¿Cómo Crecer En La Vida Cristiana?

Leer con oración: Romanos 10:10-14; Mateo 28:19; Hechos 1:8; Salmos 88:9

Y tomad [] la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu (Efesios 6:17b-18a)

CRECER EN VIDA RUMIANDO LA PALABRA DE DIOS

Aunque Pedro haya predicado acerca de invocar el nombre del Señor en el día de Pentecostés, y esa haya sido una práctica común entre los cristianos primitivos, el Señor usó a Pablo para enfatizar esa práctica (Ro 10:10-14; 1 Co 1:2; 2 Ti 2:22), y también, el orar-leer la Palabra, es decir, tomar la Palabra con oración (Ef 6:17b-18a).

Pablo era apóstol entre los gentiles y todo el libro de los Hechos nos habla de esas dos categorías de apóstoles: apóstoles de los judíos, bajo el liderazgo de Pedro, y los apóstoles para los gentiles, bajo el liderazgo de Pablo. El Señor ya les había dicho a los discípulos que ellos deberían ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura (Mc 16:15) y así, ser Sus testigos no solo en Jerusalén, sino también en toda Judea y Samaria y hasta lo último de la tierra (Hch 1:8).

El evangelio no es solo para los judíos, sino para todas las naciones, y tal vez, por no haber practicado eso inmediatamente, el Señor tuvo que buscar otra salida, a través del apóstol Pablo. La vida siempre busca una salida para expandirse. Cuando una semilla que cae en una grieta de la acera, germina y brota, incluso puede hasta quebrar el cemento y dañar la acera, porque quiere expandirse mediante sus raíces y ramas.

El poder de la vida que está en ella es lo que hace esto, es imposible ahogar la vida. El enemigo busca destruir la obra del Espíritu y de la vida en nuestro medio, al levantar celos y envidia de muchos, que usan de todas las formas y maneras para destruirnos. Pero, ¡Alabado sea el Señor! Porque nosotros solo nos preocupamos en invocar el nombre del Señor, orar leer la Palabra, y buscar el crecimiento de vida para llegar a ser el reino y guardar la voluntad eterna de Dios.

Invocar el nombre del Señor es un excelente medio para tocar al Señor en nuestro espíritu y los que no invocan difícilmente estén gozosos. Invocar el nombre del Señor es un mandamiento de Dios (Sal 50:15; Jer 29:12) y es Su deseo (Sal 91:15; Sof 3:9; Zac 13:9). Esa es la manera alegre de beber de la fuente de la salvación de Dios (Is 12:3-4) y la manera de deleitarse en Dios (Job 27:10). Así que, el pueblo de Dios debe invocarlo diariamente (Sal 88:9).

Esta práctica fue profetizada por Joel (Jl 2:32) con relación al jubileo del Nuevo Testamento. Además, nosotros debemos rumiar la palabra del Señor. ¿Qué es rumiar? Es comer la palabra de Dios y digerirla nuevamente hasta que sea totalmente absorbida, pues quien tiene esa práctica, ciertamente crecerá en vida.

El animal que rumia generalmente tiene pezuña hendida. Levítico 11:3-4 dice: De entre los animales, todo el que tiene pezuña hendida y que rumia, este comeréis. Pero de los que rumian o que tienen pezuña, no comeréis estos: el camello, porque rumia, pero no tiene pezuña hendida, lo tendréis por inmundo.

Pezuña hendida significa tener un espíritu de discernimiento, a fin de discernir lo que es del Espíritu y lo que no es. Personas que no rumian la Palabra de Dios no pueden estar en el espíritu y difícilmente pueden discernir la Palabra de Dios, apenas están en la esfera de la mente natural. Cuando invocamos el nombre del Señor y rumiamos la Palabra de Dios, estamos en el espíritu, obtenemos crecimiento en vida y así podemos tener un espíritu de discernimiento.

Punto Clave: Rumiar para tener discernimiento

Pregunta: ¿Cuál es el principal beneficio de rumiar la Palabra?

Dong Yu Lan. Derechos reservados a: Editora Árvore da Vida

SEMANA 7 DÍA 6 Alimento matutino

Mateo 10:38 Y el que no toma su cruz y sigue en pos de Mí, no es digno de Mí.

1 Corintios 2:2 Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado.

Gálatas 6:14 Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.

En cuanto al hecho de reunirnos para adorar a Dios, todos debemos aprender dos asuntos cruciales. Primero, debemos aprender a renunciar a todo nombre que no sea el nombre del Señor Jesús y a congregarnos en Su nombre. Segundo, debemos aprender a rechazar la carne, el yo y la vida natural, y a ejercitar nuestro espíritu.

