[CE-Peru] Sansón enamorado y Dalila desleal

Sansón enamorado y Dalila desleal

"Son muchos los que proclaman su lealtad, ¿pero quién puede hallar a
alguien digno de confianza? Prov. 20:6

Sansón se enamoró de la persona equivocada, no era la primera vez
que le pasaba, pero era tan terco que siempre ponía sus ojos donde
no debía; el escogió poner su confianza en el regazo de una mujer
desleal y materialista.
Dalila se sabía deseada, estaba acostumbrada a ser objeto del deseo
de los varones filisteos, pero ahora un famoso juez judío, conocido
como campeón entre los campeones se había fijado en ella, ¿qué
ganaré con este afecto? Seguramente pensaría ella: ¡Pues mucho
dinero! Le respondía su propia mente codiciosa.
Ella no sabía el significado de la palabra lealtad, con tal de ganar
algo para sí con que costear sus gustos caros, una traición más, que
importaba, ¡allá ellos, solitos buscan su propio mal!
"Al malvado lo atrapan sus malas obras; las cuerdas de su pecado lo
aprisionan.  Morirá por su falta de disciplina; perecerá por su gran
insensatez"  Prov. 5:22-23
En esto tenía razón la infiel Dalila, los que la seguían, habían
escogido en su libre albedrío, su propio mal y Sansón había perdido
la disciplina hace mucho, por eso quedó fácilmente atrapado en la
trampa de la fascinación.

