No soy perfecta

A nadie le gusta equivocarse, pareciera que en el «amasamiento cerebral» que vino con nuestra educación, equivocarse era pecado.

Nos enseñaron que las cosas había que hacerlas «bien», perfectas, sin errores ni omisiones. Y lo cierto es que uno hace como le va saliendo, poniendo lo mejor para que los resultados sean los esperados, pero no siempre sale bien, en el camino nos equivocamos, y lo mas piola es que uno va aprendiendo de los errores (eso, no formó parte de nuestra educación sino todo lo contrario… si te equivocaste seguro que fue por distraído o por no aprender lo enseñado o lo que es peor, por boludo).

«Amasar cerebros» hoy día es una tarea bastante complicada, por un lado, cargamos con nuestros «carajos» que supimos conseguir en nuestra infancia, por otra parte, el vértigo de la información a la que están expuestos los chicos de hoy es abrumadora, y enfrentado a todo esto, están nuestras propias convicciones de lo que está bien y lo que no lo está.

Intento enseñarles a mis hijos que equivocarse no es pecado, intento dejar que se equivoquen para evitarles frustraciones futuras, intento que aprendan a tomar decisiones por sí mismos… pero, no soy perfecta, y seguramente en ese camino también estoy cometiendo equivocaciones, por lo tanto, también intento que se den cuenta de que al equivocarme puedo hacerme cargo de ello, sin echarle la culpa a nada ni a nadie, a veces lo puedo corregir, a veces podemos negociar… otras, no.

Hablo de las equivocaciones que no implican un riesgo grave para la vida de nadie, de los pequeños tropiezos que uno tiene día a día, los que te dejan el sabor de la culpa o la frustración porque el resultado no fue el deseado.

Lo más difícil de todo esto, en enseñarles a aprovechar los errores para mejorar, a disfrutar de ese «no ser perfecto» sin que parezca conformismo ni resignación, sin que suene a desidia o desinterés. Sin que se tome como una excusa para no poner lo mejor de sí mismo en cada acto.

No, no soy perfecta.
Pero intento hacer lo mejor que puedo.
pero intento
pero hago
lo que puedo
con lo mejor que tengo
como salga
con mis metas
con mis claros
mis oscuros
con errores
o sin ellos
con mis buenas intenciones
con lo mejor que tengo…

Y sé que haga lo que haga, y aunque ponga lo mejor de mi en cada intento, seguramente habrá tachones y borrones, idas y regresos, y muchos errores de mi parte, con los que tendrán que aprender a convivir.

«y traten de poner mucha indulgencia

para pintarme tantos desaciertos

y siéntanse feliz cuando recuerden

a la mamá que soy en estos versos»

Hermanos en Cristo con esta lectura
que le envié que Dios Nuestro Señor
los llene de gozo y de sus bendiciones
para que cada uno de nosotros
podamos seguir llevando por este medio,
Su Palabra a cada persona que la
nesecita y pueda recibir también.

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