Devocional: Temer a Dios

Temer a Dios

Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala. Eclesiastés 12:13-14.

El temor de Dios, término clave del Antiguo Testamento, es desconocido por el incrédulo  “aun cuando tenga miedo de Dios” porque no posee una verdadera relación con él. Este temor está formado por el respeto y la sumisión en presencia de su majestad, de confianza en su sabiduría, en su poder y en su amor. En realidad, es el temor a desagradarlo.

“Guarda sus mandamientos”. Dicho de otro modo, escucha los mandamientos de Dios, su Palabra, que es la revelación de lo que él es.

“Esto es el todo del hombre”. El Predicador, después de haber buscado a lo largo de su libro (Eclesiastés) lo que pudiera dar un sentido a la vida y mantener a uno sereno en medio de la ansiedad del mundo, al final nos da la respuesta. No importa el origen, la edad o la condición social: el todo del hombre, es decir, su razón de vivir, consiste en cultivar su relación con Dios, amarlo y obedecerle.

“Dios traerá toda obra a juicio”: es un pensamiento aterrador para un incrédulo. Pero quien ha puesto su confianza en Jesús sabe que él cargó con nuestros pecados y recibió el castigo que merecíamos. Sin embargo Dios, en su perfecta justicia, traerá todo a su luz. Es un pensamiento serio y a la vez un dulce consuelo tener la certeza de que algún día, más allá de nuestros errores, estaremos plenamente de acuerdo con Dios, llenos de gozo y de alabanzas, al descubrir todo lo que ha cumplido en nuestras vidas. En su gracia, no olvidará nada de lo que haya sido hecho para él.

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