OFRENDANDO A DIOS ( Conflictos Juveniles)

OFRENDANDO A DIOS CONFLICTOS JUVENILES

(ESTUDIO REALIZADO POR PABLO MARTINI)

Querido joven, otra vez nos encontramos para estudiar, con el objetivo de ayudarte en las decisiones de tu vida para lograr un futuro digno de un hijo/a de Dios. En esta oportunidad quisiera que continuemos hablando sobre el dinero pero no tanto el que recibo sino el que doy, mi ofrenda a Dios. ¿Qué dice la Biblia sobre el ofrendará. ¿Es correcta la actitud de ciertos grupos denominados evangélicos que hacen de la ofrenda su único tema de doctrina y que manejan así grandes sumas de dineros de los ofrendantesí.

Tal vez entre nuestro auditorio se encuentre alguien que ha sido víctima de este tipo de abuso muy común hoy en día y esa experiencia le ha bloqueado para toda la vida o lo que es peor le ha desilusionado con la iglesia llevándole al hermetismo total hacia las cosas de Dios. Si recuerdas uno de los principios que comentamos en el estudio anterior refiriéndonos al rico insensato, uno de los errores que cometió fue el de creer que las posesiones eran propiedad exclusiva de él y que podía hacer con ellas lo que bien le pareciera.

La Biblia enseña con claridad que todo lo que poseemos comenzando desde la vida misma, la salud, los hijos, las capacidades y bienes materiales nos son dados por Dios y por lo tanto merecen de nuestra correcta administración como buenos mayordomos de Dios. En Lucas 16, el Señor refirió otra parábola acerca de un mayordomo que primero fue desleal en su cargo pero que luego recibió la alabanza de su amo por haber actuado sagazmente al asegurarse su futuro perdonando a algunos de los acreedores y en el versículo 9 da un consejo que nos puede servir. «Y yo os digo, ganad amigos por medio de las riquezas injustas (al referirse al dinero que pasa por nuestras manos que de una u otra manera está manchado con los negocios injustos por los que ha pasado), para que cuando éstas falten (aquel día que estemos en el cielo donde no hay dinero que la polilla corrompa), esos amigos ganados por el buen uso de nuestro dinero en la tierra nos reciban en las moradas eternas en una caravana de agradecimiento».

De esta sencilla lección se desprende una pregunta elemental: ¿Estás utilizando correctamente el dinero que pasa por tus manos invirtiendo para la eternidad consiente que es de Dios y no tuyo, o de una manera egoísta planeas tus finanzas sólo en base a inversiones terrenas e intrascendentes que no te darán rédito en el cielo?. En la palabra de Dios encontramos que la fiel administración de nuestro dinero es un reflejo de la fidelidad aplicada en las demás áreas de la vida y viceversa, la infidelidad o desproligidad en el uso del dinero denota una inmadurez en las demás áreas de la vida. Los versículos 10 y 11 del texto dice : «el que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.

Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿Quién os confiará lo verdadero?. Hemos visto entonces que debemos administrar sabiamente el dinero que pasa por nuestras manos sabiendo que es de Dios, y que debemos invertirlo de tal manera que todos nuestros movimientos económicos, compras y gastos sean con el fin de aportar para la eternidad (que no necesariamente significa que debemos dar todo a la iglesia) pero sí que todo lo hagamos con la guía de Dios y poniéndolo a su servicio.

También vimos que esta actitud sabia denota sabiduría y aprobación de Dios en las demás áreas de la vida. Ahora bien, tu me dirás,  estoy de acuerdo con todo esto pero lo cierto es que en mi bolsillo hay sólo algunas monedas y, bueno» cuando tenga daré, ahora no ofrendo porque no tengo». Pensar de ésta manera es un error mas bien deberíamos reconocer: «No tengo porque no doy». Y sin ánimo de que seas una víctima más de los abusos y despojos a los que nos referíamos con anterioridad, quisiera que veamos juntos Filipenses 4:19: «Mi Dios pues, suplirá todo lo que os falte, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús». Te parecerá extraño que para animarte a dar te cite un texto donde se anima a esperar recibir, lo cierto es que estos Filipenses estaban en necesidad porque habían dado más allá de sus fuerzas para la empresa evangelística de Pablo, a tal punto que habían quedado en rojo, en déficit, y es allí cuando encaja esta magnífica promesa de superabundancia (ya que habla de: «conforme a sus riquezas»).

