el reino.

Decimos que El es nuestro proveedor ?Jehová-Jiré- pero en la realidad diaria, tenemos serias dificultades para hacer carne esta verdad en nuestras vidas. Cuando necesitamos tomar decisiones financieras importantes sufrimos de amnesia temporal y se nos olvida todo lo que escuchamos, cantamos y dijimos en la iglesia durante el fin de semana anterior.

En Bolivia, un grupo de empresarios se me acercó después de una serie de conferencias y me dijeron: -?Andrés, ahora nos damos cuenta que el tener dos libros de contabilidad para evadir impuestos es inmoral y está en contra del plan de Dios para nuestras vidas. Sabemos que si pagamos nuestros impuestos de la forma en la que lo tenemos que hacer, probablemente vayamos a la quiebra ¿porque tenemos que competir con un 30% de desventaja. Sin embargo, Dios no nos ha llamado a tener grandes empresas, ni a ser económicamente exitosos. Dios nos ha llamado a serles fieles a Jesucristo.?

Esa decisión de estar dispuestos a sacrificar sus propias empresas, si fuera necesario, por fidelidad al Señor, muestra el tipo de compromiso requerido en el Reino para recibir Su bendición. Es ?obediencia a muerte? ?no muy popular entre los cristianos pragmáticos de la iglesia latinoamericana de estos tiempos.

Apocalipsis 2:10 no nos dice ?sé fiel hasta que te convenga??, el Señor nos dice ?Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida?.

Muchos de nosotros no experimentamos la provisión supernatural y milagrosa de Dios porque vivimos vidas financieras mediocres y sin compromiso con la Palabra.

Creemos que si no le ?ayudamosí a Dios tomando atajos y manipulando cosas por debajo de la mesa, el pobre no podrá proveernos lo que queremos obtener. Claro? como El vivió hace 2.000 años tan lejos, en Israel, no sabe cómo se mueven las cosas en nuestro país… ¡A veces somos tan ignorantes!

Nuevamente el pasaje de Lucas: ?Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidasí (Lucas 12:30-31).

¿Estamos dispuestos a ser totalmente honestos en nuestros negocios y transaccionesí ¿Estamos listos a obedecer la voz de Diosí ¿Estaríamos preparados para salirnos de una sociedad en la que estamos ?unidos en yugo desigual con los incrédulosí? ¿Estamos comprometidos a no violar nunca más las leyes de derecho de autor pirateando música y materiales cristianosí ¿Vamos a cumplir nuestros votosí ¿Pondremos finalmente al Reino como una prioridad en nuestras vidasí

Cuando se acercaba el fin de la segunda guerra mundial, los ejércitos aliados iban reuniendo muchos huérfanos hambrientos que eran enviados a campamentos. Allí, a pesar de que los alimentaban bien, comenzaron a notar que los niños dormían mal. Se los veía nerviosos y asustados.

Por último un psicólogo ofreció una solución: se le dio a cada niño un pedazo de pan para que lo tuviera en sus manos cuando se fuera a la cama. Si tenía hambre se le daba más comida, pero ese pedazo de pan era solo para tenerlo apretado entre sus manos y no para comerlo. El pedazo de pan, obró maravillas: los niños se acostaban sabiendo instintivamente que tendrían comida al día siguiente.

Dios también nos ha dado nuestro pedazo de pan: el Espíritu Santo. El nos da testimonio de que las promesas de Dios son ?sí y amén?. Podemos descansar tranquilos y disfrutar de Su paz a medida que obedecemos a Dios y su Santa Palabra: no hemos visto un justo desamparado ni su simiente que mendigue pan. Vivir por fe es vivir en obediencia y dejar que El sea, realmente, nuestro Proveedor.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí