COLABORANDO PARA LA UNIDAD ( 1ª PARTE)

 ESTUDIO BÍBLICO COLABORANDO PARA LA UNIDAD 1ª PARTE

 CONFLICTOS JUVENILES ESTUDIO

(E.REALIZADO POR PABLO MARTINI)

Bienvenido querido joven, a un nuevo estudio sobre: «Conflictos de la juventud», un espacio donde podemos conversar sobre los temas que nos interesan y nos atemorizan tantas veces. Venimos hablando hace unos estudios, sobre lo relacionado al aspecto congregacional.

Esa área que tantas veces le trae conflicto al joven y estoy seguro que también a ti te ha quitado el sueño más de una vez. Hoy quisiera que pensemos en una palabra que es medular en estos asuntos eclesiásticos y que lamentablemente parece haber ya pasado de moda pero no es así. La UNIDAD. ¿Es posible en nuestro siglo 21, donde los ideales del hombre pugnan por la superioridad del uno sobre el otro no importa a qué precio, pensar en que pueda subsistir aún una comunidad como lo es la iglesia en perfecta unidad?. Aunque parezca una utopía el creyente fiel a Dios y a su palabra aún puede y debe gritar que: ¡Sí. La meta ideal según vemos en las sagradas escrituras es la de una iglesia unida en amor que avanza en cosecha de almas.

Quisiera que tomemos como base uno de los pasajes, a mi modesto entender, más nutritivos respecto a este tema de fundamental importancia para la vida de la iglesia local y el correcto funcionamiento de la obra del Señor en todos los tiempos; a saber: Efesios 4:1-6. Los primeros tres capítulos de la epístola, marcan la imperiosa necesidad de conocer mi posición en Cristo, e inmediatamente comienza a hablar de la unidad. Por lo tanto, la UNIDAD es consecuencia de conocer mi posición en Cristo a través del estudio serio de la Biblia que no es ni más ni menos que: COMUNIÓN. Concluimos entonces que un creyente débil en su comunión, (aunque no lo pretenda), es una amenaza constante para la correcta unidad en su iglesia.

Tú me dirás: pero la propuesta era hablar de mi iglesia, no de mi comunión. Es que exactamente lo mismo, queridos jóvenes. Una cosa es complemento de la otra, y verás como al fin y al cabo la iglesia en la cual te congregas no será más ni menos respecto a la obra del Señor de lo que tu seas para Él. Tú eres la iglesia y tu iglesia la haces tú. Hemos mencionado que en los tres 1ros capítulos de Efesios la enseñanza es tocante a los lugares celestiales que tenemos, y que los últimos tres capítulos exhortan a andar como es digno de esos lugares en lo referente a la iglesia, hogar y, finalmente la sociedad.

Inmediatamente pasa a la práctica y da un listado de ingredientes para la UNIDAD que vale la pena que estudiemos juntos. Lo primero que aparece en escena es la HUMILDAD. ¿Qué palabra parecida no es cierto?. Y no en vano. Es que es imposible lo primero sin esto último. Es imposible la UNIDAD sin la HUMILDAD. La humildad nos hace conscientes de nuestra pobreza y nos capacita para estimar a otros. Por supuesto que este estilo de vida es totalmente incongruente con el estilo de vida de hoy en día donde más bien la consigna es de avanzar por sobre los intereses del otro sin el más mínimo respeto al prójimo. Sin embargo nunca olvide que si el ministerio del Espíritu santo y la Palabra de Dios no están logrando en ti un carácter humilde no podemos seguir hablando sobre el respecto. El segundo ingrediente que encontramos es: MANSEDUMBRE. Podríamos decir que es la actitud que se sujeta a los tratos de Dios sin rebelión y a los tratos de los hombres sin vengatividad. No olvidemos que fue uno de los rasgos sobresalientes del Señor. El mismo dijo: «Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón«. Un comentarista opina: El que hizo los mundos, lanzó las estrellas, contiene los océanos, que pesa los collados en platillos, y ante quien los moradores de la tierra son como langostas, cuando llega a la vida humana, se encuentra a sí mismo: MANSO Y HUMILDE.

No se trata de que él dispusiese un perfecto ideal humano y se adaptase a eso, él era esencialmente eso. No te confundas, mansedumbre y aún humildad no es falta de carácter, no es ser bonachón e inocente ignorando las intenciones maliciosas a veces de los hombres y callando ante la injusticia. Mansedumbre no es ceder siempre limitándome a contemplar con un dejo de tristeza como mis ideales proyectos y opiniones se esfuman detrás de otro argumento dado con mayor poder de convencimiento y entonces callo como tantas otras veces para no afectar la unidad. ¡No!.

