LOS CRISTIANOS – NEHEMÍAS

LOS CRISTIANOS – NEHEMÍAS

Nehemías: El hombre de Dios que encabezó la restauración de Jerusalén (Nehemías 1:1-11)

Dios siempre quiere, su pueblo esté mostrando su poder y su gloria a través de su buena conducta.

Había transcurrido mucho tiempo desde que su juicio sobre los judíos se había consumado; era ya el momento de restaurar a la nación.

Era el tiempo de restaurarla porque los judíos y la ciudad de Jerusalén, tal como nos dice el relato bíblico, se encontraba en una situación muy bochornosa.

Los testigos de estos hechos dijeron a Nehemías: ?El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas por el fuego?(1:3).

Para un trabajo tan importante, Dios necesitaba de un hombre, un hombre que se involucrara y se entregara con todo su corazón a restaurar el símbolo de la vida religiosa y píadosa de los judíos: la ciudad santa de Jerusalén.

El hombre que Dios usó para esta importante misión fue Nehemías. ¿Porqué él y no otro? La repuesta a esta interrogante se encuentra en este capítulo 1 de su libro.

En el tiempo presente. Dios desea también tener a su iglesia en todo su poder y mostrando toda la gloria de la que él mismo la ha revestido.

La iglesia, al igual que el pueblo judío , también es desobediente y rebelde. Por está causa Dios juzga a su iglesia y la pone entre los hombres como objeto de vituperio y burla.

Mas Dios no quiere que su iglesia viva así por siempre. Al contrario, Dios quiere que su iglesia sea siempre poderosa y victoriosa.

Al igual que pasó con los judíos, la iglesia está viviendo hoy en muchos lugares del mundo momentos de gran mal y afrenta.

Esto es así debido a que a los cristianos nos está faltando el gozo que siempre ha acompañado a los que Jesús ha salvado y que él mismo ha venido a traer para su pueblo.

Por está causa, el testimonio de Jesucristo y de su evangelio está venido a menos en muchas de las ciudades de este mundo.

Es tiempo de que los cristianos nos preocupemos y trabajemos arduamente para restaurar la vida espiritual de la iglesia y del evangelio en dondequiera que nos encontremos.

Al igual que antes, Dios está buscando hoy hombres y mujeres q ue sean sus intrumentos para realizar este importante trabajo. ¿Estamos nosotros dispuestos a que Dios nos use en la restauración del testimonio de la gloria de Su Hijo Jesucristo y del evangelio que él trajo a este mundo en oscuridad?

Si nosotros estamos interesados en ser los instrumentos de Dios para hacer realidad esta restauración, este libro de Nehemías nos ayudará mucho. En especial el capítulo 1, que es el capítulo en el que se nos muesta las características básicas fundamentales del hombre (s) o mujer (es) que Dios que Dios usa para hacer trabajos de esta índole.

Veamos las características básicas que tuvo Nehemías, y que le permitieron ser el instrumento de Dios para restaurar el testimonio de su sufrido y derrotado pueblo.

Interés genuino por la condición de vida de sus hermanos (1:1-3)
Sufrimiento, angustia y dolor genuino por el mal y la afrenta en la que se encontraban su s hermanos (1:4).
Intercesión reverente, escrituraría, humilde y empática ante Dios por sus hemanos (1:5-11).
Disposición a involucrarse personalmente en el grupo de todos los que estaban interesados en la restauración de la ciudad y el testimonio de sus hermanos (1:11).

Recordemos que estás mismas características quiere ver Dios en nosotros hoy para que nos considere como dignos de realizar la labor de restaurar el testimonio de Jesucristo y de la iglesia que él ha comprado con su sangre.

Se necesitan más y más cristianos con las características antes anunciadas. Hoy hay una gran necesidad de Nehemías o de personas que sean como él.

Hay una gran necesidad de personas que se interesen, se duelan, oren fervientemente y que trabajan por el bien de otros. Los cristianos debemos ser personas así. Debemos ser personas enfocadas en el bien de los otros.

Estoy seguro de que Dios usará grandemente a p ersonas así. Tengo la certeza de que las personas que no conocen a Cristo notarán y se acercarán pronto a cristianos con estas características.

Es mi oración a Dios, que mientras has leído estas palabras, él te haya animado, desafiado y convencido de ser un cristiano como Nehemías.

Tú mismo, tu familia, tu iglesia, tu comunidad y, sobre todo, Dios esperan de ti una entrega, una conducta y una determinación como la de Nehemías.

Que tanto tú como yo seamos los Nehemías que Dios, la iglesia y la humanidad están esperando.

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