Ministerio Mujer – Joven, pero por poco tiempo…

Joven, pero por poco tiempo…

La juventud es una etapa hermosa, difícil y compleja; todo eso junto en un momento de la vida. Hermosa porque hay salud, fuerza, vigor, belleza, deseos y sueños por delante. Difícil porque se deben tomar decisiones que afectarán toda la vida, ya sea para bien o para mal. Y compleja porque cuando se es joven no se es grande ni chico propenso a los errores por la lógica inexperiencia.

Pero la juventud es cosa de unos pocos años que se pasan muy pronto, y nos damos cuenta de ello cuando ya se fueron.

Si ahora  eres joven ¿Haz pensado que en unos pocos años serás una persona mayor, como esas que hoy llamas viejo ¿Tienes en cuenta que entonces otros te llamarán viejo a ti?
La voz de la sabiduría dice: «Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos y lleguen los años en los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento» Acordarse del Creador es orientar la vida hacia el que nos dio el ser, antes que la muerte llegue.

La Juventud: Una Edad Crítica

Por. Mariano Gonzáles V.

«Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;  pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas;  levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.»  (Isaías 40:30-31)

El profeta Isaías hace referencia aquí a los jóvenes, a los mozos o adolescentes, aquellos que apenas han rebasado la primera etapa de la vida o niñez. Los mozos pasan por una etapa de transiciones fenomenales, de cambios dinámicos en sus  cuerpos y en sus  mentes. Están en medio de un tumulto volcánico que ellos mismos no aciertan a explicar y sus acciones nos dejan a nosotros boquiabiertos. No son niños ya, pero tampoco son adultos. ¡Cuidadito con tratarlos como niños! ¡Su resentimiento se puede tornar feroz!
La juventud es una edad de grandes ideales. A veces propios, a veces adoptados, a veces implantados. Los psicólogos, educadores, y doctrinarios políticos, conocen esta propensión y con tenacidad buscan explotarla. Ven en el adolescente un campo fértil donde sembrar la semilla de sus ideales y un terreno fértil para perpetuar sus agendas. Con esmero cubren estos ideales con el seductor envoltorio de «causas nobles», «causas justas» y de «procesos revolucionarios» deseables. Tan atractiva presentación a menudo despierta la codicia juvenil. Les prometen poner en sus manos la panacea que cambiará el mundo. Invitan al joven a participar activamente en esas transformaciones. Con relativa facilidad la mentalidad volátil del joven inexperto abraza estos ideales y siguen sus direcciónes. Ya lo expresó J. E. Rodó con propiedad: «El Espíritu de la juventud es un terreno generoso donde la simiente de una palabra oportuna suele rendir, en corto tiempo, los frutos de una inmortal vegetación.»  Pero . . .  !Oh espejismo!  ¡Cuán vana ilusión! Los ideales de los demagogos no se concretan. Solo sirven para conducir a los incautos al desaliento, la decepción, a la doble frustración, y en el peor de los casos, hasta la muerte misma.
La juventud es una edad tan incendiaria como crítica. No sólo por su alto idealismo sino también por su fuerza física. Es una etapa cuando la fortaleza del cuerpo está en pleno apogeo. Mal canalizadas estas fuerzas, bien pueden estrellarse con el peñón de las frustraciones.  Bien canalizadas pueden ser como las del río Niágara  que beneficia a millones en el Canadá y en el este de los Estados Unidos proveyendo luz para los hogares y energía para las industrias. Pero hubo que canalizarlas primero. De no haberse canalizado tan formidable torrente, hubiera seguido desperdiciando el aprovechable caudal de sus aguas. Mucha de la fuerza juvenil es como el Niágara antes de que canalizaran  sus aguas . . . mucha energía, actividad, saltos y movimientos sin fin, incontables ir y venir, pero al fin esfumándose en el infinito de la nada.