En otras palabras habían creado una necesidad real en su economía, habían considerado como prioritaria la causa del evangelio y su progreso y ahora estaban listos para ver la mano de Dios obrando con poder. Me parece escuchar tus pensamientos hacia este concepto y decirme: ¿sabes qué?, eso es justamente lo que vengo oyendo por ahí en cuanto a que debes dar para cosechar más para luego encontrar que todo era una farsa y quedar despojado de mis bienes y de mi confianza una vez más. Permíteme decirte si este es tu razonamiento que justamente allí radica el error, tu no debes dar para recibir más, tu debes dar por amor a Dios y a Su Causa. De otra manera, en una actitud egoísta, estarías obligando a Dios a que te bendiga por el cumplimiento de sus propias promesas y eso no es correcto. La ofrenda, lejos de ser movida por corazones egoístas y ambiciosos, es el fiel reflejo de un alma agradecida a Dios que anhela dar algo de lo mucho que Él le da.

En realidad no es una ofrenda del bolsillo sino del corazón como resultado de alguien que primero se ofrendó a sí mismo a Dios. Podemos ver 2da de Corintios 8:5 para respaldar este concepto: «…y no como lo esperábamos, sino que a sí mismo se dieron PRIMERAMENTE A DIOS y luego a nosotros por la voluntad de Dios», ese es el proceso correcto de la ofrenda. Como te darás cuenta es otro de los tantos asuntos de fe de la vida cristiana.

Dios promete bendecir a aquellos que dan como Él espera, pero su fin no es prosperar al creyente sólo para que disfrute de sus recompensas, sino para que, teniendo más o recibiendo más de Dios, pueda distribuir mejor. En otras palabras Dios busca buenos distribuidores. Creo que sería bueno ver al respecto 2da de Corintios 9:8-15: «Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario abundéis para toda buena obra; como está escrito: «repartió, dio a los pobres, su justicia permanece para siempre, y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en toda liberalidad la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.

Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios. Pues por la experiencia de esta ministración glorifica a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo y por la libertad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.

¡Gracias a Dios por su don inefable!.» Creo que es por demás clara la exposición del apóstol, y es un desafío para aquellos que quieran asumir el rol de buenos administradores de las riquezas de Dios. Tal vez sea prudente dar también una palabra sobre el malentendido «diezmo». Al establecerse los israelitas en la tierra de Canaán, el diezmo reglamentado entró a formar parte de la legislación del estado teocrático.

A la tribu de Leví no se le asignó heredar ya que estaba encargada de desempeñar el oficio religioso, el sacerdocio y la enseñanza al pueblo. Todos los componentes de esta tribu tenían que vivir de los diezmos que pagaban las otras. El diezmo consistía en la décima parte de todo producto de la tierra y de los animales. Cuando el pueblo de Israel se apartó de su Dios y cayó en la idolatría, el diezmo también cayó en desuso.

Tanto el rey Ezequías como Nehemías el profeta, exhortaron al pueblo a restaurar esto. La iglesia es diferente a esto, con respecto a Israel. No encontramos en los Hechos ni en las epístolas indicios del diezmo para los cristianos de hoy. (Romanos 15:4). Las instituciones del viejo pacto no tienen aplicación literal en el nuevo, pero desempeñan un rol didáctico que no se debe ignorar.

Debemos aprender a dedicar seriamente una parte de nuestras entradas al sostenimiento de la obra. Nuestras contribuciones deben ser proporcionales a las entradas. Dejemos que la conciencia cristiana responda. El viejo pacto está abolido, los ejemplos patriarcales no tienen necesariamente que tomarse al pie de la letra, aunque existen ciertos grupos de hermanos en Cristo que lo practican y no debemos debatir sobre estas cuestiones, pero nadie debe usar esta verdad para justificar la mezquindad y la avaricia.

Seamos ofrendadores generosos dándonos en primer lugar a Dios y descubrirás una nueva dimensión en la vida cristiana.

CONFLICTOS JUVENILES 

(ESTUDIO REALIZADO POR PABLO MARTINI)

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