[Devocional_Diario] Valientes de Dios

Valientes de Dios – Ellos fueron Valientes

«Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra… Mas estableceré un pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo? Génesis 6:17-18

Noé

En los días de Noé sucedió una catástrofe. El mundo experimentó una lluvia de tal magnitud que fue transformado completamente; sin embargo Dios había establecido un pacto con este varón y cumplió cada uno de los términos de su promesa.

Como en los días de Noé, así también sucede ahora. El mundo esta en crisis, sin embargo aquellos que somos parte de su pueblo hemos recibido su promesa de cuidado permanente, es decir, Él se ha acercado para bendecidnos y estar siempre a nuestro lado. La grandeza de esta promesa tiene que ver contigo y los tuyos de generación en generación. La verdad es que la obra de Dios recién comienza en tu vida, en los años que vendrán verás la manera maravillosa en que Él prosperará tu simiente.

Es que cuando Dios establece comunión con alguien, lo hace para siempre. Dios no tiene el humor cambiante, un día contento y otro molesto; si Dios esta en relación contigo entonces así será siempre.

Porque cuando Dios establece comunión con alguien, no lo hace a escondidas. Él no es como esos enamorados huidizos, que se muestran dulces cuando están solos pero parecen desconocidos cuando están en público. No, Dios no guarda en secreto su amor. Si Dios tiene amor por ti, entonces lo mostrará en toda circunstancia y lugar.

Su pacto no es palabra que se lleva el viento; sin embargo su cumplimiento esta condicionado a nuestra responsabilidad. Dios no falla, pero el cumplimiento de sus promesas esta en directa proporción a la consagración de tu vida para su Reino. Si obedeces y procuras con todas tus fuerzas vivir para Él, entonces muy pronto tú y toda tu familia experimentarán bendición y victoria. Así que en vez de esperar pasivamente, ponte a servir a Dios con todo su ser ¡Créelo y verás los resultados!

Oración: Amado Señor estoy conciente de que depende de mí, el que tus promesas se cumplan. Quiero serte fiel hoy día y caminar en obediencia. Dame fuerzas y controla mi vida. Amén.

Una historia familiar
Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre? Mar. 3:34-35

Quiero contarte la historia de una familia común, compuesta por papá, mamá y dos hijos; ellos vivían bajo el mismo techo, tenían un trato igual entre ellos, pero con el tiempo cada hijo tomó un camino diferente.

El mayor se convirtió en un hombre sin ética y tuvo una vida azarosa, terminó lleno de dinero, rodeado de comodidades, pero abandonando a su familia y siendo odiado por muchos. Todavía puedo ver el rostro de su madre cuando le trajeron la noticia ¡tu hijo se fue con otra! Esa pobre mujer se lleno de vergüenza, tembló por un momento y finalmente exclamó ¡Ya no es mi hijo, no lo crié para hacer daño, no lo conozco!

El menor fue diferente. De pequeño colaboró en la tienda de su padre, se esforzó y estudió hasta llegar a ser profesional, se casó y se convirtió en un hombre ejemplar; no tenía mucho dinero pero era querido por todos, es que era un hombre bueno. Cuando venía de visita cargando sus niños y cuidando a su esposa, mamá se ponía en la puerta para darle la bienvenida y mientras el corazón le saltaba de alegría, ella repetía una y otra vez ¡Ese es mi hijo, ese es mi hijo…!

Ambos recibieron el mismo trato, pero tomaron caminos diferentes. Uno vivió como quiso, haciendo su propia voluntad; el otro vivió como le enseñaron, sujeto a sus principios y valores. Uno se quedo sólo, el otro siempre disfrutó del calor de hogar.

Como sucedió en la historia, sucede en nuestra relación con Dios. Si tomamos el camino que nuestra pasión nos dicta, si elegimos lo material sobre lo espiritual, entonces puede que alcancemos el éxito pero Dios dirá ¡Nunca te conocí, apártate de mí! En cambio, si hacemos de la obediencia a sus mandamientos nuestro modo de vida, puede ser que nadie nos comprenda, que se burlen y nos acusen de fanáticos, pero en cada circunstancia que vivamos tendremos la voz de Dios alentándonos y diciendo claramente ¡ese es mi hijo, ese es mi hijo!

