Beber la Copa de Cristo.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos pareció que estábamos soñando. Entonces nuestra boca y nuestros labios se llenaron de risas y gritos de alegría; entonces los paganos decían: ¡El Señor ha hecho grandes cosas por ellos! [Salmo 126,1 – 2].————————————————-Por medio de Jesucristo hemos sidos liberados de la esclavitud del pecado. Nuestra vida nueva en Cristo parecería un sueño inalcanzable, sin embargo Dios nos ha amado de tal forma que en verdad nos ha hecho hijos suyos.
Mientras continúa nuestra peregrinación por este mundo hacia la posesión de los bienes definitivos, pasare mos por muchas pruebas. No debemos desanimarnos ni desesperarnos, sino saber que lo que Dios esté sembrando en nosotros ha de producir frutos abundantes de buenas obras, a pesar de que todo esto nos cause dolor o requiera determinadas renuncias; tomando la cruz de cada día y asumiendo todas las consecuencias que conlleva dicha decisión. Beber el cáliz del Señor, estar dispuestos a contemplar nuestra vida de fe y de testimonio de la misma no como un camino fácil, cómodo, ni a nuestra medida. Jesús no nos quiere instalados, Él nos quiere desprendidos de todo, incluso de nosotros mismos, capaces de dar nuestra vida por los demás y no de aprovecharnos de ellos para nuestros propios intereses.
————————————————Sí, el Señor había hecho grande s cosas por nosotros, y estábamos alegres. ¡Señor, haz que cambie de nuevo nuestra suerte, como cambia el desierto con las lluvias! [Salmo 126,3 – 4].————————————————

El Señor escogió lo débil del mundo para confundir lo fuerte; para Él no cuenta lo externo, sino lo interno. El vaso puede no sólo parecer, sino de hecho es demasiado frágil [2 Corintios 4,7]. La presencia de Cristo en quien ha sido escogido y enviado por Él es lo más importante; somos portadores de Cristo y a través de nosotros, es &Eacut e;l quien no sólo habla, sino actúa a favor de todos. Quienes nos vean y escuchen probablemente nos rechacen; ese es nuestro estar crucificados junto con Cristo, y mientras en nosotros actúa la muerte, en los demás actuará la vida, pues no hay posibilidad de vida sino a través del morir a uno mismo, como el grano de trigo sembrado en la tierra. Así a través de nuestra vida, el Señor actuará constantemente en favor de los demás y los conducirá a la fe que los salva.

————————————————Los que siembran con lágrimas, cosecharán con gritos de alegría. Aunque lloren mientras llevan el saco de semilla, volverán cantando de alegría, con manojos de trigo entre los brazos [Salmo 126,5 – 6].———————————————–Debemos estar conscientes de que lo que hemos recibido no es para esconderlo sino para hacerlo llegar a todos, de tal forma que esa vida del Señor, a pesar de que seamos despreciados, perseguidos y condenados a muerte [Mateo 20,22], la hemos de llevar y sembrar en el corazón de todos; al final nos alegraremos de la cosecha abundante que habrá producido nuestra disponibilidad al Señor, para que por nuestro medio Él sea conocido, amado y aceptado en todos los corazones. Sabemos que al final, para que estemos para siempre en Dios y Dios en nosotros, el Señor nos resucitará para hacernos partícipes de la misma gloria que ya posee Aq uel que por nosotros murió y resucitó, pues nuestros pasos habrán seguido sus huellas hasta encontrarnos con Él eternamente a la diestra de Dios Padre. Nuestra vida es un campo que hay que sembrar con lágrimas; vivir es trabajo duro, pero tenemos la certeza que la cosecha nos devolverá la sonrisa a nuestro cansado rostro. ¡¡¡Amado Cristo, yo también quiero cambiar para reconocer tu gloria y aceptar tu corrección con humildad. Así el Padre Dios podrá transformarme para su gloria y honor!!!  ——————————————————————————– Que el Padre Dios te bendiga y te proteja, te mire con agrado y te muestre su bondad. Que el Padre Dios te mire con amor y te conceda la paz.
Protejamos nuestra Biodiversidad y el Medio Ambiente [Génesis 2,15]
Juan Alberto Llaguno Betancourt
Lima – Perú – SurAmérica


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