 

Lector joven, asegúrate tú de poner un cabestro apropiado al caballo de tus ideales.  Canaliza el ímpetu de tus fuerzas. No los dejes desbocar improductivamente. Evita a todo costo el desborde innecesario de las fuerzas de tus aguas. Detente. Piensa. RecapacitaReflexiona mientras hay tiempo. Dale dirección a tus idealesOriéntalos en el sentido de una causa que dure y que valga la pena. Ponlos al servicio de una causa que sea digna de ellos.
Jesucristo representa esa causa. La más noble, la más elevada y la de mayores proyecciones. Jesucristo ofrece al joven la mayor variedad de opciones para su desarrollo cabal. En ninguna parte, a ninguna hora, en ninguna época encontrarás otra causa que la supere. Escudriña la historia. Observa con cuidado la vida. Reflexiona con introspección. Examina la experiencia de otros y te convencerán los hechos.***Más de dos mil años han transcurrido desde que Jesucristo pisara la tierra y todavía es el blanco al que apuntan las esperanzas mejores. Jesucristo es todavía el favorito universal. El Señalado entre diez mil. El deseado de todas las gentes. El todo codiciable. El mejor amigo de los jóvenes puesto que es la solución de sus acuciantes problemas, la respuesta a sus incógnitas, y la plena satisfacción de sus anhelos. Con sólo tres cortos años enseñando su doctrina logró cubrir con ella a todo el globo. Sus enseñanzas han resistido el crisol de las edades. Lo que dijo entonces a sus contemporáneos es actualizado y válido para las generaciones presentes. Su poder regenerador los cambió a ellos y también puede transformarte a ti. «Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos».  El es el eterno contemporáneo. Pero la causa de Jesucristo descansa y, en cierto modo, depende del elemento humano. El sector juvenil de este elemento fue, es, y será siempre, un pilar soporte para Su causa en el mundo.
          Tu idealismo y tus fuerzas encontrarán en Jesucristo el mejor y más productivo campo de inversiones. Tráelas a Cristo ahora. Ponlas a su servicio y disposición. El las puede orientar en la dirección de crear hospitales, fundar orfanatos, hogares de ancianos, y leprocomios. El puede utilizar en Su causa tus talentos como escritor de poesías o de música, como orador sagrado o líder de Su causa. Tus ideales creativos Él los puede canalizar hacia la organización de bibliotecas, a la fundación de escuelas, de universidades, y de centros vocacionales. Su causa necesita tus esfuerzos para difundirla por la internet, por la radio, la televisión y la prensa escrita. En Su viña hay lugar para ti como evangelista de multitudes o como testigo a individuos. Su causa es un permanente llamamiento a salir como Apóstol al continente del Africa, al Medio Oriente, al Asia, Europa , América Latina, o allende los mares a las islas de la mar oceánica. Cristo está buscando líderes jóvenes para Su Iglesia. Cristo te busca a ti.

 

Es menester, pues, que despiertes. No permitas que tu potencial se desperdicie tirándolo por la cloaca. Deja que Jesucristo lo tenga. Deja que Jesucristo lo canalice.  Deja que Jesucristo lo pula, lo santifique. Dáselo, pues, a Él hoy. Dáselo por entero. Da lo mejor al maestro, tu juventud, tu vigor. Dale el ardor de tu vida. Dale de ti lo mejor. Jesucristo lo espera.  Jesucristo lo merece.  Jesucristo es el más hábil empresario para el potencial juvenil. El quiere usarte, e invertir tus talentos y fuerzas productivamente.
Jesucristo dio su vida por ti . . . ¿Es mucho entregarle la tuya a Él?Usado con permiso. Ministerios Audio-lit  P.O. Box 371, Lombard, IL, 60148-0371, USA.

Actitudes de Un Valiente
Admitir que te equivocaste.
Hacer lo que es correcto, aunque los demás no lo hagan.
Hablarle a alguien que no conoces.
Decir “no” cuando otros están tratando de que hagas algo que sabes que no debes hacer.
Decir la verdad y aceptar las consecuencias.
Defender algo en lo que crees, aunque podría significarte el rechazo o
el ridículo o incluso un daño físico.
Defender a alguien a quien se considera impopular o inaceptable.
Vivir tu fe con todo tu corazón, tu mente, tu alma, y tu fuerza, sin importar lo que te cueste.

 

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