[Grafica Cristiana] Arrepentirse no fue posible

Arrepentirse no fue posible

10 de Setiembre, 2004

El sonido del teléfono me despertó. Asumo que estaba en lo mejor de cualquier escena surrealista de las muchas que embargan nuestra mente y corazón cuando descansamos, y que jamás sabemos a ciencia cierta si fue en colores o en blanco y negro y que, aunque no logramos recordar de que se trataba, descubrimos que fue una pesadilla o algo agradable conforme identifiquemos nuestro estado de ánimo al abrir los ojos. Miré el reloj despertador. 3:25 am. El teléfono sonaba aún, no era un sueño.

Al otro lado de la línea me confirmaron el deceso de un familiar. Yo mismo no podía creerlo. Miré todo alrededor y las siluetas de las cosas, en medio de la penumbra, para percatarme de que no era parte del sueño. ¡Estaba despierto! Y aquella persona con la que horas antes había sostenido una plática, había fallecido.

–Debes dejar de hacer tantas locuras. Piensa en tu vida. Acepta a Jesucristo. Nunca sabes cuándo llegará tu hora de partir a la eternidad…Éle dije.

–Me gustan tus conferencias y lo que escribes, pero déjame con mi vida. Recibiré a Cristo en mi corazón cuando haya disfrutado mi juventud…?respondió acompañando sus palabras con una sonora carcajada.

Allí estaba la noticia. Aquel joven había muerto cuando de regreso a casa, luego de tomarse unos tragos con varios amigos, aceleró su motocicleta. El impacto con otro vehículo fue fatal. Su agonía se limitó a poquísimos segundos. No tuvo tiempo de arrepentirse…

Es probable que usted haya pospuesto para mañana o para un día de estosí la decisión de ponerse a cuentas con Dios. Piensa que hay tiempo, pero quizá está equivocado. Nunca sabemos cómo habremos de morir. Sólo Dios lo sabe. Por esa razón es necesario estar preparados, y la mejor forma es recibiendo al Señor Jesucristo en el corazón como el único y suficiente Salvador. De paso estará dando un paso gigantesco hacia el cambio personal y espiritual.

El Señor Jesús dijo a sus seguidores: ?El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.?(Marcos 16:16). Sus palabras no dan lugar a equívocos. No se puede jugar con el asunto de la salvación. En cuestión de segundos se puede definir su destino en la eternidad.

Lo invitamos para que no dilate la decisión. Es necesario hacerla hoy, ahora. Definir dónde pasará su existencia eternamente no es juego. Asegurar vida por siempre es fácil. Basta que reciba a Cristo como Señor y Salvador.

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