ENGENDRAR, CUIDAR, APACENTAR Y NUTRIR – ALIMENTO MATUTINO

 

PRACTICANDO EL LIBRO DE LOS HECHOS
Semana 13 — El llamado de Macedonia
Lunes — Leer con oración: Hch 1:8; 16:6-10; Gn 1:28; Jn 1:12; 1 Ts 2:11-12

 


 

«Aunque podíamos imponer nuestra autoridad como apóstoles de Cristo. Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos» (1 Ts 2:6-7)

 

ENGENDRAR, CUIDAR, APACENTAR Y NUTRIR

 

Ese versículo fue leído por los cristianos innumerables veces, pero pocos lo entienden, pueden cumplirlo y practicarlo adecuadamente. Fuimos creados de acuerdo con la voluntad de Dios, a Su imagen y conforme a Su semejanza. Él nos bendijo dándonos la orden de ser fructíferos y multiplicarnos, llenar la tierra y sojuzgarla. Ser fructífero está relacionado con el hecho de engendrar, de predicar el evangelio. Engendrar físicamente, es dispensar la vida humana a otro ser, a los hijos. Predicar el evangelio es dispensar la vida divina a las personas, para que lleguen a ser hijos de Dios (cfr. Jn 1:12). Esto es que el mismo Dios, como semilla de vida, es colocado en ellas. Después de engendrar, puesto que espiritualmente aún son como bebes, es necesario y muy importante cuidar, apacentar y nutrir a los nuevos creyentes.

 

Hace algunos años fuimos a Portugal para la obra de expansión, y la iglesia fue engendrada en dos ciudades. Después de esto, siempre tuvimos la intención de continuar visitándolos para cuidar de los santos allí. Debido a ciertas dificultades, no tuvimos más fuerzas para seguir yendo. Pasados dos años, algunos hermanos de allá que vinieron a participar de la conferencia en Brasil nos dijeron: ¡Ustedes nos engendraron y después nos abandonaron!. Al oír esto, quedamos muy entristecidos y pensamos: ¿Qué haremosí. Oramos mucho sobre este asunto y el Señor nos dio la libertad en el espíritu para volver a visitarlos. No importa cuántas dificultades o barreras se levanten, continuaremos cuidando de esos hermanos. Además de engendrar, necesitamos también cuidar de los nuevos convertidos.

 

En 1 Tesalonicenses 2:7 vemos que al engendrar debemos llegar a ser tiernos con los hermanos, como la nodriza que cuida con cariño a sus propios hijos. Al cuidarlos, debemos hacerlo como lo hace una madre, que llega al punto de dar su propia vida por el hijo, además de enseñar y educar. Esa enseñanza, educación, no es como la de un profesor, ni es como un entrenamiento del ejército, sino que debe ser con el corazón de un padre, exhortando, consolando y amonestando (2:11-12). Es con ese tipo de corazón que debemos cuidar a los santos.

 

Punto Clave: Ser como padres y madres

 

Pregunta: ¿De qué manera debemos cuidar a los nuevos convertidosí

 

Dong Yu Lan

 

SEMANA 4  DÍA 1

 

Alimento matutino

 

He. 13:17 Obedeced a vuestros guías, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con gozo, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.

 

1 P. 5:2 Pastoread el rebaño de Dios que está entre vosotros, velando sobre él, no por fuerza, sino voluntariamente, según Dios; no por viles ganancias, sino con toda solicitud.

 


 

Pastorear el rebaño de Dios [1 P. 5:2] requiere sufrir por el Cuerpo de Cristo, tal como Cristo sufrió (Col. 1:24).El que hace esto será recompensado con la corona inmarcesible de gloria (1 P. 5:4).

