Alimento diario y matutino (lunes)

SEMANA 8  DÍA 1
Alimento matutino
Jn. 17:3 Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a quien has enviado, Jesucristo.
Ef. 4:3 Diligentes en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
1 Jn. 5:6 Éste es Aquel que vino mediante agua y sangre: Jesucristo; no solamente por el agua, sino por el agua y por la sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la realidad.
El capítulo 4 de Efesios y el capítulo 17 de Juan revelan que la unidad del Cuerpo de Cristo es divina, o sea, que no es natural ni humana sino algo de Dios, incluso es Dios mismo; además, es una unidad orgánica, no humanamente sino divinamente. La unidad del Cuerpo de Cristo procede de Dios y también de la vida, no de la vida humana creada sino de la vida divina e increada. Por tanto, dicha unidad es divinamente orgánica y está llena de la vida divina. Estos dos aspectos deben quedar grabados en nosotros: la unidad del Cuerpo de Cristo es divina y es divinamente orgánica. (Cinco prioridades en el recobro del Señor, pág. 7)
Lectura para hoy
Necesitamos ver con toda claridad que tanto la esencia como la realidad del Cuerpo de Cristo son asuntos que dependen completamente del Espíritu del Dios Triuno procesado y consumado. Ya sea su esencia o su realidad, todo ello depende de este Espíritu. El Espíritu es la realidad de la esencia y también es la esencia a la cual pertenece la realidad. La palabra esencia alude a la sustancia interna, mientras que la palabra realidad alude a la expresión tangible, a lo que se ha hecho real. Debido a que el Espíritu es la sustancia interna del Cuerpo de Cristo, Él también es la expresión tangible exterior de la misma. Tanto la esencia y la sustancia internas como la realidad y la expresión externas son del Espíritu. Este Espíritu es la clave que hace posible que experimentemos todo lo que el Dios Triuno es para el Cuerpo de Cristo. Por ejemplo, la clave que hace posible que en el Cuerpo de Cristo experimentemos el amor de Dios así como Su obra de santificación y Su fortalecimiento, está en el Espíritu de realidad. Es el Espíritu de realidad quien hace real el amor de Dios en el Cuerpo de Cristo, de tal modo que éste sea santificado y fortalecido. Este Espíritu de realidad es el propio Dios Triuno procesado, y también es la totalidad de los atributos del Dios Triuno procesado. Si tenemos este Espíritu, tenemos todos los atributos del Dios Triuno procesado, tales como amor, misericordia, justicia, santidad, vida, luz, poder y gracia. Además, el Espíritu es también la eficacia de todos los procesos por los que pasó el Dios Triuno. La encarnación, la crucifixión y la resurrección tienen su propia eficacia, y su eficacia es simplemente el Espíritu de esencia y realidad. La eficacia de la muerte así como de la resurrección de Cristo pueden ser vistas en nosotros, quienes poseemos este Espíritu de esencia y realidad. (Una visión completa del Cuerpo de Cristo, págs. 35-36)
La unidad del Espíritu es sencillamente el Espíritu mismo. Por lo tanto, guardar la unidad del Espíritu equivale a guardar el Espíritu? El Espíritu es la unidad. Ésta es la razón por la cual la unidad es llamada la unidad del Espíritu. Si usted está en el Espíritu, entonces está en la unidad. Pero si se encuentra fuera del Espíritu, ya no estará en unidad, sino en división. Tal vez no se dé cuenta de lo grave que es esto. Para estar en división, lo único que se requiere es estar fuera del Espíritu. Cuando usted está fuera del Espíritu, no está más en unidad, y mientras no esté en unidad, estará en división, ya que todo lo que no sea unidad es división. Aunque puede haber muchas divisiones, sólo existe la unidad única y la unidad única es el Espíritu.
Mientras usted no esté en el Cuerpo y con el Espíritu, estará en división; y mientras esté fuera del Espíritu, se encontrará fuera de la unidad. Todo cuanto usted piense, diga y haga en el recobro del Señor debe hallarse en el Espíritu. Si usted no está en el Espíritu, no puede decir que está en el Cuerpo. El Cuerpo es uno con el Espíritu, y el Espíritu es la realidad del Cuerpo. Si usted no está en el Espíritu, no está en la unidad, sino en división.
Todos los que están en el recobro del Señor necesitan recibir la clara visión de que el recobro del Señor básica y fundamentalmente consiste en recobrar la unidad del Cuerpo de Cristo. (The Spirit and the Body, págs. 178-179)
Lectura adicional:Una visión completa del Cuerpo de Cristo, caps. 1-2;The Spirit and the Body, cap. 18
Witness Lee
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¡Jesús es el Señor!

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