Historias Con Reflexión: Inténtalo de Nuevo

Reflexiones Con Historias Cristianas: “Inténtalo de nuevo”

“Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada; pero en tu palabra echaremos las redes” (Lucas 5:5).

Gail Borden, un inventor del siglo XIX, estaba obsesionado con la idea de condensar alimentos. Su primer intento, un “bizcocho de carne” condensado, resultó en un tremendo fracaso. Durante un largo viaje por el océano, a Gail se le ocurrió una idea mejor. Estaba muy preocupado por algunos niños que estaban enfermos durante ese viaje. Algunas vacas que estaban en el barco para producir leche se mareaban con el movimiento del mar y no producían leche saludable. Cuatro niños murieron después de beber la leche contaminada.

Borden estaba decidido a evaporar la leche de tal manera que pudiera ser transportada de manera fácil y segura. Después de muchos intentos, finalmente logró inventar un proceso que eliminaba toda el agua de la leche. Durante la Guerra Civil, la leche enlatada tuvo un gran éxito y Borden hizo una gran fortuna. Después de su muerte, un epitafio fue colocado en su tumba en forma de una lata de leche que decía: “Intenté y fallé; intenté de nuevo y tuve éxito”.

¿Cómo manejamos los intentos de realizar algo que resultan en fracasos? ¿Cómo enfrentamos las muchas derrotas que dejamos en el camino durante la trayectoria de nuestras vidas? ¿Bajamos la cabeza, resignados con el fracaso, decididos a desistir o aprovechamos el aprendizaje como resorte propulsor para dar un paso adelante, en una nueva tentativa, seguros de que más temprano o más tarde alcanzaremos la victoria?

El gran secreto en la búsqueda de las conquistas de nuestros sueños es creer que nada nos impedirá realizarlos. No importa si el camino estará lleno de flores o de piedras, si será adoquinado y liso o agujereado y lleno de obstáculos, si lo transitaremos bajo el sol claro y la brisa agradable o en medio de grandes tempestades, lo cierto es que llegaremos allí.

La fuerza necesaria para estar listos para esta aventura de fe viene del Señor. Cuando abrimos nuestro corazón a Jesús, el vigor espiritual nos llena de confianza en el éxito de todos nuestros propósitos y aleja concluyentemente el “no puedo” y el “no vale la pena intentarlo de nuevo”. Con la compañía de Dios en el camino de la vida, lo único que recordamos es que “todo es posible para aquellos que creen”.

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