Eso no es saludable ni para ti ni para tu familia y mucho menos para tu iglesia. Mansedumbre no es falta de carácter sino que es tu carácter puesto bajo el control diario del Espíritu Santo.

Un ejemplo claro de esto es la vida de Moisés del cual la misma Palabra de Dios dice que fue uno de los hombres más mansos que pisó este planeta. Sin embargo nadie se atreve a decir que Moisés no tenía carácter. Sino pregúntenle al egipcio que calló en sus manos… Pero podemos ver como la didáctica de Dios moldeó en ese hombre un siervo manso. Otro ingrediente para la UNIDAD esla PACIENCIA que podríamos decir que es esa disposición uniforme y espíritu sumiso ante una provocación prolongada. (Refiriéndose al trato humano). Esto es medular en las cuestiones de iglesia. Siempre encontrarás hermanos que son una bendición y un deleite compartir tiempo con ellos pero también en toda iglesia hay aquellos hermanos difíciles de soportar y que debes tomarlos como una oportunidad que Dios te da para que tu PACIENCIA se ejercite, tu fe se fortalezca, tu carácter se afirme y al fin y al cabo le puedas decir a ese hermano: ¡Gracias, por que sin ti yo no sería el mismo!.

Tranquilo(a), debemos aprender a ver en cada hermano(a) de esos difíciles de soportar, no una obra terminada sino un edificio en construcción. Si al fin y al cabo también yo lo soy. ¿O no?. Algo parecido dice a continuación nuestro texto de Efesios 4:2, SOPORTANDOOS los unos a los otros en amor. Pasando por alto las faltas de los otros o sus personalidades. No se trata de mantener una fachada de cortesía y hervir por dentro. Al respecto permíteme que te aconseje a aplicar el recurso de la confrontación exhortativa cuando la actitud de soportar durante un tiempo demasiado prolongado deja de ser saludable para la vida de la iglesia y comienza a ser nociva.

Al respecto puedes ver Colosenses 3:13 y 3:16. El versículo 3 que viene a continuación es tópico y me gustaría que lo veamos juntos: «Solícitos en guardar la UNIDAD del espíritu en el vínculo de la paz«. Después de dar los ingredientes el apóstol Pablo invita a comenzar con la tarea y dice que debe hacerse con SOLICITUD, disposición, ánimo pronto, ¡Urgencia!.

Ahora bien tu me dirás: es que yo no hago nada que atente contra la UNIDAD de mi iglesia. Saludo a todos, no ando en murmuración, no me meto en problemas ajenos, soy amigo de todos. Bien pero la invitación del apóstol es a algo más que sólo eso no se trata de no hacer nada que atente contra la UNIDAD si no más bien preguntarme. ¿Qué estoy haciendo a favor de?. ¿Entiendesí. Estoy seguro que ante este planteamiento distinto de tu compromiso hacia la unidad se te abren otras perspectivas, otras opciones como por ejemplo una lista de cumpleaños de los jóvenes y una tarjeta oportuna, una invitación a tu casa de algún hermano o hermana, pedir motivos de oración, orar por ellos y al cabo de un tiempo preguntar cómo va ese asunto, etc.

Esa es la clave eso es: «SOLÍCITO». Dios ya hizo su parte, logró la UNIDAD, por eso tu y yo no estamos llamados a lograr la UNIDAD sino a guardarla, a defender algo que ya es un hecho consumado. Esto se logra gracias al poder vinculante que tiene la paz. La palabra que se traduce en nuestras Biblias: «vinculo», en el original griego es «Sundesmo» que literalmente significa: pegamento y especialmente ese pegamento que unía todas las páginas de un libro en su encuadernación. Es perfecto el símil, Todos los miembros unidos por el pegamento de la paz como fruto del Espíritu santo en un sólo punto: ¡Cristo la cabeza!. La paz debe ser el vínculo que une a los miembros del cuerpo, a pesar de las diferencias personales.

No olvidar que hay suficiente carne dentro de ti como para dividir una iglesia o arruinar cualquier obra de Dios. Por tal motivo destacamos al comienzo del análisis de nuestro texto que es de radical importancia comenzar sabiendo que todo el mecanismo que hace a la UNIDAD no es posible si no partimos de una correcta relación con Dios en comunión diaria para poder así manifestar los frutos de Espíritu que es la persona clave para transformar esto que para muchos es una utopía, en una hermosa realidad en cada iglesia.

Continuaremos en el próximo estudio considerando el pasaje de Efesios y renovando así nuestro compromiso con la herramienta que Dios escogió e ideó para la extensión de su reino sobre la tierra: «la iglesia» ¡Hasta el próximo estudio!.

CONFLICTOS JUVENILES

(ESTUDIO REALIZADO POR PABLO MARTINI)

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