[GRUPOMINISTERIOMUJER] mi seguridad, un elemento esencial, atento a mis emociones

Mi seguridad

¡Ayúdame y ponme a salvo para que obedezca tu palabra! (Salmo 119.117, TLA)
 
Debes tener presente que nosotros, los niños, somos seres en desarrollo, todavía muy vulnerables. Dependemos de la seguridad y la protección que nuestros padres o tutores puedan brindarnos.
 
Para que pueda yo obtener un crecimiento armonioso en todos los aspectos, tanto físico, mental, social como espiritual, debo, primordialmente, sentirme seguro.
 
Algo que me da mucha seguridad es tener junto a mí a un adulto con el cual pueda relacionarme y que yo sepa puede protegerme.
 
Un buen ejemplo de esto es cuando cruzo la calle tomado de la mano de mamá o papá. No me preocupo de observar el semáforo, sino que prosigo feliz, algunas veces saltando y hablando, despreocupado del peligro porque me siento seguro en la compañía de mi protector.
 
Debes estar siempre alerta, a fin de observar y cubrir mis necesidades e inquietudes en cuanto a mi seguridad personal.
 
Ten presente que en esta etapa de mi vida necesito que me cuides mucho, aunque sin extremar tus precauciones.


Un elemento esencial

Los que aman tu palabra disfrutan de mucha paz y no sufren ningún tropiezo. (Salmo 119.165, TLA)
 
Un elemento esencial en mi seguridad es el amor.
 
Es de conocimiento general que un niño amado es un niño feliz.
 
Debes saber que yo percibo perfectamente bien cuando soy amado o cuando soy rechazado.
 
Es importante que expreses tu amor hacia mí. Debes mostrarme que soy importante para ti, así como soy importante para Dios.
 
Debes demostrarme amor de diferentes maneras. Los muchos juguetes o la ropa cara no siempre expresan el verdadero amor.
 
Nosotros los niños somos muy intuitivos y percibimos la realidad afectiva de quienes nos rodean.
 
El amor puro, desinteresado y constante es el que verdaderamente nos da seguridad.


Atento a mis emociones

Cuando estoy afligido y en problemas, tus mandamientos son mi alegría. (Salmo 119.143, TLA)
 
Las emociones son reacciones sencillas, relacionadas con la satisfacción o la insatisfacción del ser humano.
 
Mis emociones están ligadas a la necesidad de alimentación, de agua, de aire, de descanso, etc.
 
Colores, sonidos, olores, en fin, sensaciones agradables y desagradables también me causan reacciones emocionales.
 
Las emociones y los sentimientos se vuelven complejos a medida que voy madurando y comienzo a vivir en diferentes grupos sociales.
 
Muchos de nosotros, aun con siete años de edad y hasta más, todavía no hemos madurado lo suficiente. Dentro de nuestro cuadro emocional, algunos podemos presentar un acentuado desequilibrio en nuestra relación con los demás niños.
 
Síntomas de este desequilibrio en mí pueden ser: Cuando me exalto mucho ante la crítica o el regaño; cuando lloro con facilidad o soy demasiado irritable, rebelde o dominante.
 
Para contribuir a que alcance la madurez emocional adecuada a mi edad, debes procurar orientarme de manera que, ante las diferentes situaciones, me sienta satisfecho, seguro y motivado.


Tomado de chicosweb


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