[Devocional_Diario] Gigantes sumisos

Gigantes Sumisos
Jeremías 26:14
En cuanto a mi, estoy en manos de ustedes, hagan conmigo lo que mejor les parezca

La característica del mundo en que vivimos es que toda la humanidad parece correr, luchar y competir. Como haciendo una carrera violenta se empujan entre si, ponen cabe y codean a sus oponentes, sienten que quieren ganar a toda costa, en el fondo tienen miedo perder.

La televisión ha hecho de la competencia un show, ya no sólo compiten los deportistas, ahora rivalizan por lograr un puesto de trabajo con el magnate Trump, la vida de estos aspirantes es expuesta en el show televisado y le da ideas a los jóvenes que los ven como sus modelos.

Compiten los diseñadores de modas, en la TV. Se ve cómo conviven con su objetivo de ganar el título de Gurú de la Moda, Ahora también se ha puesto de moda una competencia de esposas, han hecho un show de cambiar la mujer para ver quién es la compañera ideal.
Competencia, lucha, sabotaje, golpes, riña, injusticia, reyerta y deslealtad. Todo se mezcla en estos torneos ¿Qué diferencia hay entre este circo y las luchas de los antiguos gladiadores La emoción del público que contemplaba este espectáculo morboso se deleitaba al ver al más violento de todos ganar, no está muy lejos de los porrazos que se dan los que compiten hoy.

Nadie quiere perder, la sociedad consumista ha sembrado la idea que ceder significa perder. Si no luchas por tus derechos y sueños nadie te tomará en cuenta.

Nadie quiere permanecer pasivo en un mundo tan dinámico y violento. ¿Estar tranquilo ¿Ser dócil o sumiso ¿Ser manso Es igual a ser un perdedor.

Pero uno de los frutos del Espíritu de Dios, un fruto que como cristianos debemos aspirar, es la mansedumbre.
¿Cómo ser manso en medio de tantos gigantes ¡Es como competir con una actitud de revolcado anticipado!
Jesús fue un gigante lleno de mansedumbre cuando estuvo parado frente a los maestros de la ley, los ancianos del templo y falsos testigos, mientras ellos gritaban que tenían la razón sobre su conocimiento de Dios, él que era el único que podía conocer toda la verdad se quedó callado, no respondió nada, y fue un gigante manso.

No peleó con Herodes, ni codeó a Pilatos cuando lo juzgaban, se quedó callado y otra vez un gigante sumiso. Se quedó callado, no respondió nada. El es la imagen misma, la personificación del Gigante Manso.

Nadie quiere ser manso el día de hoy, el mundo moderno nos ha pintado la imagen de la mansedumbre como una caricatura con expresión de tonto, fracasado y afeminado perdedor. ¡Esto no es ser manso!

La palabra manso proviene del griego PRAOTES que se puede definir como docilidad, calma, serenidad, gracia interior del alma. Es la aceptación de la manera como Dios nos trata. La rendición completa a su voluntad en nuestras vidas, significa dejar de luchar con Dios.
Ser manso no es igual a ser débil, es más bien todo lo contrario, es lo opuesto, para ser manso hay que tener poder, fortaleza y mucho valor para someterte a la perfecta voluntad de Dios.

¡Yo quiero pelear con este mundo! ¡Quiero ganarles a todos, quiero mostrarles que si es posible ser cristiano y ser un vencedor! Espera un ratito, que tus intenciones sean buenas no significa que estén de acuerdo con Su Proyecto Divino.
Quizás por pelear tanto con Dios, por tener tantas metas propias haz tratado de doblarle el brazo para que te permita hacer lo que tú quieres, para alcanzar tu sueño.

No lograrás nada, sin la virtud que demuestra tu madurez espiritual. Deja de luchar, no sigas el prototipo que los gladiadores modernos te quieren inculcar, tú eres cristiano, entonces debes ser manso.

El Señor te esta guiando para que avances a la meta que en su soberanía ha comenzado en ti ¿Por qué te afanas a tus sueños con tanta ambición ¿Por qué no permites que Dios te haga madurar Persistes en tus infantiles sueños, no quieres crecer, sigues aferrado a tu manta y tu biberón y persistes en no madurar.

La velocidad de Dios es mucho mejor que la marca que el mundo impone, ser manso es dejar de resistirse, dejar de pelear y someterse al soplo de su voluntad.

Los apóstoles no vencieron al mundo al estilo de los gladiadores, ellos fueron mansos y ganaron la lucha:
En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo Juan 16:3

¿Puedes someterte a la voluntad de Dios, sabiendo lo que te espera Es una victoria segura, deja de resistirte, ser sumiso, significa ser manso. Tus lágrimas por tus sueños rotos, son lágrimas de resistencia, mejor que sean lágrimas de sumisión.

¡Sometete a Dios! Tener un espíritu sumiso a su voluntad para tu vida, significa tener la victoria asegurada.

Oración: He luchado mucho Padre, algunas veces he ganado y muchas veces he perdido, y cada vez que me ha tocado perder he sentido que me habías quitado tu protección, pero ahora entiendo que si me someto a tu voluntad y dejo de pelear a mi manera, tú jamás me desampararás. Me someto a tu Voluntad. Amén.

Dios te bendiga

Martha Vílchez de Bardales.

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