Devocional Diario 12 de Octubre del 2005

 

 

 

 

 

 

Miércoles 12 de Octubre del 2005

 

 

1 Timoteo 1:15

Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores.


Santiago 2:19

Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.

 

No sólo creer en Dios sino creer a Dios

 

 

 

 

Muchas personas piensan que puede haber algo más allá de esta vida pasajera, pero que después de todo, no hay razón para temer a esto que nos es desconocido. Se cree en Dios, ¿no es suficiente? Se admite que él existe y se espera que sea indulgente para con las debilidades de su criatura. En cuanto a recibir y estudiar su Palabra para conocer su pensamiento sobre el destino humano, no se toma el tiempo para hacerlo. La gente se hace un Dios según su propia idea, un Dios indefinido y lejano. Pero la vida transcurre como si él no existiera.

En realidad, aun los demonios creen en Dios, y esto no cambia su terrible destino fijado por un juicio ya pronunciado. Dios habló al hombre, su criatura a la que ama y cuya felicidad desea. La Biblia es el conjunto de sus palabras. Creer a Dios es inclinarse ante lo que nos dice. Su mensaje es la verdad: ante él, el hombre es pecador; su mensaje también es gracia: Dios perdona a todos los que se arrepienten. En su amor, dio a Jesús, su Hijo unigénito, quien soportó el juicio en nuestro lugar, “para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Creer en Dios, aun en el Dios único, no salvará a nadie. Es necesario creer a Dios, porque Dios ha hablado. “Mirad que no desechéis al que habla” (Hebreos 12:25).

 

 

 

 

 

 

© Ediciones Bíblicas “La Buena Semilla 1166 PERROY (Suiza)

 

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