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¿Que Podemos Aprender De Sebna?

No Te Des Tanta Importancia

No te des importancia en presencia del rey, ni reclames un lugar entre los magnates; Vale más que el rey te diga: Sube acá, y no que te humille ante gente importante.  Proverbios 25:6-7  

Hubo una época en que Sebna fue un don nadie, siempre soñó con alcanzar la fama, miraba con avidez a los potentados y quizá pensaba que todo lo que forjara con tal de lograr su afán era razonable.

Y así lo hizo, logró ocupar el puesto más importante después del rey, no todas sus maniobras fueron maliciosas, claro que era brillante y eso lo llevó a tener lo que tanto ambicionó, pero la túnica, el cinto y la autoridad que le fueron otorgadas se le subieron a la cabeza.

Su título le daba el honor de ser autoridad después del rey, tenía el honor de ser el patriarca de Jerusalén, la tribu de Judá lo llamaba Padre, todos los honores le pertenecían, hasta la llave de la casa de David estaban entre sus posesiones más preciadas, a Sebna se le había dado el título de pastor del pueblo de Dios. Pero el mayordomo Sebna olvidó que todo era prestado, olvidó que su función era servir, olvidó que era sólo un empleado, borró de su memoria hasta su nombre, olvidó quién era y el apetito de poder le quitó la razón.

El encargado del palacio tenía autoridad conferida por el Rey, José por ejemplo, gozó de la confianza del Faraón, pero nunca escuchamos que él cultivó esta intimidad para favorecerse a sí mismo, Sebna se creyó importante, suspiró por el mejor puesto de todos, se llenó de lujos y frivolidades, la honradez fue dejada totalmente de lado y los manejos y estrategias para enriquecerse a cualquier costo lo envolvieron hasta hacerlo caer.

¿Qué haces aquí? ¿Quién te dio permiso para cavarte aquí un sepulcro? ¿Por qué tallas en las alturas tu lugar de reposo, y lo esculpes en la roca? Mira hombre poderoso, el Señor está a punto de agarrarte y arrojarte con violencia. Te hará rodar como pelota, y te lanzará a una tierra inmensa. ¡Serás la vergüenza de la casa de tu Señor! Te destituiré de tu cargo y serás expulsado de tu puesto. Isaías 22:16-19

Por gusto Sebna compró tantas cosas, por gusto adornó tanto su casa, por injusto, incluso preparó su futura tumba con tanta anticipación, su ambición no tenía medida, alistó descansar entre las tumbas reales, fue por gusto, porque lo lanzaron de su altura, lo echaron de su cumbre, le quitaron el poder.

Acaparó tanto, se creía hábil e inteligente, claro que había logrado mucho, era cauteloso y nada se le escapaba, quizá pensaba:

Todos los que me antecedieron hicieron cosas peores que yo, esta vez no me quedaré, ya bastantes oportunidades se me fueron de las manos por tonto, esta vez es mi oportunidad y no pararé hasta lograr lo que quiero, hasta mi tumba hablará de mí.

Todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. Lucas 14:11 

La próxima vez que alguien te de una oportunidad, si te dieron una responsabilidad cumple con todo lo encomendado, pero que esta autoridad no te llene la cabeza de soberbia, mira el trabajo como un  servicio, no aspires el lugar que no te corresponde.

La próxima vez que alguien te invite, siéntate en el último lugar, no esperes ser tratado con reverencia, siempre habrá alguien más distinguido que tú que te quitará el puesto de honor.

Mejor sé servidor a la manera de Cristo, quien vino para servir y no ser servido, él mirará tu corazón y te sentará a su lado. Dios te use en su servicio, sé humilde.

Martha V. de Bardales

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