[CE-Peru] Ministerio de Dios.

¡Canten al Señor una canción nueva, pues ha hecho maravillas! ¡Ha alcanzado la victoria con su gran poder, con su santo brazo! El Señor ha anunciado su victoria, ha mostrado su justicia a la vista de las naciones (Salmo 98,1 – 2).

 

¿Qué opinión tenía Pablo de su ministerio a los gentilesí ¿Cómo reconoció él la gran responsabilidad que le confió Dios en este sentido y fue fiel a ese mandato? El apóstol usó la palabra leitourgos (Romanos 15,16), que significa ministro, para denotar el encargo recibido de Dios. Con esta palabra Pablo declaraba que cuando él predicaba, lo hacía como si fuera un sacerdote en el santuario. Y añade que no se atrevía a hablar de nada más, salvo de lo que Cristo hacía por medio suyo, con señales milagrosas y prodigios y con el poder del Espíritu Santo (Romanos 15,18 – 19).

 

Los cristianos hemos de considerar la misión de anunciar el Evangelio como algo verdaderamente importante (Romanos 15,17). Dios nos llama al servicio en virtud de nuestro bautismo; todos los cristianos participamos en el sacerdocio de los fieles. Cristo nos pide compartir la buena nueva, y llevando a cabo tan importante tarea, estamos sirviendo al pueblo y ejerciendo el ministerio en el santuario de Dios. Cuando anunciamos la buena nueva, debemos imitar el ejemplo de Pablo, hablando de lo que Dios hace por medio nuestro (Romanos 15,18). En una eficaz proclamación del Evangelio lo primero es reconocer la obra de Dios en nosotros para dar verosimilitud a nuestras palabras. No sería así si pronunciáramos el Evangelio sin conocer en realidad los efectos que éste ha tenido en nuestra vida. Pablo esperaba que ocurrieran señales milagrosas y prodigios, y que el poder del Espíritu Santo se manifestara cuando él predicaba (Romanos 15,19). Nosotros también podemos esperar que el poder de Dios se manifieste cuando anunciamos el Evangelio. Dios es, en realidad, la fuerza que actúa en nosotros y por nuestro medio. Usemos nuestra sabiduría, talento y empuje que con frecuencia empleamos en nuestra vida cotidiana, para la construcción del Reino, para la evangelización, para llevar socorro a los necesitados (Lucas 16,8), para que nuestro mundo sea diferente. Todos los dones y carismas que Dios nos ha dado debemos utilizarlos para construir el Reino de los cielos en el lugar donde Él nos ha puesto.

 

¡¡¡Señor Jesús, quiero servirte anunciando la buena nueva de la salvación por la fe en ti. Te pido que el Espíritu Santo me enseñe a apreciar la obra de Dios, y que pueda esperar que el cielo baje a la tierra cuando yo proclame tu santo nombre y tu obra!!!

—————————————————————

Que el Padre Dios te bendiga y te proteja, te mire con agrado y te muestre su bondad. Que el Padre Dios te mire con amor y te conceda la paz. 
Juan Alberto Llaguno Betancourt
Lima – Perú
                               
 
 
 
 


Correo Yahoo!
Comprueba qué es nuevo, aquí
http://correo.yahoo.es


Enlaces de Devocionales Grupos


DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí