[devocional-martes] 02 de Mayo de 2006 – No te hagas ning?n mal.

La congoja en el corazón del hombre lo abate;
mas la buena palabra lo alegra.
El justo sirve de guía a su prójimo. 

Proverbios 12:25-26

Así dice el Señor: ?Buscadme, y viviréis. 
Amós 5:4

No te hagas ningún mal

       Era de noche. Las puertas de la prisión en la cual Pablo y Silas se hallaban encarcelados estaban cerradas. Los pies de los prisioneros habían sido asegurados en el cepo. Toda evasión parecía imposible; sin embargo, ?sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron? (Hechos 16:26). El carcelero se despertó, y al ver las puertas abiertas, temió en gran manera; pensó en la fuga de los prisioneros, en su responsabilidad, su carrera destruida y su honor perdido. Acto seguido, ?sacó la espada y se iba a matar?.

       Han pasado casi veinte siglos desde que ocurrió este acontecimiento. Y aún hoy, hombres y mujeres desesperados sólo ven una salida: quitarse la vida. Para disuadirlos de hacer lo irreparable, sólo podemos invitarlos a escuchar lo que el apóstol Pablo dijo al carcelero: ?No te hagas ningún mal?. Una espada no liberaría a ese hombre; sólo Dios podía darle la fuerza para vivir. Entonces exclamó: ?¿Qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo?. Y en seguida recibió la verdadera liberación. Era salvado de la muerte eterna; para él ya no se trataba de poner fin a sus días. Tenía la paz con Dios y se regocijó con toda su familia. Cuidó las heridas de sus presos. Fue el comienzo de una vida completamente nueva, gracias a la fe en el Hijo de Dios.

  • El devocional diario, es editado por: "La Buena Semilla" 1166 Perroy (Suiza) © Copyright: Todos los derechos reservados.
  • El texto enviado hoy es el del día correspondiente del año pasado.
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    Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. – Tercera carta de Juan versículo 2.

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