En todo lo relacionado con la adoración de Dios, debemos ejercitar nuestro espíritu. Siempre que alabemos, debemos alabar con nuestro espíritu. Siempre que hablemos, debemos hablar usando nuestro espíritu. Si hacemos esto, la reunión será en la habitación de Dios. (Life-study of Deuteronomy, pág. 75).

DÍA 6 Lectura para hoy

[Al igual que en Deuteronomio 12, hoy en día] también tenemos el altar, que es la cruz. Además de tener en cuenta lo relacionado con el nombre del Señor y la habitación de Dios, debemos tener el altar, el cual representa la cruz. Lo que Pablo dice en 1 Corintios 2:2 muestra la importancia de este asunto.

El Cristo crucificado era el tema único, el centro, el contenido y la sustancia misma del ministerio de Pablo. A la entrada de la iglesia está la cruz, y todo el que desee ingresar a la iglesia debe experimentar la cruz y ser crucificado. Experimentar la cruz equivale a ser desechados, ser anulados, ser reducidos a nada.

En la iglesia solo Cristo tiene cabida, no nosotros. La cruz es el lugar que nos corresponde. No debemos introducir a la iglesia nada que pertenezca al viejo hombre, a la carne, al yo ni a la vida natural. Cuando estamos en la cruz, estamos verdaderamente en el espíritu. Mientras nos preparamos para asistir a la reunión, podemos orar:

Señor, si aún tengo algo relacionado con la carne, con el yo y con la vida natural, te pido queme perdones y que elimines todas esas cosas. Señor, necesito ser aniquilado por la cruz, y luego, ser ungido contigo mismo. Si todos asistimos a las reuniones de esta manera, nos reuniremos en el nombre de Cristo, nos reuniremos en la habitación de Dios y tendremos la aplicación de la cruz.

Si tenemos en cuenta lo relacionado con el nombre, la habitación y la cruz, no habrá divisiones entre nosotros. Todos seremos uno: uno en el mismo nombre, uno en la misma habitación y uno al experimentar la misma cruz. (Life-study of Deuteronomy, págs. 75-76).

Después de la muerte de Salomón, el reino de David se dividió (1 R. 11:29-37). A partir de entonces, los hijos de Israel quedaron divididos en dos reinos: el reino de Judá al sur y el reino de Israel al norte. Sin embargo, el centro de adoración que Dios había escogido, no se dividió, sino que siguió siendo el mismo. Esto le causó mucha preocupación a Jeroboam.

Probablemente, en lo más profundo de su corazón, se dijo a sí mismo: Si estas diez tribus continúan yendo a Jerusalén para adorar a Dios, quizás sean influenciadas por las otras y me maten, y después regresen a la casa de David?. Por esta razón, Jeroboam estableció otros dos centros de adoración, uno en Bet-el y otro en Dan, para que le resultara más conveniente a su pueblo (1 R.12:26-33).

Jeroboam parecía estar diciéndole al pueblo de una manera sutil: Es demasiado difícil para vosotros viajar hasta Jerusalén. Esto no es nada conveniente. Yo os he establecido otros dos centros de adoración, así que no tenéis necesidad de ir más a Jerusalén. Ahora podéis ir a Dan o a Bet-el para adorar a vuestro Dios. El significado del pecado de Jeroboam puede verse en lo que se practica en el cristianismo actual.

Ciertos pastores y supuestos obreros cristianos desean tener un imperio que esté bajo su control. Así que para asegurar su propio reino, ellos, al igual que Jeroboam, establecen sus propios centros de adoración. Jeroboam no tenía a Dios en realidad, pues [él] hizo dos becerros de oro. Así como Jeroboam tenía solo a Dios de nombre, algunas de las cosas que hoy en día llaman Dios en los centros de adoración, son simplemente Dios de nombre. En realidad, no son Dios sino un becerro. (Young People’s Training, págs. 160-161)

Lectura adicional: YoungPeople’s Training, cap. 12; Estudio-vida de 1 y 2 Reyes, mensaje 8 Witness Lee Derechos reservados a: Living Stream Ministry ¡Jesús es el Señor!  

Nuestro propósito no es comunicar conocimiento, ni métodos bíblicos a los santos, sino ayudar a los que ya siguen al Señor y caminan en esta senda con el objeto de avanzar.

Watchman Nee  

El verdadero ministerio se concibe en el vientre del sufrimiento, nace con fatiga y con dolor, y se mece en una cruz. Ciertamente hay un camino solitario para los que buscan andar con Dios. Pero cuando andemos con el Señor, vamos a encontrar compañía en otros que también conocieron el rechazo y el sufrimiento cuando anduvieron con Dios, y aprendieron sus caminos

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