 

 

Según 1 Pedro 5:2, los ancianos no son gobernantes, sino pastores. En ocasiones tal vez un pastor tenga que ejercer cierta autoridad sobre el rebaño, pero no lo hará a la manera de un rey, sino como alguien que se preocupa por el rebaño. Pastorear significa cuidar del rebaño de una manera apropiada. El rebaño necesita el debido cuidado y protección, y que se le guíe en la dirección correcta. Necesita ser conducido a lugares donde pueda comer y beber. En esto consiste el pastoreo. En 5:2 Pedro no les dice a los ancianos que pastoreen su propio rebaño; más bien, les encarga que pastoreen el rebaño de Dios. El rebaño no es propiedad de los ancianos, sino de Dios. En cierto sentido, los ancianos han sido empleados por Dios para que pastoreen Su rebaño. (Estudio-vida de 1 Pedro, págs. 317-318)

 

Lectura para hoy

 

 

Los ancianos no deben pensar que la iglesia en la cual ellos presiden es propiedad de ellos. En el Nuevo Testamento  a la iglesia se le llama la iglesia de Cristo, la iglesia de Dios y la iglesia de los santos (Ro. 16:16; 1 Co. 1:2; 14:33), pero en ningún momento se le llama la iglesia de los apóstoles, ni la iglesia de los ancianos. La iglesia en definitiva no es pertenencia de los apóstoles ni de los ancianos . Con todo, es posible que un apóstol piense que puesto que cierta iglesia fue levantada por su ministerio, esa iglesia le pertenece a él, y, asimismo, que los ancianos piensen que puesto que ellos presiden en la iglesia, esa iglesia les pertenece. Sin embargo, Pedro deja muy en claro que los ancianos deben pastorear el rebaño de Dios, no su propio rebaño. La palabra velando en 1 Pedro 5:2 significa asumir la responsabilidad de vigilar, observar atentamente para conocer la verdadera situación. Hace años pensaba que velar consistía en fijarse en quién tenía la razón y quién estaba equivocado, quién estaba progresando bien y quién no. Pero más tarde comprendí que velar principalmente tiene que ver con atender a las necesidades. Por ejemplo, cuando un pastor vela por el rebaño, su preocupación [es] enterarse de cuál es la necesidad del rebaño. Él vela para proteger al rebaño, para guiarlo y alimentarlo. El pastor vela de esta manera para suministrarle al rebaño todo lo que necesite. Los ancianos deben comprender que el Señor no los puso por gobernantes para que ejercieran autoridad sobre los demás.

 

Ejercer señorío sobre otros es algo desagradable y vil. Los ancianos jamás deben ejercer señorío sobre nadie. En el Evangelio de Mateo el Señor Jesús dijo que Él es el único Señor y Maestro y que todos nosotros somos hermanos (Mt. 23:8, 10).Esto significa que los ancianos, los que toman la delantera, no son más que hermanos también. En el versículo 3 Pedro añade: No como teniendo señorío sobre lo que se os ha asignado, sino siendo ejemplos del rebaño.

 

 

Tener señorío sobre los demás es ejercer señorío sobre los que son gobernados (Mt. 20:25). Entre los creyentes, aparte de Cristo, no debe haber otro señor.Todos los ancianos deben ser esclavos de los santos. No basta con que los ancianos sean siervos, ya que tienen que ser esclavos  Pedro escuchó al Señor Jesús decir que los que deseen ser grandes tienen que ser esclavos. Los ancianos deben considerarse a sí mismos esclavos, y considerar a los hermanos y hermanas, sus amos. Los ancianos, en lugar de ejercer señorío sobre lo que se les ha asignado, deben ser ejemplos del rebaño. Esto significa que ellos deben tomar la iniciativa en servir a la iglesia y en cuidar de ella, a fin de que los creyentes sigan su ejemplo. (Estudio-vida de 1 Pedro, págs. 318-319, 320-321)

 


 

Lectura adicional:Estudio-vida de 1 Pedro, mensaje 32; Los grupos vitales, mensajes 6-7; The Way to Practice the Lords Present Move, caps. 8-9; El vivir del Dios-hombre, mensaje 2; La autoridad y la sumisión, cap. 18

 

Witness Lee

 

¡Jesús es el Señor!

 

 

Nuestro proposito no es comunicar conocimiento, ni métodos bíblicos a los santos, sino ayudar a los que ya siguen al Señor y caminan en esta senda con el objeto de avanzar.
Watchman Nee
El verdadero ministerio se concibe en el vientre del sufrimiento, nace con fatiga y con dolor, y se mece en una cruz.
Ciertamente hay un camino solitario para los que buscan andar con Dios. Pero cuando andemos con el Señor, vamos a encontrar compañia en otros que tambien conocieron el rechazo y el sufrimiento cuando  anduvieron con Dios, y aprendieron sus caminos


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