[devocional-viernes] 17 de Marzo de 2006 – El sue?o de Pedro, Jacobo y Juan (2)

Dormid ya, y descansad. Basta, la hora ha venido; he aquí,
el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores. 

Marcos 14:41.

El sueño de Pedro, Jacobo y Juan (2)
(Marcos 14:37-42)

       Al regresar a donde había dejado a sus tres amigos, Jesús los halló durmiendo. Lucas precisa: ?los halló durmiendo a causa de la tristeza? (22:45). Verdaderamente Jesús estaba solo en esos momentos de intenso dolor. Así se realizan las palabras proféticas: ?Esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo; y consoladores, y ninguno hallé? (Salmo 69:20).

       Todo el amor de nuestro Salvador se expresa en esas palabras dirigidas a sus discípulos, citadas en el encabezamiento. La lucha que acababa de sostener en la oración terminó con su aceptación sin reservas a la voluntad de su Padre, acompañada de una confianza total. Había llegado la hora de la que a menudo había hablado; era la hora de la cruz, la del juicio de Dios contra el pecado, pero también la de nuestra salvación.

       Al invitar a sus discípulos a levantarse, Jesús agregó: ?Vamos?. Iría solo hasta el final, pero los suyos no debían permanecer allí. Sabía que no podrían seguirlo, pero también sabía que se reuniría con ellos el día de su resurrección. ¿No ocurre lo mismo con nosotrosí Jesús ha resucitado. Si podemos contemplar a nuestro Salvador y Señor en su camino de dolor, recordando su muerte en la cruz, levantemos también los ojos de la fe para verle donde ahora se encuentra, sentado a la diestra de Dios su Padre, es decir, en el lugar de honor que le corresponde. Así nuestro cristianismo será más vivaz y feliz.

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    Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. – Tercera carta de Juan versículo 2.

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