MAYORDOMÍA DEL CUERPO

MAYORDOMÍA DEL CUERPO

«Nuestro accionar corporal es una ofrenda continua a Dios… todo lo que hacemos es como para el Señor, separados para Su servicio y actuando en fe»

Por: Jorge Soria

Tomado de: Como administrar tu vida y ser próspero.

La Palabra de Dios afirma que nuestro cuerpo es Templo del Espíritu Santo, lo cual indica que así como respetamos y valoremos nuestro cuerpo así valoramos y respetamos Su presencia en nosotros.

1 Corintios 6:19.

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido de Dios, y que no sois vuestrosí.

2 Corintios 6:16.

¿Y que acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolosí Y vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: ?Habitaré y andaré entre ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo?.

También, nos dice en Romanos 12:1 que debemos presentar nuestro cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. Esto significa que nuestro accionar corporal es una ofrenda continua a Dios, por lo tanto, todo lo que hacemos es como para el Señor, separados para Su servicio y actuando en fe.

El cuidado de nuestro cuerpo involucra varias áreas. Una de ellas es someter nuestros miembros como instrumentos de justicia:

Romanos 6:11-14.

Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

No reine, pues el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias (apetitos, deseo, pasión, placer); ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.

Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

En Santiago nos dice que nuestro cuerpo esta sujeto a nuestra lengua, lo cual significa que una mente renovada y el confesar correctamente nos ayudarán a controlar nuestro cuerpo.

Santiago 3:2-4.

Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo su cuerpo.

He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo.

Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere.

Los apetitos y las obras de la carne sólo serán subyugados si andamos en el espíritu (de acuerdo a nuestro espíritu renacido)

Romanos 8: 8:1,5,6, 9 y 10.

Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu…

Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte; pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz…

Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros… Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.

Gálatas 5:16-25.

Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disenciones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías y cosas semejantes a estas…

Mas el fruto del espíritu (de nuestro espíritu) es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

Si vivís por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

La mayordomía de nuestro cuerpo incluye saber alimentarse, descansar y mantenerlo en forma. En Isaías 1:19 nos promete que comeremos el bien de la tierra, o lo mejor que la tierra produzca.

La vestimenta y nuestro lenguaje corporal también es parte de esta administración. En el libro de Proverbios describe que nuestra forma de vestir revela nuestro interior: como reyes y sacerdotes («…Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos…» Apocalipsis 1:5-6) . También nuestro caminar y porte debe mostrar nuestra confianza y fe.

Las promesas de la Palabra para nuestro cuerpo son la sanidad, salud divina y que rejuveneceremos como águilas.

1 Pedro 2:24.

«Quién llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados; vivamos a la justicia; y por cuta herida fuisteis sanados».

3 Juan 2.

«Amado, yo deseo que tú seas prósperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como próspera tu alma».

Isaías 40: 29,31.

«Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tienen ningunas… los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán»

Efesios 6:10.

«…Fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza».

Romanos 8:11.

«Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros».

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