Los jefes de los filisteos se la tenían jurada a Sansón, al escuchar
los rumores que una paisana suya lo había conquistado corrieron a
verla:
"Sedúcelo para que te revele el secreto de su tremenda fuerza y cómo
podemos vencerlo, de modo que lo atemos y lo tengamos sometido. 
Cada uno te dará mil cien monedas de plata"  Jueces 16:5.
El pecado de Sansón lo alcanzó, él fue desleal con el Señor que lo
ungió como su siervo, perdió su fortaleza moral, desperdició el
vigor espiritual y rechazó el llamado divino, toda esta debilidad le
costaría la vida.
"Quien se burla de la instrucción tendrá su merecido; quien respeta
el mandamiento tendrá su recompensa" Prov. 13:13
Pero otra cosa les sucede a los fieles:
"Él reserva su ayuda para la gente íntegra y protege a los de
conducta intachable. El cuida el sendero de los justos y protege el
camino de sus fieles" Prov. 2:7-8.
Los jefes de los filisteos quizá imaginaron que Sansón llevaba algún
amuleto sobre su persona, o que poseía algún secreto importante por
medio del cual conseguía fuerzas hercúleas y por ellos fue fácil
sobornar a Dalila.
"El buen juicio redunda en aprecio, pero el camino del infiel no
cambia" Prov. 13:15
La desleal Dalila era tan traicionera que su fama era conocida y su
precio también. ¿Alguien habrá pensado que ella podría cambiar? El
camino de los infieles no cambia, va a la ruina, ellos tienen
trazado su camino y la corrección o un buen consejo no les hará
cambiar su plan, son como los necios que no se apartan del mal,
cuando deciden traicionar no hay consejo que valga, el mal los ha
dominado..
Parecía que la deslealtad de ella era reconocida, pero era cara, el
costo del soborno fue un precio bien alto, pero ella lograría lo que
otros no pudieron porque a sus armas había complementado el ingenio
de la traición.  El desleal es incompetente para amar, su egoísmo lo
ha hecho una persona centralizada en sí misma, por eso puede tramar
sus golpes bajos sin turbarse, nada ni nadie detendrá que logre su
faena.
"Fueron desleales y traidores, como sus padres; ¡Tan falsos como un
arco defectuoso! Salmo 78:57
¡Los desleales son como arcos defectuosos, creen que pueden ganar,
que lograrán herir donde apuntan la flecha, pero su puntería se
desviará y son ellos los que saldrán heridos!
Son arcos defectuosos porque ellos mismos escogieron desviarse
negándose a seguir las enseñanzas del Dios que siempre permaneció
fiel.
"Pero tú, pueblo de Israel, me has sido infiel como una mujer infiel
a su esposo afirma el Señor. ¡Vuélvanse, apóstatas y los curaré de
su infidelidad! Jer. 3:20,22
Dalila tenía bien planeada su  estrategia:
-"Dime el secreto de tu tremenda fuerza, y cómo se te puede atar y
dominar"-
¡Que fea manera de usar el encanto femenino! Lo usó para dañarlo, el
arte de la persuasión en todo su lucimiento: requiebros, lisonjas y
mimos para hacer caer a un hombre enamorado.  Esta es la misma  arma
de la mujer ajena:
"Te librará de la mujer ajena, de la extraña de palabras seductoras"
Prov. 2:16
Dalila no logró sacar el secreto de Sansón a la primera, así que lo
intentó una y otra vez.  Hasta se hizo la resentida, otra mañosa
arma de la desleal:
-¡Te burlaste de mi! ¡Me dijiste mentiras!
-¡Hasta ahora te has burlado de mí, y me has dicho falsedades!-
-¿Cómo puedes decir que me amas, si no confías en mi?
Cierro los ojos y me escucho a mi misma como Dalila diciéndole estas
cosas a mi sorprendido esposo, cuán parecidas me suenan estas
expresiones, creo que las he escuchado varias veces en mi oficina
haciendo consejería a muchas ovejitas rencorosas, ¡habían más
Dalilas de lo que me imaginaba! 
Dalila hostigó a Sansón hasta que logró su cometido, ¡la trampa se
había consumado!
"Pero yo digo: ¡Ay de mi! ¡Que dolor, que me consumo! Los traidores
traicionan, los traidores maquinan traiciones.  ¡Terror, fosa y
trampa están contra ti, habitante de la tierra" Is. 24:16-17
El desleal no se apena al ver a su víctima dolido en el foso de su
adversidad, si la traición se ha consumado y él ha logrado su
felicidad no hay remordimiento que lo conmueva, total piensa: "pues
él mismo se lo buscó", especula con egoísmo y continúa su vida sin
mirar a muertos ni heridos.
"Después de hacerlo dormir sobre sus rodillas, ella llamó a un
hombre para que le cortara las siete trenzas de su cabello.  Así
comenzó a dominarlo.  Y su fuerza lo abandonó.  Sansón despertó de
su sueño y pensó: Me escaparé como las otras veces, y me los quitaré
de encima.  Pero no sabía que el Señor lo había abandonado" Jueces.
16: 19-20.
Pobre Sansón no se dio cuenta que había traicionado su llamado y
vocación, había permitido que una mujer filistea le robara el signo
de su especial consagración al Señor.  El campeón del Señor duerme
indefenso en los brazos de su amada. ¡Que espectáculo tan humillante
y doloroso! Privado de las atribuciones divinas, degradado en su
carácter, y, sin embargo, por la autosuficiencia de una pasión
culpable, apenas estuvo consciente de la desgracia de su condición
de caído.
"De todo hombre se espera lealtad, más vale ser pobre que mentiroso"
Prov. 19:22.
Hay carencia de personas leales en las relaciones humanas, muchas
han olvidado que la deslealtad es algo tan perverso como la
traición, la deslealtad es disimular amor encubriendo resentimiento,
es tapar la furia con una mueca, la deslealtad pone zancadillas a
cada paso de su víctima, es tan amarga la deslealtad y tan grande
este sentimiento que ha hecho olvidar que es posible perdonar.
Sansón perdió un poder que no le pertenecía, el Espíritu de Dios lo
abandonó y terminó perdiendo su honor.
"Quien en ti pone su esperanza jamás será avergonzado; pero quedarán
en vergüenza los que traicionan sin razón" Sal. 25:3
Infiel Sansón, desleal Dalila, uno para el otro, uno traidor a su
llamado, otro traidor al amor, pero ambos desleales, ambos ingratos.
Hasta que el arrepentimiento los hizo otra vez diferentes,
completamente disímiles en todo sentido, Sansón se arrepintió de su
deslealtad y Dios lo volvió a mirar con ojos de perdón y
misericordia y le devolvió el poder del Espíritu Divino, todos
murieron cuando Sansón recobró sus fuerzas hasta el propio Sansón,
pero a diferencia de la plebe burlona, el ungido de Dios fue
recibido por su Señor perdonador.
Otro traidor fue Judas, él tuvo el remordimiento, pero no se
arrepintió, no pudo con el juicio que lo resquebrajaba y se mató. 
El fin de los desleales no es agradable, siempre terminan mal.
Dios te bendiga
Martha V. de Bardales     

                                                                    
                

   

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