¿Podemos decir que todo lo que pasa en el mundo es la voluntad de Dios?

¿Podemos decir que todo lo que pasa en el mundo es la voluntad de Diosí

Dejemos que la Biblia hable por sí sola sobre este importante asunto. La Biblia es clara al manifestar que Dios es absolutamente soberano en el universo. El hombre puede tomar sus propias decisiones en el libre uso de su voluntad, pero es Dios quien en último término tiene la última palabra. Jeremías 10:23 dice: «Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos.» Por eso es que la Biblia dice en Proverbios 16:1 que «Del hombre son las disposiciones del corazón; mas de Jehová es la respuesta de la lengua» Por más que el hombre se jacte de que puede manejar su vida como quiera, es en realidad Dios quien está por sobre esa decisión del hombre. Proverbios 16:9 dice: «El corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová endereza sus pasos» Aquí vemos la soberanía de Dios en toda su plena dimensión. Sobre esta base, podemos afirmar con toda propiedad que nada sucede en el mundo sin el permiso de Dios. Sin embargo, esto no significa que Dios es el autor de toda la maldad que hay en el mundo. Dios es santo y todas sus obras tienen que ser santas. Salmo 22:3 hablando de Dios dice lo siguiente: «Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel.» Hablando de las obras santas de Dios, Salmo 77:13 dice: «Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué dios es grande como nuestro Dios»(con mayuscula no lo olvides)

Un Dios así, no puede de ninguna manera ser el autor de la pobreza, la guerra, la enfermedad, y del pecado en general. Dios podía haber hecho un universo en el cual se haga única y exclusivamente lo que él quiere, si ese fuera el caso, no habría ninguna maldad en el mundo, pero también, el mundo no pasaría de ser sino una marioneta con Dios moviendo los hilos. Los hombres y los ángeles serían como robots cumpliendo al pie de la letra las órdenes del fabricante.

Dios ciertamente no quiso algo así, por eso creó el mundo con criaturas inteligentes, quienes de su propia voluntad le amen y le sirvan. Para lograr algo así, Dios creó seres con la capacidad de decidir por ellos mismos, aún sabiendo que esas decisiones bien podrían ser equivocadas y contrarias a la voluntad de Dios. En su soberanía, Dios estableció que toda decisión que tome el hombre tenga su consecuencia. Si la decisión es conforme a la voluntad de Dios la consecuencia será buena, y el mundo recibirá el beneficio que parte de esa buena consecuencia, si la decisión es contraria a la voluntad de Dios, la consecuencia será dolorosa y el mundo se verá afectado por esa mala consecuencia. De aquí es donde parte toda la maldad que se contempla en el mundo. Esa maldad no es la voluntad de Dios, pero Dios lo permite en su soberanía.

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