[devocional-martes] 24 de enero de 2006 – Buscado por la polic?a.

Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino. 
Salmo 119:105.

Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras. 
1 Corintios 15:3.

Buscado por la policía

       Un joven mexicano que quería ser alguien importante en la vida terminó siendo un delincuente. El deseo de ganar mucho dinero lo llevó a querer enriquecerse robando. Con el tiempo, pasó de ser un sencillo ladrón a un famoso bandido. Su nombre, Juan Chavez, encabezó la lista de los delincuentes más buscados por la policía. Durante mucho tiempo logró estar fuera del alcance de la autoridad viviendo en una cueva.

       Cierto día se presentó repentina y voluntariamente en un tribunal de Saltillo: ?Soy Juan Chavez, dijo. El juez se quedó estupefacto, porque conocía muy bien ese nombre, y le preguntó: ?¿Qué lo impulsó a venir aquí? Chavez alzó una Biblia y respondió: ?Este libro me trajo aquí. Vine porque quiero pagar mi deuda con la sociedad. El transformado hombre prosiguió: ?Al volver de una de mis correrías encontré este libro entre los bienes saqueados. Como no tenía nada que hacer, empecé a leerlo. Su lectura me cautivó. Por medio de este libro mi vida cambió y tuvo un nuevo sentido.

       No hace falta ser delincuente para reflexionar sobre el sentido de la vida y buscar la paz interior. Cada ser pensante debería entender claramente cuál es la finalidad de su existencia terrenal y qué le aguarda después de la muerte.

       La única respuesta satisfactoria la da, aún hoy, la Escritura o, mejor dicho, Jesucristo, el Hijo de Dios, quien es el tema central de la Palabra de Dios. Él mismo dijo: ?Escudriñad las Escriturasí ellas son las que dan testimonio de mí? (Juan 5:39).

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    Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. – Tercera carta de Juan versículo 2.

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