Oración: Señor yo quiero que estés contento conmigo, que siempre estés listo a recocerme como tuyo, por eso te pido que cambies mi corazón y mente; ayúdame a hacer tu voluntad. Amén

Gedeón

Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil? Jueces 7:3

Eran tiempos emocionantes, Dios había llamado a Gedeón para liberar a Israel de la mano de los madianitas. El pueblo estaba excitado, todos tenían deseos de participar en tan gloriosa tarea y las plazas estaban llenas de voluntarios que imaginaban convertirse en héroes. Las muchachas se preparaban para despedir a los valientes, a lo largo del camino coreaban sus nombres favoritos. Todos vivían un ambiente de fiesta… antes de empezar la batalla.

Gedeón y su ejército de entusiastas marchaban a la batalla. Las risas cedieron lugar al entrenamiento riguroso, de la expectativa de ser héroes pasaron a considerar seriamente el riesgo de perder la vida, y entonces apareció el temor.

Querían libertad, anhelaban prosperidad… pero tenían miedo, y el miedo no es una cualidad para los que van a la guerra.

Muchos se volvieron atrás, pero Dios liberó al pueblo. Es que Dios no necesita cantidad, solo quiere algunos que estén listos a creerle, que estén dispuestos a seguirle, que tengan la voluntad de renunciar a sus miedos para confiar en la dirección del Espíritu Santo.

Como en los días de Gedeón, así sucede hoy. Muchos tienen el deseo de vivir para el Señor, entusiastamente declaran estar comprometidos, pero cuando llega el momento de dar testimonio y vivir conforme a los principios bíblicos, se tiran atrás y atemorizados por el qué dirán, por la burla de los compañeros o las presiones del grupo se refugian en una vida tibia; parecen cristianos de verdad pero solo son de apariencia ¿Eres de los siguen al Señor sin temor o de los que se quedan paralizadosí

Oración: Señor yo no quiero ser solo entusiasta, quiero ser valiente de verdad. Quiero dejar de temer a las circunstancias para creerte y disfrutar de las bendiciones que tienes para mí. Amén.

Los valientes de Daniel

He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses…? Dan. 3:17-18

Quienes pronunciaron estas palabras fueron verdaderos creyentes; ellos no dependieron de las circunstancias sino de la fe en Dios. Tenían una fe que no necesitaba pruebas porque se sostenía en la promesa de Dios. Él les había asegurado que siempre estaría junto a ellos, así que les daba igual estar sanos o enfermos, ricos o pobres, porque Él siempre estaba cerca.

Quienes pronunciaron estas palabras fueron verdaderamente valientes. A ellos no les importo si Dios los libraría del peligro; ellos sabían que podía hacerlo y eso bastaba. No estaban seguros si quería hacerlo, pero la posibilidad de morir no los detuvo. Fuese vida o muerte, de todas maneras la decisión era la misma: Nunca servirían a otro Dios que no fuera Jehová de los ejércitos.

Quienes pronunciaron estas palabras fueron hombres que conocieron el dolor y rechazo. A ellos no les contaron el significado de sufrir, ellos sufrieron en grado sumo; sin embargo no escaparon ni tomaron el camino fácil. El dolor no les fue obstáculo para seguir a Dios, el temor no los paralizo, nada fue tan grande como para hacerlos retroceder.

¡Qué bueno sería contar con hombres como aquellos! Verdaderos creyentes, verdaderos valientes, que no se detuvieron ante el dolor sino que lo vencieron porque tuvieron fe en Dios. Con creyentes como estos, el mundo sería fácil de conquistar.

¿Cuál era el secreto? Ellos no dependieron de las circunstancias sino de la promesa de Dios. Ellos no se cruzaron de brazos mientras la tormenta pasaba sino que estuvieron listos a servir a Dios. Como ellos, a nosotros Dios nos ha prometido victoria y bendición, entonces no te lamentes de lo que pueda sucederte hoy, camina por encima del fuego de la prueba, sirve a Dios con todo tu ser y verás la salvación de Jehová.

Oración: Señor yo quiero ser como estos creyentes, quiero ser un cristiano valiente y confiado, que supero las dificultades porque camino de tu mano y nunca dejo de servirte. Amén.

Martha Bardales

Por favor oren por este siervo valiente, es un como un padre para muchos, pero es sobre todo un siervo de Dios.
Lo amamos querido pastor.

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