[devocional-jueves] 09 de Febrero de 2006 – La vida vegetal y sus frutos (3)

Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento? todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego.  Lucas 3:8-9. Pero parte (de los granos) cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.  Mateo 13:8. La vida vegetal y sus frutos (3)

       ?Dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género? Y vio Dios que era bueno? (Génesis 1:11-12).

       Por tercera vez la intervención divina obró al separar los elementos mezclados en la época de la confusión y desolación descritas en el versículo 2. Ocurre lo mismo en el corazón de los humanos. Si la luz penetra en ellos, pronto revela todo el desorden que allí hay. La gracia de Dios quiere hacernos conocer el perdón y la liberación.

       El efecto de esta misma gracia es separar en nosotros lo que proviene de nuestra mala naturaleza de lo que es la obra del Espíritu Santo. Al extirpar del terreno de nuestros corazones toda la maleza que los invade, y al arrancar sin miramientos las zarzas y los espinos de nuestras malas costumbres, de nuestro orgullo y egoísmo, dejamos penetrar en nosotros la buena semilla de la Palabra de Dios. Ella producirá el fruto para el cual Dios la dio. El alma regenerada será feliz conociendo el amor de su Salvador y podrá dar fruto para Aquel de quien recibió tantos beneficios.

       Bienaventurado aquel que, viviendo separado del mal, bebe de los ríos de la gracia de Dios, echa sus raíces en sus corrientes de aguas y lleva fruto a su tiempo (véase Salmo 1:1-3). ?No se fatigará, ni dejará de dar fruto? (Jeremías 17:8). 

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  Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. – Tercera carta de Juan versículo 2.

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