ELECCIONES: ¿QUIEN ES EL AMO?

ELECCIONES : ¿QUIEN ES EL AMO?

 

¿Cómo evitar el ejercicio despótico de la autoridad y que el pueblo sea siempre, con unos o con otros, el criado de sus "amos"? He ahí la eterna cuestión política, a la que las democracias parecen haberle encontrado la solución mágica: Para que el pueblo no tenga que acatar ningún amo, que lo elija. Pero la cosa no es tan sencilla como a primero vista pretende la fórmula electoral. Pues la "libre" elección de los amos no impide el mal radical: la estructura de amos y criados.

 

Empecemos por reconocer las enormes ventajas que la alternativa electoral presenta frente a todos los autoritarismos y fascismos. Pero ¡cuidado! Una cosa es que al pueblo se le reconozca su soberanía de derecho, y otra que el pueblo sea soberano, dueño de su propio futuro. Es verdad que se vienen haciendo muchas concesiones para que el pueblo participe cada vez más, pero se trata siempre de una participación en la elección de medios, no en la de los fines. El pueblo puede tomar decisiones en el desarrollo económico, pero ¿quién decide el desarrollo? Puede tomar decisiones en política, pero ¿quién decide las directrices políticasí Puede decidir en cuestiones que afectan a su futuro, pero ¿quién decide el futuro? Si no es el pueblo, ¿quién manda en los que mandan? Si al pueblo se le permite decidir en los medios, pero no en los fines, su decisión, por libre que sea, resulta siempre una elección condicionada, mediatizada por los fines. El pueblo decide, cuando los amos quieren. No decide. Peor aún, se cree que decide sin decidir, se cree libre sin serlo, se siente como en casa y está en la jaula.

 

En estas circunstancias, pretender que una libre elección resuelva la antinomia es sólo un espejismo. Sobre todo si se tiene en cuenta que el modo de ejercer la autoridad y de manipular al pueblo por la propaganda y el control de la información, denuncia claramente que los que tienen autoridad se creen los amos. ¡Y eso, no! La autoridad tiene una dinámica interna corrosiva que le lleva a deslizarse hasta convertirse en un poder opresor. El poder instrumentaliza todo, justifica todo a su servicio y de ahí se sigue muerte para los demás (o sufrimiento, o hambre, o esclavitud, o tantas cosas).

 

Por eso Jesús quiere desencadenar la dinámica contraria: No ha venido a que le sirvan, sino para servir y para dar la vida por todos. Esto va a producir su muerte, pero en cambio será vida para los demás. He ahí la alternativa: un poder que todo lo instrumentaliza para su éxito y que mata; o una autoridad que todo lo pone al servicio de los demás, e incluso muere.

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Homilía comentando el Evangelio de Marcos, capítulo 20, versículos 20 al 28, en donde dos de sus discípulos le piden a Jesús que los ponga en los primeros lugares del supuesto reino que esperaban que instaure en la tierra. El Maestro les responde que en el mundo terrenal los jefes gobiernan con tiranía, y los grandes y poderosos hacen sentir su autoridad a los débiles. Les ordena que de entre ellos [sus discípulos] el que quiera ser grande deberá servir a los demás, y el que quiera ser el primero deberá ser el siervo de los demás.

 

Este mandamiento y el de perdonar a los que nos ofenden forman parte del que Jesús resumió como : Ama a tu prójimo como a ti mismo que hace tan difícil ser cristiano.     

 

Protejamos nuestra Biodiversidad y el Medio Ambiente

Juan Alberto Llaguno Betancourt

Lima – Perú – SurAmérica

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